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Informe presentado por la Federación General de la Mujer Iraquí y la Federación General de la Mujer Árabe ante la VII Sesión Regular del Consejo de Derechos Humanos sobre la República de Iraq

Los derechos fundamentales de las mujeres iraquíes: el resultado de la ocupación no es la libertad

Fuentes: Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

  1. Presentación.

Este documento es un intento de poner de relieve las principales violaciones de los derechos humanos de las mujeres iraquíes bajo la ocupación estadounidense, desde 2003 hasta el momento de preparar este trabajo.

Las referencias de este documento son los instrumentos internacionales de derechos humanos ratificados por Iraq, en particular los Acuerdos Internacionales sobre Derechos Humanos, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de la Discriminación en contra de la Mujer, la Convención sobre Derechos de la Infancia y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.

    1. El derecho a la vida

El actual escenario iraquí refleja todo lo que se ha ido acumulando a lo largo de seis años de ocupación y el resultado de sus políticas y procedimientos que afectan a todo el sistema de derechos humanos fundamentales, especialmente al derecho a la vida ya que el pueblo iraquí, tanto mujeres como hombres, ha estado expuesto a un proceso de genocidio, a una violencia indescriptible y a una terrible experiencia que afecta a su existencia, su identidad y su futuro.

La erosión a la que se han expuesto los derechos humanos básicos de los iraquíes representa una tragedia que ha minado todos los objetivos, esfuerzos y aspiraciones de la comunidad internacional por salvaguardar y promover estos derechos y, en primer lugar, su derecho a la vida. Cuando la revista científica británica Lancet calculó que el número de iraquíes muertos era de unos 650.000, la ocupación estadounidense y el gobierno iraquí rechazaron esta cifra, lo cual no niega el hecho de que la cifra de muertos siga creciendo. Otra fuente del Ministerio de Derechos Humanos iraquí reveló que desde marzo de 2003 se habían creado 1.300 nuevos grandes cementerios, tres cuartas partes de los cuales ya están actualmente completas. Según las estadísticas de casos registrados en el Ministerio del Interior iraquí hasta diciembre de 2008, en Iraq había 800.000 personas desaparecidas.

El derecho fundamental de los iraquíes a permanecer con vida está en peligro mientras que las zarpas de la muerte se ciernen sobre ellos: las fuerzas de ocupación, las fuerzas de seguridad del gobierno, las empresas de seguridad privada, las milicias y escuadrones de la muerte que las apoyan, la propagación de las enfermedades, el colapso del sistema sanitario y del sistema de purificación de agua, y el deliberado abandono por parte de los organismos del gobierno iraquí. En una investigación más reciente publicada a principios de 2008 se calcula que el número de civiles muertos en Iraq asciende a 1.300.000. Todas estas cifras espantosas no hacen al gobierno iraquí cumplir con sus obligaciones según las normas básicas de derechos humanos; es más, no ha mostrado preocupación alguna por una tragedia de estas dimensiones. Lo único que le preocupa es tratar de discutir y minimizar estas cifras, lo que definitivamente no le excusa de sus obligaciones para con el pueblo iraquí al que se supone representa.

El entorno de guerra y ocupación es un terreno fértil para las violaciones de las normas obligatorias de las convenciones de derechos humanos, que fueron recalcadas por la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de la Discriminación contra las Mujeres (ratificada por Iraq ya en 1986) cuyo preámbulo estipula que es necesario erradicar la discriminación racial y todas las formas de racismo, así como el nuevo imperialismo, la agresión y la ocupación ya que es la base para que hombres y mujeres puedan disfrutar plenamente sus derechos. El tratado confirma que la libertad del país es una condición fundamental para la libertad de los hombres y de las mujeres.

El nivel de violencia al que se ha expuesto al pueblo iraquí, tanto a los hombres como a las mujeres, no tiene precedentes. Los informes anuales publicados por Amnistía Internacional, el más reciente de los cuales se publicó a finales de 2009, han observado un nivel catastrófico de actos de asesinato y de violaciones generalizadas de los derechos humanos, incluyendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

3. Derechos civiles y políticos

Los derechos civiles y políticos de los iraquíes, tanto de los hombres como de las mujeres, ha sido sometidos a un «caos creativo» propagado por la ocupación estadounidense con el objetivo de destruir la propia estructura del Estado iraquí, su sistema legal, sus instituciones y procedimientos; de destruir las infraestructuras, y de deconstruir y reconstruir completamente la voluntad colectiva del pueblo iraquí tratándola condescendientemente y falsificándola. Se diseñó y produjo un proceso político acorde con las nociones e intereses de los ocupantes. Se creó una asociación sectaria y basada en principios étnicos, lo que provocó una escisión vertical en el tejido social iraquí. Los logros de la mujer iraquí han sufrido un retroceso. La Comisión Económica y Social para Asia Occidental (ESCWA, en sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas diagnosticó esta situación afirmando: «Lo que ocurre en Iraq es un ejemplo de un proceso de retroceso que se produce en los derechos de la mujer con el estallido de las guerras después de que las mujeres hubieran progresado en participar en importantes puestos políticos y sociales, y alcanzado un alto nivel en educación y laboral gracias a su esfuerzo y a las leyes que protegen un alto grado de igualdad». La Ley del Estatuto Civil ha sido sustituida por la Ley nº137 y se ha ratificado para Iraq una nueva constitución que discrimina entre hombres y mujeres, y otorga a cada secta religiosa autoridad para establecer sus propias leyes del estatuto civil. La ESCWA advierte que en esa situación es imposible examinar las leyes discriminatorias puesto que los derechos sociales de la mujer iraquí estarían especificados por los diferentes grupos referenciales que deciden sus derechos dentro de sistemas tribales y religiosos, con lo que se desmantela la causa de la mujer además de retroceder varios siglos.

Debido al empeoramiento de los problemas sociales, según estadísticas recientes del Ministerio de Justicia iraquí se producen tres casos de divorcio por cada cuatro matrimonios. Además de ello, se ha anulado el derecho al trabajo para hombres y mujeres, garantizado por la constitución de 1970. La constitución adoptada tras la ocupación lo ha sometido a la lógica de las oportunidades del mercado.

Lo irónico del caso es que con este grave declive las mujeres están representadas en el parlamente por medio del 25% de sus miembros. La realidad demuestra el hecho de que su presencia en el parlamento es artificial ya que no han logrado detener el grave deterioro en el sistema de derechos humanos ni han logrado detener las graves violaciones cometidas contra los derechos del pueblo, especialmente los de las mujeres. Además de ello, la separación entre derechos civiles y políticos por una parte, y derechos sociales y económicos por otra está en contradicción con todos los actos internacionales sobre derechos humanos. En el quinto párrafo de la Declaración de la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993 se afirma que «todos los derechos humanos son universales, indivisibles, interdependientes y están interrelacionados, y la comunidad internacional debe tratar los derechos humanos de una manera global, justa y equitativa» . En el proceso de desmantelamiento del Estado, iniciado por la ocupación y después de ella por los diferentes gobiernos iraquíes, se ha excluido a cientos de miles de cuadros medios y bajos, a veces por medio de las nuevas leyes, como es el caso de la disolución del ejército iraquí, de las fuerzas de seguridad y del Ministerio de Información iraquí, los cuales fueron desmovilizados por la fuerza a través del proceso de desbaathificación, con lo que se privó al Estado de sus científicos y personas cualificadas cultural e intelectualmente, y también por medio de la amenaza de la eliminación física u obligándoles a abandonar el país. De este modo las instituciones del país fueron vaciadas de sus cuadros cualificados, los especialistas expertos fueron erradicados y sustituidos por personas nombradas por razones sectarias o bajo recomendación de los partidos influyentes, sin respetar las condiciones y criterios requeridos para ninguna profesión en particular. Así, no es sorprendente que se impusieran el caos y la corrupción. Según estadísticas documentadas por la Comisión Iraquí de Integridad Pública, hay «decenas de miles de certificados falsificados de altos cargos, funcionarios, directores generales y cuadros de los partidos que están en posiciones de poder en el Estado».

Se extendió un estallido de corrupción financiera y administrativa. El Índice de Estados Fallidos publicado el 18 de junio de 2007 consideraba que Iraq era el segundo Estado más fallido del mundo de una lista de 60. Es de imaginar que ha disminuido el papel de la mujer en los cargos públicos y que no se están produciendo esfuerzos por eliminar la discriminación contra la mujer ni por aplicar la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de la Discriminación en contra de la Mujer. Es más, el Ministerio de la Mujer no tienen verdaderos programas para promover la situación de la mujer. Cuando dimitió la Secretaria de Estado para los Asuntos de la Mujer fue porque consideraba que el ministerio no era más que una oficina de asesoría en la Zona Verde, sin presupuesto ni autoridad para hacer frente a las necesidades de las miles de viudas y mujeres en paro, ni a la regresión del nivel social del estatus de la mujer. Un estudio dirigido por la Organización Mundial de la Salud en 2007 afirmaba que el 21.2% de las mujeres iraquíes habían estado expuestas a la violencia doméstica. Han aumentado las violaciones y prácticas arbitrarias contra las mujeres iraquíes, el «asesinato de honor» se ha convertido en un fenómeno habitual, especialmente en el norte de Iraq. Recientemente, una revista alemana publicó un estudio sobre la situación de la mujer en el Kurdistán iraquí y concluyó que el 98% de las chicas de 54 pueblos de Suleimaniya habían sido sometidas a la circuncisión genital.

Las deterioradas condiciones de seguridad complican esta situación en la que el gobierno no proporciona seguridad y protección a sus ciudadanos. Según el Instituto Internacional para la Paz, en lo que se refiere a la seguridad la situación en Iraq era peor que en Somalia y Afganistán; respecto a la falta de seguridad, Iraq ocupa el puesto número 44. La violencia acaba a diario con la vida de decenas e incluso cientos de personas inocentes a consecuencia del colapso del proceso político y del conflicto de poder e influencia entre las partes implicadas. Lo que ocurrió en Bagdad en el llamado Miércoles Sangriento del 19 de Agosto de 2009 es prueba suficiente de esta masacre*.

    1. La mujer iraquí como rehén de la detención, la tortura y la violación

No existen datos exactos de la cantidad de iraquíes detenidos en las cárceles de la ocupación o de las autoridades iraquíes cuántos. Según datos de algunas organizaciones de derechos humanos, hay 340.000 presos. Las fuerzas estadounidenses han reconocido oficialmente tener 120.000 presos. El Comité Internacional de la Cruz Roja afirmó que las fuerzas de ocupación y las de seguridad iraquíes tienen unos 60.000 presos, la mayoría de ellos en situación de detención indefinida, sin acusaciones o sin haber sido juzgados, y 840 de estos presos son menores.

 

En la prisión de Abu Ghraib había 90 presas antes de que se hicieran públicos los escandalosos informes y fotos. El Observatorio Internacional la Ocupación informó de que había 13 mujeres presas de «seguridad» en la cárcel de Tesfirat Rusafa, a las que no se permite ningún consejo legal o vista. Cuando el Ministro de Derechos Humanos habló de unas 10.000 mujeres detenidas, se refería a presas con acusaciones de casos criminales e inmorales. El secretario general de la Unión de Presos afirmó que estás presas estaban en lugares que ni siquiera eran adecuados como establos de animales, como la cárcel de Kadhimiya, el campo secreto para niños y mujeres en el aeropuerto de Muthanna y el campo Sheikhan para mujeres en Mosul, además de otras muchas cárceles. En 2009 Amnistía Internacional informó que las autoridades iraquíes y las fuerzas estadounidenses tienen miles de presos, la mayoría de los cuales detenidos sin acusaciones o sin haber sido juzgados. Algunos de ellos llevan cinco años detenidos. El informe señaló también actos de tortura, incluyendo la violación y el asesinato a manos de las fuerzas de seguridad del gobierno, entre los que se incluyen los guardas de las prisiones. Además señalaba que algunos presos están en situación de incomunicación y en centros de detención secretos. La Ministro para la Mujer señaló antes de su dimisión que las presas iraquíes están sometidas rutinariamente a acosos y violaciones tanto en las cárceles estadounidenses como en las iraquíes, y que esta intolerable situación continua. Después de visitar algunas cárceles el diputado Harith al-Obeidi afirmó que había unas 4.000 presas y 22 recién nacidos porque muchas de estas mujeres habían sido violadas. Afirmó que las mujeres que son liberadas y que firman denuncias de violación son vueltas a detener en vez de detener a los violadores (Al-Obeidi fue asesinado después de hacer estas declaraciones).

    1. Ejecución de mujeres.

La pena de muerte se ha aplicado con mucha frecuencia: oficialmente se reconoce que desde 2004 se ha ejecutado a unos mil presos y presas. En junio de 2009 se ejecutó a tres mujeres (Wasan Talib, de 31 años; Zainab Fadhil, de 25 años, y Liqua’ Mohammed, de 26 años) acusadas de «crímenes contra bienes públicos». Las tres negaron los crímenes por los que fueron colgadas posteriormente. Fueron condenadas según el párrafo 156 del Código Penal Iraquí que estipula: «El propio acto de cometer un acto voluntaria y deliberadamente que viole la independencia del país, su unidad y la seguridad de su territorio es una infracción punible con la pena de muerte». No se permitió a estas mujeres tener un abogado. En julio de 2009 otras nueve mujeres iraquíes fueron condenadas a muerte.

La mayoría de estas penas de muerte se aprobaron después de celebrar juicios injustos en el Tribunal Supremo iraquí que carecía de las posibilidades básicas de los procedimientos judiciales normales. En una reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en su octava sesión regular el Relator Especial de las Naciones Unidas Leandro Desoy describió las infracciones que había representado el establecimiento del Tribunal Penal Supremo y su violación de las normas internacionales y de los principios de derechos humanos. En particular destacó la falta de respeto por el derecho de toda persona a ser juzgada por un tribunal independiente e imparcial que garantice el derecho a una defensa eficaz, tal como estipula la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos. Afirmó que «la insistencia en la aplicación de la pena de muerte confirma la intención previa, que el tribunal actúa como un instrumento de venganza lo cual es una violación flagrante de todos los principios de derechos humanos y humanos reconocidos internacionalmente». También describió el denominado Tribunal Supremo de Iraq como un tribunal que trabaja en violación de las normas del derecho internacional y de los principios de derechos humanos. Mencionó que se priva a los acusados de un juicio justo e independiente y de una defensa adecuada en un tribunal que insiste en la aplicación de la pena de muerte a pesar de los ruegos para que las cancele. En el mismo contexto el presidente de la Misión de Ayuda en Iraq de la ONU (UNAMI, en sus siglas en inglés) describió en su informe de julio de 2008 los procedimientos del tribunal penal que no cumplen los principios mínimos requeridos en los juicios. El informe pedía que se suspendieran las penas de muerte hasta que se revisaran todos los procedimientos en los estadios de investigación y juicio. El gobierno iraquí no prestó atención a este informe, es más, el pasado mes de diciembre votó en contra de la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de detener la aplicación de la pena de muerte en el mundo.

    1. Los derechos económicos y sociales.

La ocupación y sus consecuencias políticas destrozaron las condiciones para la vida humana iraquí en general. También las mujeres iraquíes han visto como se arrasaban y deterioraban sus derechos económicos, sociales, culturales. La misera de la realidad de las mujeres ha ido empeorando con los años y después del establecimiento de gobiernos e instituciones que no creen en la participación de la mujer en ámbito alguno de la vida pública. El deterioro de esta realidad está en correlación directa con la abundancia financiera del presupuesto del Estado que ascendió a 48.000 dólares en 2008 y a 67.000 en 2009. En esos años éste destinó, respectivamente, 10.500 y 4.140 millones de dólares al presupuesto de inversión mientras que el paro llegaba al 70% según un informe de la Cruz Roja Internacional; las mujeres suponen el 90% del total de la tasa de paro. Muchas mujeres acudieron a organizaciones de beneficencia en busca de ayuda para ellas y sus hijos y se ha disparado el fenómeno de mujeres y niños mendigos: los callejones de las ciudades estaban repletos de ellos . El 90% de los niños mendigos empezaron a mendigar después de la ocupación y el 70% de ellos han abandonado la escuela. Según el Ministerio de Planificación y Cooperación de Desarrollo, ¡9 millones de personas viven por debajo del umbral de pobreza! La pregunta que se plantea es a dónde ha ido a parar ese enorme presupuesto. Resulta bastante extraño que a pesar del hecho de que se anunciara que se iban a asignar muchos millones de dólares a diferentes proyectos en varios campos, no se anunció que se necesitaran nuevos empleos. De hecho, muchos sectores económicos sufrieron una parálisis casi completa. El 80% de las instalaciones industriales y agrícolas cerraron a consecuencia de la cancelación del proteccionismo comercial y de abrir las puertas a la importación descontrolada. Los Ministerios de Finanzas, Planificación, Trabajo y Asuntos Sociales no han dado datos de nuevas mercancías producidas ni del número de trabajadores empleados en las inversiones que se han señalado en los presupuestos fiscales. El hecho de no resolver el azote del paro se unió a la enorme brecha en la estructura de la economía iraquí existente entre la expansión de actividades financieras comerciales por una parte y el estancamiento de las actividades productivas y la exportación por otros, lo que se reflejó en el nivel y la distribución de ingresos entre los individuos de modo que las personas pobres se han vuelto más pobres. Iraq se encuentra actualmente entre los peores países en el índice de calidad de vida que se basa en tres indicadores (carencias de nutrición, bajo peso en el nacimiento y malnutrición). El trabajo infantil (10%) de niños de edades comprendidas entre los 5 y los 14 años ha aumentado con estos altos índices de pobreza. Para empeorar la situación, se ha reducido el reparto de alimentos, y la irregularidad [del reparto] y la mala calidad de los alimentos (algunos de ellos no eran apropiados para el consumo humano) empeora aún más la situación. El escándalo del ministro de Comercio Abdul Falah Al-Sudany no fue sino un ejemplo: después de estar implicado en casos de corrupción dimitió y huyó a esconderse en Reino Unidos. Al igual que cientos de casos similares se pospuso la investigación de responsabilidades al respecto. Se ha anunciado que se va a formar un comité de investigación sólo para amortiguar el resentimiento público, pero es sabido después no se oirá hablar de los resultados de la investigación que se olvidará para siempre.

 

    1. Deterioro de las condiciones sanitarias y de seguridad.

Según el último informe de las Naciones Unidas, el 73% de los iraquíes no utilizan agua segura. El Comité Internacional de la Cruz Roja expresó su preocupación por el hecho de que aproximadamente al 40% de las familias que viven en zonas rurales y a las afueras de las ciudades no se les aseguran los sistemas de agua en sus casas, padecen permanentemente cortes de suministro debido a la falta de mantenimiento de este sistema y a consecuencia de ello padecen enfermedades transmitidas por el agua, lo que también constituye una carga para hospitales y clínicas que ya sufren la falta de recursos. Los estudios e informes dirigidos por el Ministerio de Planificación y Cooperación de Desarrollo en 2004-2005 muestran que el problema de la contaminación del agua es la causa principal de enfermedades entre las que se incluye la diarrea infantil, tifus, malaria y tuberculosis, además de una larga lista de enfermedades que se propagan rápidamente, lo que se une al bajo nivel de los servicios médicos. La incapacidad del Ministerio de Sanidad para llevar a cabo su papel y su completo fracaso en proporcionar servicios médicos y sanitarios a sus ciudadanos agravó la situación. Es más, su misión ha cambiado desde que se convirtió en un refugio para las milicias, que utilizaron la sede del ministerio como lugar de detención y asesinato sobre bases sectarias, y utilizaron las ambulancias para ello, lo que desencadenó un escándalo que obligó al ministro de Sanidad a huir de Iraq. El Comité Internacional de la Cruz Roja aludió en su declaración nº. 29/2008 de octubre de 2008 a la falta de atención sanitaria en muchas partes de Iraq. En la declaración se afirmaba también que muchas personas tienen dificultades para pagar los costes de los tratamientos. Amnistía Internacional concluyó en su informe de 2009 que el 30% de los iraquíes no tenían acceso a los servicios sanitarios services. Los casos de sida se han disparado hasta alcanzar una cifra sin precedentes: según datos del Ministerio de Sanidad hay 76.000 casos mientras que antes de lo ocupación sólo había 114.

La Organización Internacional Medio Ambiente ha publicado varios informes que señalan que las ciudades iraquíes se han convertido en vertederos de residuos peligrosos procedentes de la guerra, y debido a la negligencia y a las circunstancias de la guerra, estos residuos no se pueden quitar y trasladar en otro lugar. Aunque se hiciera, no se eliminarían los graves efectos negativos. Los principales de estos residuos son mercurio, plomo, cadmio, zinc y cobre. Todos estos metales tienen un efecto tóxico y acumulativo en los tejidos vivos y se filtran en ríos, lagos y el mar, y los contaminan. La más peligrosa contaminación de uranio empobrecido en Iraq permanecerá durante muchos años y hará que aumenten los casos de cáncer y los defectos de nacimiento, que se están duplicando cada año significativamente.

Los iraquíes sufren hoy el fardo de una doble ocupación que además de propagar enfermedades infecciosas como la diarrea, la malaria, la tuberculosis, el cólera y la gripe porcina, también ha propagado unas condiciones de vida de extrema pobreza y un aumento de las enfermedades de la sangre, la diabetes, el cáncer y la desnutrición, especialmente entre mujeres y niños. El informe de Amnistía Internacional señala una circunstancia irónica: el alto porcentaje de niños que padecían desnutrición (19%) durante el bloqueo económico entre 1996 y 2003 ascendió al 28% en 2007, es decir, ¡después de que se levantara el bloqueo!. Según el informe de UNICEF de marzo de 2007, el porcentaje de mortalidad infantil en Iraq es la mayor del mundo: uno de cada ocho niños en Iraq muere antes de llegar a los cinco años. La supresión de los cuidados sanitarios durante el embarazo y la cada vez mayor cantidad de nacimientos fuera de los hospitales ha tenido como resultado una tasa más alta de mortalidad durante el parto.

Excepto en las provincias del norte, en Iraq hay actualmente 1.213 centros sanitarios, cada uno de los cuales da cobertura a entre 20.000 y 30.000 personas, lo que significa que este número de centros es puede dar cobertura a menos de cuatro millones de personas**. La mitad de estos centros cuenta con un médico y la otra mitad están gestionados por profesionales sanitarios. La mayoría de ellos sufren una grave escasez de suministros y de equipamiento, de medicinas y de falta de personal con cualificación médica y de enfermería.

    1. La mujer, sustento de la familia, refugiada e inmigrante.

Esta amarga realidad cargó a las mujeres con dificultades que están más allá de sus capacidades, tal como señala el informe annual de UNICEF en el que se indica que el número de hogares en Iraq mantenidos por una mujer ha llegado al 11%, cifra que está en ascenso debido a la violencia en Iraq. Cada día enviudan decenas de mujeres y el número de niños iraquíes huérfanos desde la ocupación estadounidense ha llegado a los cuatro millones y dependen de un millón y medio de viudas. Los datos de la Organización Mundial de la Salud indican que actualmente hay en Iraq dos millones de viudas y 900 niños discapacitados. La Oficina de Coordinación Humanitaria de las Naciones Unidas afirma que sólo en Bagdad se quedan huérfanos 400 niños al día debido a la violencia.

Según la última declaración del UNHCR publicada el 19 de agosto de 2009, el 15% de la población iraquí se ha convertido en refugiada debido a la intensificación de la violencia. Hay tres millones de refugiados fuera de Iraq, de los que sólo han retornado 345.000. Las Naciones Unidas no anima a la vuelta de los refugiados porque Iraq es ahora el país más peligroso del mundo para el trabajo humanitario. A estas cifras se añaden los dos millones de desplazados internos dentro de Iraq, que viven en unas condiciones humillantes.

Las mujeres son las más afectadas por la emigración y el desplazamiento a consecuencia de la desintegración de las familias y de la eliminación de las redes de seguridad y de las comunicaciones. Se ha despojado a las mujeres de su cultura y viven en unos modelos cambiantes de realidad, especialmente debido a que tuvieron que abandonar sus hogares después de que un miembro de su familia fuera asesinado o amenazado. El deterioro del estatus de la familia y de la situación de las mujeres como refugiadas ha obligado a algunas mujeres a ejercer la prostitución o a aceptar trabajos que minan su autoestima y dignidad humana. Quienes volvieron a sus hogares los encontraron ocupados por otras familias, con lo que se convirtieron en emigrantes en su propio país. El UNHCR señalo públicamente que no cree que sea el momento para promover el retorno de los refugiados y ni lo organiza ni anima a hacerlo.

La ruptura de las relaciones sociales y de la familia por causa de la guerra y sus tragedias provocaron situaciones que son extrañas y ajenas a la sociedad iraquí, como el aumento la propagación del tráfico de mujeres y de niños. En un artículo titulado «Prostitución militar y explotación de la mujer en la ocupación de Iraq» y publicado en 2007 la investigadora estadounidense Debra McNutt*** hablaba de la incorporación de este fenómeno de la prostitución a la sociedad iraquí. El artículo demuestra que desde los primeros días de la ocupación compañías privadas llevaron prostitutas extranjeras a la Zona Verde para que trabajaran en los restaurantes y peluquerías, y después profesionales locales atrajeron a las mujeres iraquíes. La autora hace un repaso de cómo las operaciones se llevaron a cabo, se organizaron y proliferaron dentro y fuera de Iraq como parte de un ataque contra el sistema de valores, para destruir el tejido social y propagar problemas de comportamiento entre sus miembros.

Según los datos del Ministerio de Salud iraquí 24.000 iraquíes utilizaron drogas en 2006. Los informes señalan que las ricas zonas de cultivo de arroz del curso medio del Éufrates se han convertido en campos de cultivo de opio. Todas las organizaciones regionales e internacionales implicadas en la cuestión de las drogas reconocen que antes de la ocupación Iraq era uno de los países libre de la adicción a la droga.

    1. El retroceso en la educación de las mujeres.

Según el informe annual de UNICEF de 2006, «Tradicionalmente Iraq ha disfrutado de un excelente sistema educativo tanto para chicos como para chicas, pero hoy las chicas están luchando para llegar a la escuela en una atmósfera de violencia y persecución». Las cada vez más frecuentes amenazas a las estudiantes hicieron que muchas familias prefirieran la seguridad de sus hijas a su educación. Un informe nacional indicaba que 600.000 niños en Iraq no iban a la escuela, de los cuales el 74% eran niñas. El informe de UNICEF del 14 de abril de 2007 confirmaba que sólo el 30% de los estudiantes iraquíes acudía a la escuela y que el 40% de las mujeres abandonó la educación secundaria o universitaria debido a la pobreza o a la situación de falta de seguridad y a la falta de aliciente para continuar. Además de esto, incluso aquellas que van a al escuela no utilizan adecuadamente el proceso educativo debido al deterioro del sistema [educativo]. El informe de 2009 de Amnistía Internacional describía el sistema educativo en Iraq como «al borde del colapso. Las escuelas y universidades carecen de lo esencial, como libros y profesores, aparte del hecho de que los alumnos se arriesgan a ser intimidados debido a la violencia».

Tras este repaso rápido y resumido de la realidad de la mujer iraquí y de las graves violaciones de todo el sistema de los derechos humanos básicos, nos preguntamos dónde está la Comisión sobre Derechos Humanos y su papel en controlar la situación de los derechos humanos tras la ocupación estadounidense de Iraq.

La pregunta es por qué el Comité sobre Derechos Humanos no amplió el mandato del Relator Especial a estudiar la situación de los derechos humanos en Iraq tras la ocupación, a pesar de lo que se afirmaba en su último informe en relación a las violaciones de derechos humanos tras la ocupación.

    1. Recomendaciones.

A la luz de la información contenida en este documento y de los informes de las organizaciones internacionales, incluida la Misión de Ayuda en Iraq de la ONU (UNAMI), el Consejo de Derechos Humanos tiene la responsabilidad de hacer un seguimiento de la situación de los derechos humanos, de las mujeres y los niños en Iraq, y debe incluir la situación de los derechos humanos en Iraq como un punto aparte de la agenda del Consejo de Derechos Humanos y nombrar un Relator Especial para estudiar la situación y hacer propuestas al Consejo en cada sesión.

Notas de la traductora:

* Ese día se produjo una cadena de atentados que causó más de cien muertos y aproximadamente 500 heridos. Véase, por ejemplo, http://www.jornada.unam.mx/2009/08/20/index.php?section=mundo&article=020n1mun

** En 2008 se calculaba que la población de Iraq era de 26.783.383 habitantes, http://www.monografias.com/trabajos68/distrribucion-poblacion-mundial/distrribucion-poblacion-mundial2.shtml

*** N de la t.: Debra Mcnutt, «Military Prostitution and the Iraq Occupation. Privatizing Women», Counterpunch, http://www.counterpunch.org/mcnutt07112007.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.