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Acuerdo Bagdad-Washington: persisten las divergencias

Fuentes: L’Humanité

Traducido por Caty R.


 

El gobierno de Bagdad se niega a firmar las condiciones del acuerdo sobre la permanencia de las tropas estadounidenses hasta finales de 2011 y exige modificaciones que conciernen a la responsabilidad judicial de los crímenes de los soldados estadounidenses.

El acuerdo bautizado SOFA (Status of fuerzas agreement), que pretende dar un marco legal a la presencia de las tropas estadounidenses en Iraq cuando termine, el 31 de diciembre de 2008 el mandato de la ONU, y que se está negociando entre Washington y Bagdad, se inscribe en un contexto doble. Por una parte, en el contexto electoral estadounidense, y por otro lado, en el particular contexto de los iraquíes, impregnado de violencia, en el que la mayoría de las fuerzas políticas y la población iraquí exigen la retirada de las tropas de EEUU. El martes, antes de su presentación en el Parlamento para su adopción, el gobierno iraquí decidió aportar sus cambios al proyecto del acuerdo, que se puso en marcha el 16 de octubre tras siete meses de ásperas negociaciones.

Una presencia militar duradera

¿De qué se trata? El mandato de la ONU que legitimaba la presencia de las fuerzas estadounidenses expira a finales de 2008; El pasado 16 de octubre, Washington y Bagdad se entendieron sobre un proyecto de acuerdo que preveía una prolongación de la presencia estadounidense desde 1 de enero de 2009 al 31 de diciembre de 2011. Este acuerdo es del tipo de los que firma Estados Unidos con los países donde desea establecer bases permanentes. También contiene cláusulas en las que aparece claramente la voluntad de EEUU de asegurar una presencia militar duradera, como por ejemplo la que estipula explícitamente que Iraq podría pedir la prórroga del mandato de las fuerzas estadounidenses ¡más allá de 2011! Por supuesto, en contrapartida, los estadounidenses ya no podrían efectuar operaciones militares sin el acuerdo de Bagdad a partir del 1 de enero de 2009 y tampoco podrían patrullar o estacionarse en las ciudades y los pueblos, desde el 30 de junio de 2009, sin la autorización de las autoridades iraquíes.

Inmunidad de las tropas estadounidenses

Más allá de este hecho, actualmente el acuerdo entre ambas partes choca en dos puntos. Aunque Estados Unidos está de acuerdo en dejar Iraq a finales de 2011, sin embargo se niega a comprometerse a fijar un calendario para la retirada de sus tropas. Y sólo «si las condiciones sobre el terreno lo permiten», precisó Geoff Morrell, portavoz del Pentágono. El otro punto de desacuerdo se refiere al grado de inmunidad de los militares estadounidenses. Este punto estipula que «Estados Unidos podrá aplicar su jurisdicción sobre sus tropas cuando los incidentes se produzcan en sus bases o si están en misión fuera de dichas bases», la jurisdicción iraquí sólo se aplicaría «en el caso de que dichas fuerzas cometan crímenes graves y deliberados fuera de sus bases y al margen de su servicio» ¡Y una comisión mixta estadounidense-iraquí lo consentiría! Es decir, aunque un militar estadounidense sea declarado culpable de crímenes de guerra, de hecho, se puede escapar de la justicia iraquí. Y lo que es más grave, con semejantes excepciones, serán raros los casos en los que se pueda perseguir judicialmente a los militares estadounidenses.

En Bagdad, los partidarios del imán chií Moktada Sadr, que se manifestaron el sábado contra el acuerdo, exigen que el Parlamento se niegue a ratificarlo. Otros, dentro de la coalición chií, quieren precisiones sobre la cláusula que permitiría a la justicia iraquí juzgar a los soldados y subcontratistas estadounidenses por crímenes en condiciones limitadas. También quieren eliminar el párrafo que permitiría al gobierno pedir la conservación de la presencia estadounidense, precisó Sami al-Askari, consejero del Primer Ministro. En cambio, los partidos kurdos desean que el acuerdo se ratifique lo antes posible.

En Estados Unidos, donde el Pentágono dio a conocer la que sería su última oferta, el hecho de no cerrar el acuerdo no beneficia a ninguno de los dos candidatos a la Casa Blanca porque, a pesar de su divergencia en cuanto al mantenimiento o no de las tropas en Iraq, Obama y McCain tienen el mayor interés, se dice, en que se firme antes del final del mandato de George Bush. Si no es así, la otra opción sería un nuevo mandato de la ONU.

Original en francés:

http://www.humanite.fr/2008-10-23_International_Persistance-des-divergences-entre-Bagdad-et-Washington

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.