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Desastre ecológico perpetrado por EEUU e Irán en Iraq

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Me proponía dar un largo paseo para respirar un poco de aire fresco, pero cambié de idea. Ayer estuve almacenando información en mi mente y anotando varios hechos en un trozo de papel y no quiero perder ninguno de esos datos. Es algo urgente. De una urgencia letal, como todo lo que ocurre en Iraq.

He escrito antes alguna cosa, no muy extensa, sobre el desastre ecológico sobrevenido en Iraq tras la ocupación estadounidense de 2003. Una crisis medioambiental en múltiples aspectos que ya ha cosechado frutos amargos.

Empezando por el millón de años que durará la contaminación con uranio empobrecido del suelo y el agua iraquíes… Supongo que a estas alturas el lector estará ya familiarizado con los efectos del uranio empobrecido sobre el pueblo iraquí y su salud, con cada vez mayor incidencia de defectos de nacimiento y tasas de cáncer entre los niños, que no respetará tampoco a mujeres, hombres ni ancianos. Una búsqueda rápida sobre Faluya y Basora les servirá de buen recordatorio.

Además del uranio empobrecido, tenemos también la destrucción de la tierra productiva. Los estadounidenses se apresuraron a quemar campos enteros agrícolas, huertos y palmerales. A modo de ejemplo, en el pasado, Iraq tenía 350 clases diferentes de dátiles y solía exportarlos al mundo entero, en la actualidad los importa.

La destrucción de la tierra productiva se ha agravado también por la situación de sequía que padece Iraq. La disminución de los niveles de agua de sus dos principales ríos, el Eúfrates y el Tigris, se ha debido básicamente a las acciones de Irán, Siria y Turquía desviando los cursos de agua hacia sus países mediante la construcción de presas ilegales, a pesar de todos los acuerdos y protocolos firmados entre Iraq y esos países. La sequía es tan grave que el año pasado Iraq tuvo que mendigar algo de agua a Turquía. Irán, por otra parte, se ha librado de toda responsabilidad por razones obvias: tiene un gobierno en Bagdad.

Pero hay más aspectos del nefasto papel iraní en Iraq, además de tener un gobierno en el centro de Bagdad y de robar el agua… Irán deposita sus residuos radioactivos nucleares en la provincia de Anbar, aunque por supuesto nadie habla de las tasas de cáncer en Anbar; y vierte a diario también un flujo de metros cúbicos de aguas contaminadas con residuos industriales a través de tres inmensas tuberías desde la provincia de Khuzestan hacia el Shatt Al-Arab en la zona de Basora.

El Shatt Al-Arab es la fuente principal de suministro de agua para toda la zona del sur de Iraq. El vertido de residuos industriales tóxicos y de aguas residuales en ese lugar eleva la salinidad de las aguas y en tan sólo unas pocas semanas, debido a la contaminación y salinidad del agua, Basora ha perdido sus tierras agrícolas a lo largo 17 kilómetros, que se han secado a causa de las sales tóxicas industriales. Si esa tendencia continúa, toda la tierra productiva de Basora morirá. La proporción que se establece es que por cada 40 metros cúbicos, aproximadamente, de residuos industriales vertidos al día, desaparecen 3 kilómetros de tierra productiva árabe. Hasta ahora, Irán ha vertido entre 40.000 a 65.000 sólidos disueltos totales de residuos tóxicos.

Expertos independientes iraquíes en medio ambiente están hablando ya de otro desastre ecológico en el Sur: la extinción de la flora y la fauna, el fin de la biodiversidad en esa zona y lo que es más importante aún: de la irremediable contaminación del agua que se utiliza para beber y en la agricultura.

A pesar del hecho de que Irán e Iraq son signatarios de diversos acuerdos medioambientales, incluido el Acuerdo RAMSAR de 1971 y el Acuerdo de Río de 1992, más toda una serie de protocolos bilaterales (que, a propósito, también incluyen a Siria y Turquía), no parece que se haya respetado ninguno de esos acuerdos. Los ecologistas iraquíes están instando a que se lleve a Irán ante la Corte Penal Internacional para que se ponga fin a un desastre que está tragándose provincias iraquíes enteras.

Por supuesto que Irán podría procesar sus residuos industriales de forma diferente en vez de verterlos en el Shatt Al-Arab, contaminando y contribuyendo a la muerte del sur iraquí, pero Irán considera que Iraq es su basurero. El gobierno sectario chií en Bagdad le da todas las facilidades en tal sentido.

Y hay mucho más, aparte del desastre ecológico iraquí… pero me contentaré con lo anterior por hoy.

Fuente: http://arabwomanblues.blogspot.com/2010/11/iraq-american-iranian-ecological.html