El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) advirtió ayer, en Ginebra, de que la violencia persistente en Irak agrava de manera alarmante la crisis humanitaria en este país. Se calcula que 50.000 personas se ven obligadas cada mes a abandonar sus hogares a causa de los combates. «Acnur está cada vez más […]
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) advirtió ayer, en Ginebra, de que la violencia persistente en Irak agrava de manera alarmante la crisis humanitaria en este país. Se calcula que 50.000 personas se ven obligadas cada mes a abandonar sus hogares a causa de los combates.
«Acnur está cada vez más preocupado por la violencia incesante en Irak y se inquieta por la falta de fondos para socorrer a la enorme cantidad de desplazados internos» declaró ayer el portavoz de esta organización, Ron Redmond, tras una reunión del grupo de países donantes celebrada en esta ciudad suiza.
Según este organismo, actualmente 1,6 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse en el interior del territorio a causa de la violencia. Durante este año, 425.000 iraquíes han huído de sus domicilios debido a las luchas entre sectas desatadas tras el bombardeo de Samarra, en febrero pasado. A esta cifra hay que añadir el número de refugiados en el extranjero, unos 1,8 millones de iraquíes, que coloca a los nacionales de este país en el número uno de la lista de los demandantes de asilo en Europa, con 8.100 peticiones en el transcurso de los primeros seis meses de 2006, un 50% más que durante el año anterior.
La agencia de la ONU que se ocupa de los refugiados, calcula que diariamente 2.000 iraquíes se refugian en Siria y un millar en Jordania. Actualmente unos 700.000 iraquíes viven en Jordania, 600.000 en Siria, 100.000 en Egipto, 54.000 en Irán y entre 20.000 y 40.000 en el Líbano.
Redmond subrayó que la actual crisis humanitaria es mucho más grave que la prevista inicialmente para el año 2003, durante la invasión de Irak por las fuerzas de la coalición. «Actualmente nos enfrentamos a un éxodo silencioso e invisible», declaró el portavoz. «En 2003 se había previsto un éxodo de 600.000 personas y calculado un presupuesto de 154 millones de dólares, hoy nos enfrentamos con cientos de miles de personas más y tenemos sólo un presupuesto de 29 millones de dólares que ha sido financiado en un 60%», explicó el representante de Acnur.
«Lo peor aún está por venir porque tememos que un gran porcentaje de la población que permanece en Irak esperando que la situación mejore pueda decidirse a abandonar el país o a refugiarse en áreas menos violentas. Muchos profesionales se han marchado ya, y esta gente es necesaria para el bienestar del país», comentó.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), numerosos desplazados internos no tienen acceso a las raciones alimentarias distribuidas por el Gobierno, ni tampoco al sistema educativo ni al de salud.