Recomiendo:
0

Entrevista a Sandra Rodríguez Cotto, periodista y comunicadora puertorriqueña

«Tenemos toda una especie de ecosistema que vive, se mantiene y prospera a base del estatus»

Fuentes: Rebelión

Sandra Rodríguez Cotto es una periodista con más de tres décadas de experiencia en el ámbito del periodismo y la comunicación, tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos y en varios países de América Latina. Además de su labor periodística, se desempeña como analista de noticias y política, comentarista de radio, productora de televisión, columnista y bloguera.

Obtuvo su título de licenciatura en Periodismo y Comunicación, así como en Literatura Latinoamericana e Historia del Caribe, en Rutgers, la Universidad Estatal de Nueva Jersey. Actualmente, está cursando estudios de posgrado en la Facultad de Comunicación e Información de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Según el estudio sobre Tendencias Digitales del 2024 en Puerto Rico, llevado a cabo por la Asociación de Ejecutivos de Ventas y Mercadeo, su plataforma informativa, «En Blanco y Negro», fue reconocida como la segunda fuente de noticias independientes más relevante de la isla.

Sandra ha escrito varios libros sobre comunicación y periodismo, y ha recibido múltiples premios a nivel local e internacional por sus publicaciones. Entre sus distinciones destaca el Premio Nacional de Literatura y Periodismo Bolívar Pagán, otorgado por el Instituto de Literatura Puertorriqueña, por sus columnas de opinión en el diario digital NotiCel y en su obra «En Blanco y Negro con Sandra» durante el periodo 2016-2017.

Además, fue cofundadora del Centro para la Libertad de Prensa y ha ocupado el cargo de expresidenta del Overseas Press Club. Rodríguez Cotto ha contestado todas nuestras preguntas sobre status y descolonización. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

– Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – ¿Es hora de exigir el fin del colonialismo y comenzar una conversación sobre reparaciones económicas en Puerto Rico y Estados Unidos? ¿Por qué?

Sandra Rodríguez Cotto (SRC, en adelante) – Definitivamente. Hace muchísimo tiempo que deberíamos haber exigido la descolonización de Puerto Rico y poder iniciar unas conversaciones serias sobre reparaciones económicas y sociales, el problema es que no lo vamos a lograr. Hay demasiada polarización tanto aquí como allá. Pero es más que eso. El estatus es un negocio demasiado rentable para mucha gente. Los cabilderos especialmente, y los políticos.

Tenemos toda una especie de ecosistema que vive, se mantiene y prospera a base del estatus. Tienes al político que busca apoyo para su campaña y le paga el contratista. Tienes al contratista que para conseguir permisos tiene a sus abogados y cabilderos que más que ser gestores, cabildean en las agencias para lograr cosas. Le pagan al político para elegirlo. Ahí tú ves a los Super Pacs, por darte un ejemplo de ese ecosistema que vive de esto.

Entonces es toda una capa de nuestra sociedad que vive, prospera y se mantiene a base del status y los contratos del gobierno, los beneficios, el acceso al dinero. En fin, las cosas que al ciudadano de a pie no le es fácil obtener. Si tienes dinero, lo logras. Los medios de comunicación son parte clave de ese ecosistema también, plantando temas de discusión, ocultando o minimizando otros a cambio de influencia y dinero.

Son millones y millones que se usan para esos propósitos, así que no les conviene. Hasta la Junta de Control Fiscal se autojustifica. La organización Espacios Abiertos dijo recientemente que llevan sobre $2,000 millones gastados. ¡Con razón no se quieren ir!

La realidad indiscutible es que hay muchos intereses económicos a los que les conviene mantener el status quo. Ganan de quedarnos como estamos. Además, el gobierno y la política son como una puerta giratoria. Por ejemplo, los exgobernadores Luis Fortuño y Pedro Pierluisi eran abogados corporativos, entran a la política y cuando salen, vuelven a lo mismo. Aquí vemos políticos que se lanzan a un cargo, y cuando salen, se quedan en la nómina como contratistas o como “comentaristas”. No les conviene un cambio político porque se les acaba el guiso.

Nunca olvido que el proceso más completo que se logró en el Congreso para cambiar el estatus, tomó como tres años intensos de trabajo, fue el Proyecto Young, pero rápidamente el liderato del PNP y del PPD se unieron, hicieron fundraisers para par de congresistas y lo derrotaron. No les conviene el cambio.

En cuanto a las reparaciones, lo veo cuesta arriba. Eso tendría que negociarse entre dos estados soberanos y con poder. Puerto Rico es una colonia sin derechos, a expensas de los intereses de los Estados Unidos. Tan sencillo como eso. Ellos deciden qué quieren, cómo lo quieren, pero lo quieren. No quieren soltar al esclavo y si llega el momento que no tengan remedio, no van a querer pagar reparaciones a ese esclavo liberto.

– WRS – ¿Qué relación si alguna ves entre la migración de los puertorriqueños a los Estados Unidos y las innumerables oportunidades desarrolladas por el Congreso de los Estados Unidos para que las corporaciones estadounidenses exploten a Puerto Rico?

SRC – Bueno, hay innumerables estudios y libros que lo comprueban a través de los años. Quizás lo que más impacto recuerdo, porque lo viví de cerca, fue cuando se eliminó la Sección 936 del Código de Rentas Internas y se suplantó una economía basada en la manufactura, por una basada en el ‘retail’.

El gobierno por asuntos ideológicos y querer parecerse más a un estado, eliminó protecciones y beneficios que traía esa sección que no existía en los estados. Aquí creaba sobre 40,000 empleos bien remunerados y la economía en torno a todo eso era favorable para Puerto Rico, a pesar de que toda la ganancia de esas corporaciones se iba al exterior. Al eliminarse la 936, la gente se tuvo que ir de aquí buscando como sobrevivir.

Lo recuerdo bien porque mi exesposo trabajaba en ese sector. Tenía un salario importante, y de buenas a primeras eliminaron la 936 y cerraron las fábricas. El y todos sus amigos tenían tres opciones: irse con la empresa a México o Estados Unidos, cambiar de trabajo o el desempleo. Nunca se recuperó. Con el tiempo terminó en Texas. Fíjate que hay una correlación directa con el aumento en la migración desde entonces. En lugares como Florida, para esa época necesitaban mano de obra que pasaron a ser los puertorriqueños. Así que en ese sentido se puede ver como una especie de explotación hacia el pueblo.

– WRS – ¿Cuál debería ser el rol de la academia y la sociedad civil puertorriqueña dentro de los Estados Unidos y Puerto Rico en la descolonización de Puerto Rico, si alguno? ¿Qué deberían hacer?

SRC – Debe asumir un rol más protagónico, más activo en la denuncia y el reclamo, también en la educación. Deben estar más en los medios, educando a las masas. Eso no lo hacen como se debería. Son pocos los profesores que lo hacen.

Una como periodista tiene que sufrir buscando expertos que se atrevan a hablar en entrevistas de cualquier tema, imagínate la descolonización. Por eso casi siempre es la misma gente que sale. Sin embargo, ahora con las redes sociales y la tecnología hay más oportunidades, pero se necesita siempre que las personas educadas y los investigadores académicos compartan sus conocimientos y los medios son ideales para eso. Más gente educada, profesores, deben escribir, abrir podcasts en vez de dejarle ese espacio a los políticos y cabilderos. Más intelectuales y menos políticos.

– WRS – ¿Cómo el Comisionado Residente de Puerto Rico en el Congreso de los Estados Unidos y los congresistas de origen puertorriqueño podrían ayudar a resolver los problemas económico-sociales creados por la explotación de los Estados Unidos en Puerto Rico?

SRC – Fácil. Siendo honestos. Pueden hacer estudios, resoluciones investigativas, convocar coaliciones, desarrollar campañas educativas, pero no. Por el contrario, hay demasiados intereses y es cuesta arriba. Alexandria Ocasio Cortés y Nydia Velázquez han intentado algunas movidas recientes, pero todavía se ve como algo oportunistas para gerenciarse votos de los boricuas en la diáspora. No es necesariamente para beneficiar a los de la isla a salir de la explotación colonial.

– WRS – ¿Por qué los movimientos de estadidad no han sido capaces de confrontar al imperialismo estadounidense en Puerto Rico y los Estados Unidos? ¿Qué deberían hacer?

SRC – Lo primero es porque honestamente estoy convencida de que los puertorriqueños más colonizados son los estadistas. Son dóciles porque creen que el americano es Dios o su amo. Como esclavos, le temen. Esto no lo digo para burlarme ni humillaros, sino porque es un convencimiento al que he llegado en años de analizarlos, entrevistarlos y ver cómo se comportan. Por muchos años fui reportera asignada a cubrir el Partido Nuevo Progresista y una ve cómo son.

Pero en parte también es porque no les interesa combatirlo. Están cómodos. Empresarios multimillonarios se benefician de ese mismo sistema. Dependen de las leyes de cabotaje o los ingresos que generan, así que no los van a combatir. Por otro lado, tienen toda una cepa de políticos sin educación que en su mayoría no te pueden ni articular una palabra en inglés.

Para mí eso siempre ha sido algo fascinante, ver políticos que se caen de cabeza y gritan en la radio defendiendo la estadidad, pero ni entienden las leyes federales, ni el sistema porque no saben hablar inglés. ¿Has visto al presidente del Senado Thomas Rivera Schatz, que tanto despotrica contra la prensa hablando en inglés? Nunca. Tampoco al presidente de la Cámara Johnny Méndez. Esos son sólo dos ejemplos.

Hace más de 20 años (para el año 2000 para ser exacta) le cuestioné a Pedro Rosselló y a Carlos Romero Barceló, que ambos sí sabían inglés, por qué el Partido Nuevo Progresista no educaba a sus huestes. Yo estaba publicando una serie de artículos sobre la nacionalidad puertorriqueña, que ganaron varios premios de periodismo, por cierto. Fueron entrevistas en profundidad y se evidenció que había una falta total de educación. Tengo que reconocer que desde entonces el PNP inició una especie de “escuelita” política o electoral que hacían en su sede, y más adelante durante las convenciones, para explicarle a los seguidores cómo era el sistema estadounidense, como eran las leyes, la Constitución, la relación de subordinación de Puerto Rico como territorio no incorporado, etc. Fue interesante ver que actuaron. La cuestión es que fue en español. Pocos pueden ir a pararse ante Trump o ante algún político estadounidense y defender su punto.

– WRS – ¿Qué ha hecho, si algo, la presidencia de los Estados Unidos, y los dos partidos políticos dominantes dentro de los Estados Unidos, el demócrata y el republicano, para mitigar el desastre que ellos y los estadounidenses ayudaron a crear dentro de Puerto Rico?

SRC – Bueno, siempre ha habido individuos estadounidenses que genuinamente han querido trabajar por Puerto Rico con honestidad. Pienso en Raúl Grijalva, que murió en estos días y trató con seriedad de buscar alternativas para la soberanía puertorriqueña. Pienso también en el mismo Don Young que estuvo casi tres años llevando un proceso para conseguir un proyecto real de cambio de status en el Congreso, pero los mismos estadistas se lo derrotaron.

Esos son dos ejemplos, y sé que hay más. Sin embargo, a la mayoría de los estadounidenses con poder no les interesa Puerto Rico. Para ellos no es negocio resolver nuestra crisis. Por el contrario. Tienes a los empresarios que como buitres vienen a beneficiarse aquí de la Ley 60, y de paso, se quedan con las propiedades y nos están desplazando.

En cuanto a la presidencia, creo que hubo gente más seria como Carter y muchos charlatanes como Barack Obama y Donald Trump. Obama, siendo demócrata y birracial debía entender los procesos de las minorías, pero, sin embargo, nos mató con esa Ley Promesa. Terminó de pisar el acelerador para hundir a este pueblo. Yo lo veía venir desde que estaba en campaña y publiqué unas columnas críticas hacia su candidatura, y de su comité me contactaron para insinuar que rectificara. Jamás lo hice y el tiempo me dio la razón. Fue mal con Puerto Rico.

Entonces, llega Trump, con sus actitudes, lo continúa todo. No hay interés real en solucionar el estatus porque Puerto Rico no es prioridad. Quizás el momento más cercano sea ahora con este segundo término de Trump. El está consciente del costo económico de la isla y aunque no ha hablado hasta ahora, sí lo hizo en su primer término cuando habló de cambia a Groenlandia por Puerto Rico. Ahora que Canadá sea el estado 51, imagínate.

– WRS – ¿Cuál sería la forma de que los puertorriqueños rompan con este ciclo de abuso del colonialismo estadounidense dentro de Puerto Rico? ¿Debería Puerto Rico y los puertorriqueños ser reparados económicamente por Estados Unidos?

SRC – Claro que deberíamos los puertorriqueños recibir un desagravio, una reparación para un siglo de desplazamientos y presiones, pero eso no va a pasar.

Lo que sí puede encaminarse para romper el colonialismo, es lo que han iniciado algunos independentistas, de proyectarlo como una solución para terminar con lo que el gobierno de Trump entiende es un gasto excesivo en programas y ayudas. Si ellos están recortando el gobierno y Puerto Rico les cuesta tanto, la relación debe cambiar. Esa conversación me parece lo más sensato e interesante que he visto sobre el estatus y la relación imperio-colonia en décadas. Habrá que ver si sobrevive a las presiones de los sectores que no quieren cambio para no perder dinero.

– WRS – El economista francés Thomas Piketty considera que Francia debería reparar en más de 28 mil millones de dólares americanos a Haití. ¿En cuánto debería Estados Unidos reparar económicamente a Puerto Rico y a los puertorriqueños?

SRC – No tengo idea. ¿Cómo calculas el desplazamiento, las familias rotas, la persecución, el destierro? No sé.

– WRS – Muchos puertorriqueños viven en la diáspora, bien en Estados Unidos como fuera de los Estados Unidos. Otros puertorriqueños han sido y son partícipes del saqueo estadounidense dentro de Puerto Rico. Todos, los primeros y los segundos son estadounidenses. ¿Por qué deben ser o no ser recompensados? ¿Son todos los puertorriqueños sujetos coloniales a los que se les ha robado su futuro en su propia tierra? ¿Se les debe devolver su futuro estén donde estén, sean quienes sean?

SRC – Estás hablando de las distinciones. Algo así como el esclavo del campo, el que labraba la tierra versus la que cocinaba le cuidaba los nenes al amo en la casa. O quizás el esclavo que usaban como padrote para procrear más esclavos versus el esclavo mayordomo que vivía en la casa podía tener acceso a más comida o quizás a un mejor trato que el que dormía en la barraca. Unos tenían más acceso a comida y quizás a tener ropa o vivir un poco mejor. Quizás hasta eran hijos mulatos del amo, y como eran de piel más clara, podían estar en la casa. Pero al final de cuentas, todos eran esclavos. Estamos hablando de lo mismo.

Los puertorriqueños que vivimos aquí y los que se han ido, todos somos puertorriqueños. Con experiencias de vida o accesos distintos, pero somos boricuas. A todos en mayor o menor medida nos han robado lo que somos.

– WRS – Recientemente ha estado moviéndose un proyecto de Orden Ejecutiva para el reconocimiento de la soberanía de Puerto Rico por parte del Presidente de los Estados Unidos. ¿Qué le falta a ese proyecto de Orden Ejecutiva? ¿Qué defectos le ves a ese proyecto de Orden Ejecutiva? ¿Por qué los Estados Unidos merecen algo mejor? ¿Por qué Puerto Rico merece algo mejor?

SRC – Fui la primera reportera en publicar sobre el tema porque me enteré gracias a amigos de la diáspora. Lo corroboré con fuentes republicanas en la Casa Blanca. Casi un mes más tarde fue que los medios corporativos lo publicaron, sobre todo cuando la noticia trascendió en medios internacionales. Ahora mismo ese grupo que impulsa esa alternativa ha tenido que enfrentar una especie de coalición PNP, PPD y hasta del PIP para descartarlos y minimizarlos.

El PNP a nivel institucional y a través del aparato de propaganda mediante el que controlan el espacio de opinión y líneas editoriales en los medios, lo han aplastado. Han tratado de reducir el esfuerzo a tema de burla a través de memes y trolls en las redes sociales, y mediante comentaristas y columnistas en nómina o afines ideológicamente que han publicado en contra de ese esfuerzo. El PPD que ya no controla todo, se ha hecho eco del PNP.

El PIP ha sido más cauteloso. Dalmau se distanció, aunque reconoció la importancia de esas gestiones, pero uno ve los comentarios de los pipiolos y de sus portavoces afines en los medios casi descartando la iniciativa. Es como si dijeran “está bien, pero eso no se hace así”. O sea, el estatus sólo se resuelve como ellos plantean.

Debo decir que ahora mismo hay unos estadistas que están intentando hacer un documento parecido a ese de los independentistas, pero con el objetivo de que Trump declare la estadidad mediante Orden Ejecutiva. A ese menos caso le harán.

Esto se resuelve cuando todos se sienten en una mesa y entiendo que debe ser una asamblea constituyente porque es el mecanismo que tendría a todos los sectores representados.

Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.