El 20 de marzo de 2003 el ejército estadounidense junto con una coalición minoritaria de países afectos al imperio invadieron Irak. De nada valieron las tímidas protestas de algunos países de peso como: Alemania, Rusia, China. Para luego quedaron las intenciones de legalizar la guerra en la ONU, poco importó a los invasores las cientos […]
El 20 de marzo de 2003 el ejército estadounidense junto con una coalición minoritaria de países afectos al imperio invadieron Irak. De nada valieron las tímidas protestas de algunos países de peso como: Alemania, Rusia, China. Para luego quedaron las intenciones de legalizar la guerra en la ONU, poco importó a los invasores las cientos de marchas pacíficas y multitudinarias de millones de personas rechazando la guerra y a sus gobiernos, No. Al imperialismo no le conciernen las acciones de paz, la opinión pública, el descontento general, ni la legalidad. A la hora de defender el sistema, aleccionar a otros pueblos para que no se revelen, el genocidio y la masacre son sus herramientas fundamentales. La publicidad, los medios de comunicación, el cine y los escritos de sus pseudo intelectuales inoculan siguiendo los mandatos de sus dueños: las corporaciones transnacionales, dueñas de todo lo que se compra y vende en el mundo, toda la mentira y estafa a la inteligencia de la razón de la invasión a Irak. Lo que Marx llamó «la literatura mundial», instrumento de propagación de la ideología dominante: la capitalista neoliberal, se encargó de generar el clima de miedo, terror y elucubraciones imbéciles acerca de los hechos puntuales causantes de la guerra.
Las farsas empleadas como excusa se remiten entre otras a:
a) «Al Qaeda e Irak trabajan juntos»: está especulación fue tomada como cierta, hasta que informes de la misma inteligencia británica la echaron por tierra, aduciendo «diferencias ideológicas» entre ambos sectores, asunto por demás evidente.
b) «Hussein podía producir viruela, armas nucleares, gas mostaza, armas biológicas y químicas»: Nunca encontraron ningún arma de ese tipo en Irak. Jamás. Sabían que no se manejaban ya, esos armamentos y los que se tenían, herencia de la guerra de los noventa fueron destruidos y desmantelados por los mismos invasores de la actualidad. Ninguna inspección de la agencia Internacional de Energía, ni de la ONU, logró reportar peligro alguno relacionado con el uso de estas armas, en resumen una treta para bobos.
c) «La guerra será fácil»: Se dejó colar este «simplismo belicista» y de difundió algo así cómo: «tranquilos vamos a matar a Hussein y algunos de sus militares, instalaremos la democracia, y mataremos al mínimo de personas con el número de bajas más reducido posible». Sin consideraciones morales que hacerle al «Gran Genocida» es evidente que no sería así, no lo fue en Afganistán un país mucho más pequeño y débil, menos lo sería en Irak y más aún someter a 16 millones de personas, los amos de la guerra lo sabían, sólo la obnubilación mediática se los hizo creer al pueblo. Así mismo se dibujo un paisaje de millares de personas lanzando flores al ejército «liberador», nada más lejos de ello.
d) «Ahora el petróleo será para los iraquíes»: Después de destruir miles de carreteras, puentes, casas, edificios, museos, hospitales y bibliotecas, ahora los «Súper Genocidas» se presentan como: Arquitectos, ingenieros y protectores de los recursos de Irak. Por ello, usaron una resolución de su brazo internacional (la ONU) para desde su Consejo de Seguridad sacar una resolución que les permita administrar (EUA y el Reino Unido) las ganancias del petróleo. Ahora Irak está tremendamente endeudado con sus agresores, quienes destruyen actualmente reconstruyen, explotando a Iraquíes y con el propio dinero que hurtan, un negocio de ensueño.
Esa montaña de ficciones ha sido desenmascarada, pero la invasión sigue, y Bush solicitó la incorporación de más de 21 mil soldados. Lograron sacar a Hussein del poder, pudieron humillarlo y junto con el colaboracionismo y violando cualquier tratado de guerra lo ahorcaron públicamente, demostrando su sangre bárbara y sobre todo muy aleccionadora. El mensaje es claro: EUA defiende el sistema de injusticias, hambre, miseria y crímenes. Cualquier intento de retar este comportamiento será aplastado con la violencia más atroz.
La vida diaria en Irak es un real suplicio, el desempleo, la hambruna, el vejamen y toda clase de crímenes representan la nueva cotidianidad de los iraquíes. Según cifras del BM (uno de los asesinos económicos) el PIB de Irak en 1990 fue de 48.422 millones de dólares, a sólo un año luego de la invasión el PIB bajó en el 2004 a 12.602. Es decir en 14 años la producción total interna de bienes y servicios disminuyó en 75%, gracias a la «colaboración» del Hegemón invasor. Adiós a los servicios básicos, a las condiciones de existencia mínimas, a los iraquíes les toca muerte, violaciones y torturas. Las bajas de las tropas invasoras rozan las 25 mil, incluyendo un saldo de 3500 muertes aproximadamente. Estas muertes, son de jóvenes en su mayoría pobres, latinos, negros y asiáticos que se ven empujados por el desempleo y la necesidad de buscar dinero en un país que los envía a la muerte. Lo hacen para sobrevivir en sistema donde sólo encuentran trabajos miserables, o donde se les niega la condición de ciudadanía, utilizando las prédicas más xenófobas y chovinistas posibles.
Los que en condiciones terriblemente desventajosas se defienden de la invasión son a quienes llaman «terroristas». Como dice Tariq Alí: «los Mau Mau en Kenia fueron brutalmente tratados por los británicos, los argelinos del FLN por los franceses; los vietnamitas por franceses y americanos». Los agresores, genocidas, torturadores, violadores de mujeres y niños (hay cientos de fotos en la Web, donde muestran su morbosidad y sadismo contra los prisioneros, verbigracia: Cárcel de Abu Graib) son ahora «libertarios», y los que impiden la aniquilación dando sus vidas son «terroristas». El mundo al revés, los asesinos son vitoreados por la prensa, por los medios y los defensores de los pueblos son condenados y tildados de «terroristas», merecen el peor castigo de todos, no son ciudadanos, la aplicación de la tortura contra ellos es «buena».
Los ejércitos son cada vez más entes privados, la parapolítica que hace Uribe en Colombia, es un pariente cercano al merceniariaje estadounidense en sus invasiones. Hay menores complicaciones morales, es más fácil mandar ejércitos particulares de Empresas a matar en nombre de la seguridad individual, sin patriotismo, ni bandera. No hay reglas, ni convenios, ni tratados. Sus muertes son justificadas con lacónicas frases: «murió en su trabajo, para eso le pagan». El altísimo costo de la guerra calculado en 500 Billones de dólares es una demostración de la capacidad bélica dantesca del agresor y una bofetada para los neo utopistas que creen que recogiendo dinero de los países ricos para financiar a los pobres se aliviaran el hambre y las injusticias. Con «sólo» 80 billones de dólares suplementarios a los presupuestos mundiales (según la UNICEF, 1998) se garantizaría la satisfacción de las necesidades básicas de todas las personas en el MUNDO, ente las cuáles está educación, acceso al agua potable, salud etc. Con sólo el 20% de lo que se gastó en la Invasión. No hay intención de ayudar, liberar, o mejorar la calidad de vida de nadie, es el exterminio para aleccionar a los pueblos que osen o amaguen con la liberación del sistema opresor.
Los «exterminadores» han dejado a su paso la cantidad de 650 mil asesinatos, cifra revelada en el estudio de la John Hopkins Bloomberg School of Public Health, una universidad estadounidense. Y aún siguen allí, aniquilando y sojuzgando a un pueblo entero. Los «socialistas de la ignorancia» consideran la caída y decadencia del Imperio, un hecho, creen que la no dominación absoluta de Irak es una evidencia, deliberan sobre la pérdida de competitividad en alas de aviones Boeing y un larga ristra de detalles. Esa clase de mal llamados «marxistas» desconocen la situación y el contexto; argumentan necedades como: «EUA no puede sostener 5 frentes de guerra al mismo tiempo». «El hegemón está a la defensiva, una política pacifista o independiente lo destruirá». «El alto costo de la guerra los esta arruinando».Nada más falso y alejado de la realidad.
EL costo de la Guerra en Irak aunque luce exorbitante (4 veces el PIB de un país petrolero como Venezuela) y serviría para alimentar varias veces a los niños que cada 6 segundos fallecen (cifra de las FAO) por causa del hambre, es manejable por el único Imperio de la actualidad. Apenas representa el 1% de su PIB, que comparado con el 14% que costo la guerra en Vietnam es irrisorio, y tal como lo dijo el actual Director de estudios presupuestarios en el Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias el señor Steven Kosiak: «Creo que es difícil sostener que no es asequible». La guerra se ha cubierto en su mayoría con asignaciones suplementarias ajenas al proceso presupuestario federal regular. Robert Hormats, director ejecutivo de Goldman Sachs Institute comenta que la época de pedir sacrificios a la población para financiar la guerra es historia, los gestos de Franklin D. Roosevelt eliminando algunos programas de su gobierno y reduciendo otros para contribuir a financiar la Segunda Guerra Mundial han pasado a ser sólo recuerdos.
Lo anterior echa por tierra la cómica teoría de «quiebra bélica» y de decadencia militar que confunde a los revolucionarios honestos que oyen de estos charlatanes ese tipo de disparates. El secretario de defensa de EUA, Robert Gates admitió que «los gastos de Seguridad y Defensa, y de guerra sólo suman un 4% del producto interno bruto de la nación, una fracción mucho menor de lo que ha sido históricamente», es decir, más que asequible.
Ya no hay guerras, como se las conoció, suceden invasiones con armamento de altísima tecnología, contra (como dice Carlos Lazo) una «resistencia» compuesta de civiles y guerrilleros quienes desesperados deben inmolarse y obligatoriamente morir para causar un mínimo daño al enemigo. No es neo-colonialismo, no hay intención (parafraseando a Eduardo Galeano) de «civilizar» ni «culturizar», ni «proteger» a ningún pueblo. Es el crimen, el saqueo y genocidio frontal y directo. No hay discurso, sólo asesinatos en masa, miedo e intimidación elaborada de forma pública y notoria para evitar cualquier sensación y necesidad de cambio en las mentes de los pobladores.
¿Se puede llamar a esto estar a la defensiva? Cuando como nunca en la historia la mercantilización e involución en los derechos fundamentales del ser humano han sido arrasados por los dueños de las más grandes corporaciones financieras y sus representantes directos en los estados. La literatura mundial ha aburguesado tanto a la población que cualquier propuesta populista, social cristiana, o que plantee una redistribución de la riqueza menos mala para el proletariado es vista como súper Revolucionaria, izquierditas e incluso «terrorista». No, el imperialismo está a la ofensiva, al aniquilamiento de la más mínima sublevación.
El camarada Santiago Lazo ha desnudado el estado de atraso y arrase de la izquierda en la actualidad, no nos llamemos a engaños, estamos luchando contra el «ultra-imperialismo» del «renegado» Karl Kautsky, que a pesar de que erró en pronosticar el fin de las guerras inter-imperiales, al escribir el libro «Der Imperialismos» al final de la primera Guerra Mundial, se acerca a la situación actual al observar la consolidación de los intereses imperialistas de las grandes potencias en una sola. Los une ya, un capital internacional indivisible, sin fronteras ni patrias. No es el abstracto «imperio» utópico de Hardt-Negri, es ahora muy concreto y real. Es la máquina poderosa que implanta y defiende el sistema capitalista (mal llamado economía de mercado) a sangre y fuego, sin importar la miseria y el envilecimiento de la humanidad.
Es desolador, pero a la vez apremiante conocer a la bestia, y con ello luchar desde todos los flancos, con todas las armas y con todas nuestras fuerzas y con todas las alianzas posibles para su contención y destrucción. Todos, en el mundo debemos organizarnos, sólidamente para aporrear, martillar y consecuentemente restarle poder, con un solo objetivo, trascender SU sistema capitalista. No sólo las marchas y el muy importante boicot (la no compra de Bienes y servicios de orígenes imperialistas, para no financiar las balas y aviones del porno ejército torturador) sino la acción organizada, planificada y consecuentemente disciplinada de la violencia revolucionaria para combatir al enemigo más poderoso de la humanidad.