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Entrevista a Marcelo Coulon y Jorge Coulon

Inti-Illimani en México

Fuentes: El Clarín de Chile

Tláhuac, DF.- Inti-Illimani, Daniel Viglietti, Oscar Chávez, Gabino Palomares, María Inés Ochoa y otras voces, compartieron escenario en el Festival de Primavera Viva la Izquierda Homenaje a Amparo Ochoa. En entrevista con Clarín los hermanos Marcelo Coulon (1950) y Jorge Coulon (1947) hablan del regreso de Inti-Illimani a México, recuerdan a su amiga Amparo Ochoa […]

Tláhuac, DF.- Inti-Illimani, Daniel Viglietti, Oscar Chávez, Gabino Palomares, María Inés Ochoa y otras voces, compartieron escenario en el Festival de Primavera Viva la Izquierda Homenaje a Amparo Ochoa. En entrevista con Clarín los hermanos Marcelo Coulon (1950) y Jorge Coulon (1947) hablan del regreso de Inti-Illimani

a México, recuerdan a su amiga Amparo Ochoa y polemizan con la idea del folklore y las nuevas tecnologías aplicadas a la música.

MC.- Bienvenidos a México, en septiembre de 2003 cantaron en el Zócalo y Auditorio Nacional junto a Quilapayún e Illapu; en 2007 hicieron una gira por Puebla y se habían presentado en el Festival Cervantino de Guanajuato. ¿Qué emociones transcurren en este nuevo viaje a México?

MC.- Recibimos la invitación con mucho gusto, incluso temimos que por la contingencia de la influenza no fuera posible viajar a México, pero desde que nos dijeron que todo seguía en pie estamos felices; vamos a recordar a una gran amiga y compañera a Amparo Ochoa, la conocimos mucho tiempo atrás, por sus canciones que están muy ligadas al quehacer social y por supuesto aceptamos compartir con los músicos latinoamericanos el Homenaje a nuestra querida Amparo Ochoa.

MC.- Exactamente, ¿cuándo y dónde la conocieron?

JC.- Aquí conocimos a Amparo Ochoa, en el año 1972, específicamente en casa de Rubén Ortiz (cofundador de Los Folkloristas), cuando nosotros venimos a México se hizo una reunión con músicos que recién comenzaban: Amparo Ochoa, Salvador «El Negro» Ojeda y Los Folkloristas naturalmente. Desde esa época iniciamos una relación de amistad, después ella hizo una gran carrera en la música y siempre nos seguimos viendo.

MC.- Ahora vendría la estafeta generacional, sé que la invitación y organización logística la realizó María Inés Ochoa, la hija de Amparo que también es intérprete de la canción social y de protesta…

MC.- A María Inés Ochoa la conocimos en marzo de 2009, compartimos escenario en Chile; en el fondo tiene que ver con la música que perdura, en nuestro caso también hay un cambio generacional, es importante en la búsqueda de algo nuevo por hacer y proponer nuevas discusiones musicales.

MC.- En términos musicales, ¿hubo una discusión generacional entre la Nueva Canción Chilena y el Canto Nuevo?

JC.- El problema con lo «nuevo» es que con el tiempo queda obsoleto el apelativo, el Canto Nuevo es casi tan viejo como la Nueva Canción Chilena. Lo que existe es una continuidad, siempre hay un afán de reivindicar una cuestión generacional que nunca le encontré mucho sentido, es una continuidad y se van incorporando elementos que antes no existían, de tipo tecnológico o convivencial, cada época produce artistas que en algunos casos parecieran una ruptura total con el pasado, pero en la mayoría de los casos son una evolución.

MC.- Ustedes heredaron la continuidad del legado de Víctor Jara, él grabó un disco en vivo durante un recital en la UNAM. ¿Reconocen la influencia de México en Inti-Illimani?, ¿viajar a México es como ir a cualquier otro país del continente?

MC.- Si tuviera un hijo le pondría de nombre «México», nuestro nacimiento a la música -con Jorge- está muy ligado a México, desde muy niños cantábamos corridos y rancheras mexicanas. Después de eso encontramos a un México tremendamente solidario con el pueblo chileno; México nos abrió las puertas, nos entregó todo su corazón y eso nos ligó más a su tradición musical, al folklore maravilloso y riquísimo del que uno siempre está aprendiendo cosas nuevas; la verdad es que hemos venido poco para las veces que quisiéramos venir a México, es una fuente importante de nuestra creación, en la mayoría de los discos de Inti-Illimani, no es por decirte o al público mexicano, lo pueden comprobar, cada viaje es una alegría y aprendizaje.

JC.- La resistencia cultural en Latinoamérica proviene de dos regiones: Los Andes y México donde hay más fuerza de identidad, por su ubicación geográfica. No sé que pasaría si México no estuviera en la frontera con Estados Unidos, tal vez estaríamos hablando inglés hasta la Patagonia, todos viviríamos norteamericanizados, por suerte tenemos a México en esta frontera, como baluarte de identidad. Fuera de lo que significa como riqueza cultural -no te voy a hablar a ti de la complejidad de tu país- México no es un país más en Latinoamérica, también lo es, pero no es cualquiera.

MC.- Además de lo musical el reencuentro con México tiene una connotación personal, de fraternidad…

JC.- Si bien cuando venimos por primera vez a México -en el año 1972- ya era una referencia lejana; los lazos se multiplicaron partiendo de dos motivos: los amigos de entonces y los muchos chilenos exiliados que echaron raíces aquí-integrándose a la vida intelectual- ahora tenemos infinidad de relaciones afectivas y culturales con México. Cada viaje es la oportunidad de encontrarnos con Rubén Ortiz -no tengo muchos amigos así que yo pueda decir que son mis «carnales«-, por otra parte aquí reside gente como el caricaturista Pepe Palomo -lo conozco antes de que existiera el grupo Inti-Illimani, antes de que nos identificáramos en la Izquierda, desde la adolescencia somos amigos-. Así que venir a México es refrescante, con todo lo contradictorio que es, con la dosis de rabia que nos llevamos, aquí hay una fuerza de resistencia, en Chile y Argentina hemos perdido la batalla.

MC.- ¿Qué han planeado para los días del Festival Viva la Izquierda?

MC.- La verdad nuestros conciertos tienen que ver con la fantástica contradicción entre lo que pide el público y lo que deseamos interpretar; el público quisiera escuchar las canciones antiguas y nosotros cantar lo nuevo. Así que buscaremos una mezcla para ambos días del Festival que reflejen el espíritu combativo y la raíz latinoamericana, pero sin duda quedarán muchas canciones afuera.

MC.- ¿Alternarán con músicos mexicanos durante el Festival Viva la Izquierda?

MC.- Mira, ahora no hemos preparado nada, pero sería una linda ocasión para hacerlo; nosotros siempre buscamos la colaboración…

JC.- En el pasado hemos compartido escenario con Los Folkloristas, con Gabino Palomares y con otras voces mexicanas de la canción popular y de protesta.

MC.- Ahora que mencionas las colaboraciones, el 2009 lo iniciaron con la gira de Inti-Illimani & Francesca Gagnon, ¿cuándo saldrá un disco de Inti-Illimani con la vocalista del Cirque du Soleil?

JC.- Francesca Gagnon es la famosa cantante del tema Alegría del Cirque du Soleil, sucedió que teníamos al mimo representante en Estados Unidos; el año pasado durante un concierto en Montreal llegó Francesca -ella nació en Québec- y nos dijo: «yo me voy a trabajar con ustedes a Chile» y se creó una gran empatía, produciéndose un encuentro muy fuerte, estuvo dos meses en Chile, ella es una extraordinaria cantante con infinita versatilidad y potencia interior.

MC.- Hicimos varios conciertos en Chile y avanzamos bastante en el repertorio, sólo hicimos maquetas no hemos grabado nada en estudio, pienso que si todos los tiempos se dan, a fines de julio podríamos tener el disco grabado.

MC.- ¿Cómo solucionan la movilidad de los discos de Inti-Illimani al Norte de Sudamérica?

MC.- El disco ha cambiado muchísimo como función y objeto, por ejemplo con el disco anterior: Lugares comunes obtuvimos un premio underground en Estados Unidos; ya con el nuevo material: Pequeño mundo tenemos la suerte que la gente lo conoce y lo ha comprado en Internet. El mundo del disco ha cambiado, creo que estamos en un compás de espera para saber cómo se va a desarrollar la entrega del artista y el mundo editorial del disco.

MC.- ¿De qué forma intervienen los avances tecnológicos en la difusión del folklore?

JC.- Está la discusión entre lo que se entiende como folklore o música tradicional y las ventajas de las nuevas tecnologías, sin embargo con la globalización se va perdiendo la base misma de tradición. Por ejemplo, lo que hace 30 años en Chile eran zonas rurales ahora prácticamente no existen; casi todo el país vive en una cultura metropolitana, todo lo que estaba ligado al trabajo de la tierra se industrializó, pasando a tomar características de producción empresarial, los campesinos ahora son obreros agrícolas que viven en centros urbanos, ya no viven en el campo. Con el desarrollo de las tecnologías se produce una pérdida de la identidad; lo que podría favorecer la difusión del folklore es precisamente lo mismo que está terminando con la fuente de la música folklórica -que era la vida campesina-. Ahora hablamos de música popular, porque son otras las fuentes que la están alimentando.

MC.- Entonces, ¿qué hacer con la tecnología en la música popular?, ¿cómo han incorporado la nueva ingeniería del sonido?

MC.- Nosotros nunca hemos estado a priori en contra de nada, sólo que la elección de cada instrumento, de cada sonoridad está en función de un tema o una canción que quieres realzar en su máxima potencia. Ahora, en tanto a la tecnología en el escenario nosotros utilizamos muchas cosas que cuando iniciamos no existían, de hecho hemos dejado de viajar con el guitarrón mexicano, por volumen, por las complicaciones con las aerolíneas, pero seguimos grabando con el guitarrón mexicano. Durante las giras internacionales recurrimos a un bajo electroacústico -que no es lo más bonito-, lo mismo pasa con las guitarras, encontramos unas guitarras electroacústicas sin caja, si de repente aparece algo de la tecnología que pueda servir para una canción lo incorporamos sin problemas.

MC.- Hablando del voluminoso guitarrón mexicano, ¿todavía se escuchan las 25 cuerdas del guitarrón chileno?

JC.- El guitarrón chileno es un instrumento bien interesante, seguramente es la sobrevivencia y adaptación de un instrumento español. Pasó por un período de peligro de extinción, pero yo diría que desde hace 15 o 20 años está con un auge bastante grande, por el canto de la paya y la improvisación en décimas, el instrumento por excelencia de las décimas es el guitarrón chileno. Por otra parte, muchos músicos jóvenes y otros no tanto ligados al rock -como Mauricio Redolés- comenzaron a incorporar a pibes que tocan el guitarrón chileno. Lo último que vi en un concierto que hicimos en la Plaza Yungay fue un guitarrón electroacústico, dramáticamente fatal porque el guitarrón chileno es un instrumento de muy bonita sonoridad, pero tiene poca potencia de sonido, entonces en un escenario al aire libre le agregas lo electroacústico y no lo escuchas, así se van creando estos engendros que se van incorporando, no hay que endiosar la tecnología ni demonizarla, lo importante es manejarse en el límite de un estilo, cuando se respeta una coherencia en el lenguaje, los límites son más elásticos, la coherencia es la capacidad de atracción y repulsión que tiene el arte con los elementos del conjunto.

MC.- Dejando de lado la coherencia estética, ¿qué sucede con la coherencia política?

MC.- Hemos tratado de defender la coherencia del conjunto como tal y sin militar en ningún partido político, evidentemente tenemos una camiseta y un quehacer, así que no es extraño que Inti-Illimani participe en el Festival Viva la Izquierda.

JC.- Nosotros intentamos abrir ventanas y puertas en la Izquierda, luchando contra los dogmatismos; ubicados dentro de la sociedad, creo que es un momento en que hay que plantearse muy firme en la Izquierda, para impedir que la revolución la haga la derecha. Poner un referente más o menos fuerte que tire las cosas un poquito para acá, y que vuelva la discusión de las ideas, con toda la cuestión del marketing se hace de lado la discusión de ideas, la Izquierda por lo menos sabe llevar adelante la discusión ideológica.

MC.- ¿Qué aporta la música de Inti-Illimani a la discusión de ideas? ¿O la música es sólo un elemento de sensibilización?

MC.- La función de la música es terriblemente amplia, tiene que ver con las emociones, con la reflexión, con la identidad de sentirse participe de cierto tipo de sonoridades que te llevan, incluso en la manera de vestir. La música es un móvil de sensaciones, sensibilidades e ideas.

MC.- ¿Qué sigue después de la gira por México?

JC.- Tenemos un año bastante extenso, grabaremos con Francesca Gagnon. Entre julio y agosto haremos algunos conciertos exóticos: Turquía, Malasia -al Festival de la Selva Húmeda-, Estados Unidos, España e Italia. En noviembre se proyecta una gira por el resto de Europa.

MC.- Finalmente, ¿llegaron a un acuerdo de tipo legal con los «Inti-Illimani» Histéricos de Alberto Coddou?

JC.- Digamos que terminó en un empate técnico, no sé si quedará así porque siempre quedan salidas de tipo legal; hemos vivido una experiencia lamentable en la imparcialidad de los tribunales chilenos, habrá que esperar las nuevas estrategias de los abogados, pero desde el punto de vista musical y su arraigo con la gente Inti-Illimani lo tiene todo resuelto.