Traducido del inglés por Sinfo Fernández
Cuadro de la pintora iraquí Samira Wahab
¿Cómo era ese refrán que memoricé hace una eternidad?
Ah, ¡sí!, ahora recuerdo: «Eso que llamamos rosa olería bien con cualquier otro nombre» (*).
Rememoro que cuando era adolescente repetía en mi cabeza una y otra vez ese proverbio cuando mi primer enamorado lanzó una margarita silvestre en mi camino, arrancada del jardín del vecino.
Cogí esa margarita pretendiendo que era una rosa y, para mí, de algún modo olía igual de bien…
Estoy segura que las rosas de Suzanne olían también de forma maravillosa.
Recibí tropecientos megabytes con las fotos de su boda.
Suzanne, finalmente, se colocó la soga, lo siento, quería decir que se casó (**). Mi cinismo saca, de vez en cuando, lo mejor de mí… Lo siento mucho, Suzanne.
Suzanne vestida majestuosamente con el proverbial vestido blanco, mirando fijamente con ojos desesperadamente enamorados al que pronto sería su marido.
Y de fondo, toneladas de rosas, miles de rosas decorando esa foto eternizada y todos las demás…
El banquete de bodas, una reunión con la «creme de la creme» en algún hotel de lujo extremo de diez estrellas, en alguna capital del Oriente Medio…
Todo el mundo mira extasiado la suntuosidad del decorado y todos parecen muy joviales y alegres, un poco achispados. Algo extraño ya que, supuestamente, era una «boda seca»… Pero si pudieran mirar de cerca las mesas de la cena, verían muchas teteras escondidas detrás de las rosas… ¿Té con salmón ahumado y filet mignon con salsa de champiñones de París? Suzanne me envió también una foto del menú escaneado…
Y más rosas y pétalos de rosas cubriéndolo todo y a todos… Las mesas, el suelo, las sillas, el cantante, los invitados bailando, el novio y la novia y, por supuesto, las teteras…
Suficientes rosas como para hundir el Titanic.
Por favor, no se equivoquen, estoy contenta por Suzanne pero, ¿por qué tantas rosas?
Me explico, hay tantas buenas causas, tanta gente necesitada alrededor, que en vez de gastar miles de dólares en rosas, dadle el dinero a alguien cuya desdichada vida le ha hecho imposible siquiera poder oler la comida y que no está precisamente como para ponerse pensar en rosas… Por ejemplo, en Iraq.
¿Y qué es esa historia de los vestidos blancos? ¿Explico lo que quiero decir?
En la tradición islámica una va de blanco cuando alguien muere. ¿Significa eso que la novia está firmando su sentencia de muerte en su boda? Sí, ya sé, estoy siendo cínica otra vez…
Durante la época de peregrinación, los peregrinos van de blanco también… simbolizando la muerte del ser frente a un nuevo renacimiento…
Por eso, supongo que todas esas novias consideran que van a nacer de nuevo en el matrimonio…. Diciendo adiós a la «virginidad», metafóricamente hablando, por supuesto…
Pero, ¿qué es la virginidad?
Miren a Iraq, era virgen, pero desde su día de «boda» tan sólo se viste de rojo y negro…
Si alguna vez llegara a casarme de nuevo, algo poco probable con mi cinismo (la ocupación te hace estas cosas…), no quiero ninguno de esos vestidos blancos. Vestiré de rojo.
Rojo brillante.
El color de la sangre, el color de los volcanes crepitantes, en erupción, el color del sol cuando agoniza, el color de la pasión, el color de la Resistencia… El color de Iraq.
Sí, rojo es y rojo será…. Hasta que podamos renacer de nuevo.
Volviendo a las fotos de boda.
Rosa sobre rosa, todo parecía tan dulce.
Rosas alrededor contemplándote mientras los recién casados se miran desesperadamente a los ojos…
Eso me recuerda la mirada desesperada y vacía de un florista de Bagdad.
Ese hombre valiente que cumple con su deber cada día abriendo su tienda vacía, a pesar de los francotiradores, a pesar de los coches bomba, a pesar de las explosiones de mortero, a pesar de las milicias, a pesar de los arrestos arbitrarios…
Y dice: «El negocio va mal, muy mal. Nadie compra flores ya. Me solían llegar de Jordania. Nadie puede permitirse ahora flores, nadie se preocupa de las flores, no tengo ya nada que vender… La gente solía casarse y celebrar fiestas. Ahora es sólo una ceremonia rápida. Una hora de trabajo, sólo es posible casarse entre las 13,00 y las 14,00 h. Razones de seguridad. No hay fiestas, no hay bodas, no se canta, no se baila, no hay vestidos blancos, no hay rosas. El negocio va muy mal, realmente mal…»
La tienda de la puerta de al lado es la de un fabricante de ataúdes. A él, sin embargo, le va extraordinariamente bien. Posiblemente es el único «empresario» en Bagdad que está prosperando. «No me da tiempo a nada», dice, «demasiada demanda y poca madera».
En realidad, los ataúdes son carísimos y, al parecer, si de ataúdes se trata, para la gente no hay limitaciones de tiempo, como para las novias y los novios. Hay demanda de ataúdes las veinticuatro horas del día y todos los días de la semana…
Me pregunto si nuestro florista bagdadí seguirá siéndolo un día más o si alguien ha decidido ya por él que debería «despedirse»…, si alguien lanzaría una rosa sobre su tumba o si su vecino le haría un descuento especial por el ataúd…
No me preocupa mucho el fabricante de ataúdes… Sé que él estará bien.
Imaginen por un momento que una novia estadounidense, o cualquier otra novia, no pueda tener una boda por razones de seguridad. Sin banquete de bodas, ni lista de invitados, ni iglesia, ni votos, ni sacerdote, ni baile, ni champagne, ni pastel de bodas, ni fotos, ni luna de miel, ni vestido blanco ni rosas…
Imaginen por un momento que una novia estadounidense sólo pudiera casarse entre las 13,00 y las 14,00 horas.
Me imagino a las futuras novias lloriqueando y quejándose… ¿y qué si no pueden tener de todo en ese «muy especial» día? Oh, Dios mío, ya pueden imaginar los efectos post-traumáticos… (3).
De acuerdo, lo siento Suzanne, realmente deseo que tú y todas las demás novias viváis felizmente en vuestro lecho de rosas. Perdona mi irónico sentido del humor, la ocupación ha acabado con mi predisposición «romántica». Y ya que no puedo ofrecerte un regalo de boda, por favor, en su lugar acepta estos pocos versos de uno de mis poetas favoritos, Pablo Neruda:
«Y fui como un herido por las calles
hasta que comprendí que había encontrado, amor,
mi territorio de besos y volcanes»
En efecto, eso que llamamos rosa olería bien con cualquier otro nombre en el territorio espinoso de mi amor y mis volcanes
N. de T.:
(1) La frase original en inglés está tomada de la obra de Shakespeare «Romeo y Julieta»: «A rose by any other name smells as sweet»
(2) La autora hace un juego de palabras con el significado de esas expresiones en inglés.
(3) La autora alude, ironizando, a la expresión «efectos post-traumáticos» porque son la justificación utilizada en ocasiones por las autoridades estadounidenses para explicar la conducta ignominiosa de sus soldados en Iraq.
Enlace texto original en inglés:
http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/05/bed-of-roses-bed-of-thorns.html
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate