Homenaje del escritor Juan Eduardo Zúñiga a la fotógrafa internacionalista alemana Guerda Taro que entregó su trabajo y su vida a la defensa de la República
En su relato «Ruinas, el trayecto: Guerda Taro», Juan Eduardo Zúñiga pone ante nosotros, lectores, los últimos momentos decisivos en que se vieron los que el 7 de Noviembre de 1936 se echaron a las trincheras para impedir el paso y el triunfo a los fascistas sobre la República, sin haber cogido nunca un arma, pero pletóricos de razón histórica, dispuestos a no retroceder al sistema feudal y ansiosos de justicia social, y cómo depositaron su confianza en su memoria, que es la nuestra, y que éste Noviembre y siempre nos reclama para el futuro.
En el relato de Juan Eduardo Zúñiga, un soldado del ejército republicano trata de hacerse con documentación de un muerto para así cambiar de identidad. Son los días en que Besteiro y Casado han dado un golpe de muerte a la resistencia del pueblo de Madrid; traicionan, y así fusilan, encarcelan y entregan a los generales franquistas a quienes han hecho prisioneros, junto con las listas de nombres pertenecientes a sindicatos, partido comunista y otros que aun defienden la esperanza.
En el relato acompañamos al soldado republicano, y junto a él recorremos las calles de Madrid viendo detenciones, contemplando ruinas, y oyendo conversaciones que le descubren ante si mismo: «Escuchando lo que decían aquellos dos, comprendió cómo la maldita guerra civil había alterado la conciencia a miles de hombres, y a él mismo en su propósito de cambio.»
Lo cierto es que el recuerdo persistente de Guerda Taro, de la que había sido traductor, una mujer alemana antinazi venida a defender la dignidad del pueblo que había elegido República, le plantea una duda sobre lo que debe hacer. Guerda Taro, recuerda él, recitó los versos de Alberti dedicados al Madrid antifascista: «La capital de la gloria, cubierta/ de juventudes la frente…»
En el último momento el soldado republicano, representación del pueblo de Madrid, a punto de encontrarse con quien le proporcionaría las nuevas ropas y la documentación ajena, Juan Eduardo Zúñiga nos dirá: «Cubierto tras la máscara de un hombre que debió de ser muy parecido a él, lograría salvarse en la catástrofe guardando silencio de lo pasado y así nadie le descubriría, aunque siguiera siendo él mismo, y no precisaría la falsedad de nuevas palabras sino que en secreto conservaría la memoria de cuando le fortaleció y le hizo madurar.
No debía hundir en otro olvido, ahora se lo dijo muy claramente, lo que denunciaba las fotografías que se hicieron, lo que se leería, tiempo después, en un periódico de envejecido papel, lo que reaparecía en obsesivos sueños de madrugada.»
El relato termina recordando junto a Guerda Taro a «David Seymour, Robert Capa, Román Carmen, Georg Reisner, Hans Namur, fotógrafos que también vinieron a España,… (Guerda Taro) entregó su hermosa vida a una digna tarea, a una justa causa pérdida.»
El relato comentado, «Ruinas, el trayecto: Guerda Taro», pertenece al libro «Capital de la gloria», que forma parte de la trilogía que Juan Eduiardo Zúñiga dedica al Madrid cercado y resistente. La trilogía lleva los títulos «La tierra será un paraíso», «Largo Noviembre en Madrid» y «Capital de la gloria», todo un ejemplo de Memoria histórica.
Autor: Juan Eduardo Zúñiga.
Ediciones Cátedra.