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Adiós a Raúl Corrales, fotógrafo

Fuentes: Progreso Semanal

Todos los televidentes quedamos impactados. La noche anterior, la tele había transmitido una entrevista con el renombrado fotógrafo, en el breve espacio Cubanos en primer plano, Y, pocas horas después, al levantarnos, la propia televisión nos traía la noticia de su súbito deceso. Raúl Corrales había nacido en la ciudad de Ciego de Avila, entonces […]

Todos los televidentes quedamos impactados. La noche anterior, la tele había transmitido una entrevista con el renombrado fotógrafo, en el breve espacio Cubanos en primer plano, Y, pocas horas después, al levantarnos, la propia televisión nos traía la noticia de su súbito deceso.

Raúl Corrales había nacido en la ciudad de Ciego de Avila, entonces provincia de Camaguey, en el centro de la Isla, en 1925. Desde joven se vinculó al mundo de la fotografía, pero no como fotógrafo, sino como limpiapisos, según nos contó él mismo en la entrevista a la que acabo de referirme. Sus diversos trabajos de juventud lo llevaron, incluso (según revela el periódico Juventud Rebelde del 23 de abril), a ser valet y vestuarista en La Habana del ídolo mexicano Jorge Negrete. Mucho después empezó su camino fotográfico: las revistas Carteles y Bohemia, tan prestigiosas, y la publicitaria Siboney, de la cual fue jefe de fotografía.

Pero su obra trascendente la realizó entre 1959 y 1962. Ahí han quedado, como parte del acervo cultural del país, sus instantáneas en Playa Girón, sus primeros planos al Che Guevara, su fabulosa foto que tituló Caballería. Con Korda, Salas, Liborio Noval y otros (pocos) más, integra la selecta nómina de los grandes fotógrafos cubanos de todos los tiempos. Ya se le oímos decir a él mismo, sin falsa modestia alguna, en su última entrevista: «La historia de Cuba puede escribirse sin mí. La historia gráfica de Cuba, no.».

De aquí y de allá

Acaba de celebrarse en Gibara, en el extremo oriental de Cuba, perteneciente a la provincia de Holguín, el IV Festival Internacional de Cine Pobre, presidido por el maestro de cineastas, Humberto Solás (Lucía, Manuela, Un hombre de éxito, Miel para Oshún, Barrio Cuba…) Los premios consistieron en lo más codiciado para un realizador: presupuesto y tecnología para ayudarlos a llevar adelante sus proyectos. Solás declaró a la prensa «(El cine pobre) es un movimiento ético que propugna la realización de un cine de excelencia estética pero de muy pocos recursos». Y develó un anuncio: el proyecto de creación de una «Casa del Festival». Dijo al periódico Juventud Rebelde: «Queremos que sea en La Habana Vieja…(mi mundo es el barroco cubano)…por un lado interactuaríamos con la comunicad y por el otro, un claustro de prestigio impartiría gratuitamente seminarios y talleres». Un gran programa al servicio de los realizadores del mundo con talento y sin recursos. De Humberto Solás se estrenó en el Festival de Gibara el cortometraje Adela. Trata de una madre que pierde a su hijo en la guerra, pero ella está segura de que el hijo sigue vivo. Otro acento en el melodrama, como la última película de Solás, Barrio Cuba.

Sin que tenga nada que ver con el Festival de Cine Pobre, se estrenó en Cuba la última coproducción cubano española: Rosa de Francia. La dirige Manuel Gutiérrez Aragón, un reconocido cineasta español, y la protagonizan los actores cubanos Jorge Perugorría y Broselianda Hernández. El guión es de Senel Paz, que se hizo internacionalmente conocido con el de Fresa y Chocolate, basado en su propio relato El lobo, el bosque y el hombre nuevo. Y a Senel quería referirme. A su ciudad natal, Cabaiguán, quiso llegar el escritor con algunos de sus compañeros de elenco en la Rosa de Francia. Y allí, él mismo presentó el estreno de esta película, y contó a sus coterráneos que es tan grande su apego a su pueblo natal, que el nombre Cabaiguán siempre lo incluye en sus películas, incluso en esta última. Está en Una novia para David, Fresa y Chocolate, Cosas que dejé en La Habana…. Lo difícil fue ponerlo en boca de un personaje búlgaro en la película española Malena es nombre de tango. Pero encontró la solución. Cuando le preguntan al búlgaro: «¿y tú eres de Sofía?», él responde, «No, yo soy de Kava-Eiguán».

Por cierto, un cineasta cubano ha sido el primer extranjero en ser seleccionado miembro de la Academia Mexicana de Cine. Es el realizador Julio García Espinosa (El Mégano, Aventuras de Juan Quinquín, Reina y rey). En la capital mexicana, con motivo del acto de proclamación, se celebró un coloquio en el que se analizó el ensayo de García Espinosa Por un cine imperfecto. Los estrechos vínculos de este director, hoy director de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, comenzaron desde los años 50, cuando un mexicano, el productor Manuel Barbáchano, aportó fondos para contribuir a la filmación de El Mégano en 1956. Este corto se considera hoy un clásico del cine en Latinoamérica. La relación artística del cubano con la cinematografía mexicana es tal, que incluso su nombre aparece como una entrada en el Diccionario de Cine Mexicano. Así que este nombramiento no ha sido más que la culminación de un largo camino recorrido.

La vida del Che Guevara ha sido llevada a la plástica, al cine, a la literatura. Menos veces a la música. Pero ahora, en Beirut, la capital del Líbano, han estrenado una opera que se titula Che Guevara; letra y música de dos hermanos, los Sabbagh, de Farid la primera y de Maher la segunda. La coreografía es del armenio Felix Haroutunian. Los textos están basados en los libros publicados por el famoso y consecuente guerrillero argentino-cubano, asesinado en Bolivia en 1967.

En España ha sido reeditada la historia de un personaje, no de la épica, sino de la nostalgia habanera. El Caballero de París. El libro Yo soy el Caballero de París fue escrito por el médico cubano Luis Calzadilla, el último psiquiatra que atendió en el Hospital al llamado «Príncipe de las calles habaneras» en las décadas de los 40, 50, 60 e inicios de los 70. Antes de que muriera, en julio de 1985, el doctor solicitó autorización a su paciente para escribir sobre él, a lo cual el Caballero accedió solícito. Como ustedes saben, en una acera de La Habana Vieja, una estatua de bronce en actitud andariega, inmortaliza el recuerdo de aquel que saludaba a las damas que encontraba a su paso recogiéndose la capa y saludando gentil «Caballero de París».

Como cada año, Casa de las Américas está a punto de regalarnos su encuentro Mayo Teatral, en el que artistas de diferentes países muestran en La Habana lo mejor de su quehacer en las tablas. Ya han confirmado su presencia los grupos El Patrón Vázquez, argentino, con la obra La estupidez; de Bolivia llegará el Oasis Teatro y su obra Musas, de Brasil, Vértice de Teatro con Conjugados. Veremos a los actores chilenos Antonio de la Parra y León Cohen interpretando La secreta obscenidad de cada día, a Zero no Zero de Ecuador con su Medea llama por cobrar, Teatro circular llega de Montevideo con Onetti en el espejo y la Compañía Regional de Teatro de Venezuela con A tu memoria. Lo mejor de lo exhibido en la escena cubana en los últimos meses, representará al país en el evento: Stockman, un enemigo del pueblo, de Argos Teatro. La puta respetuosa de Teatro El Público, Charenton, del Buendía, Marx en el SOHO, unipersonal de Michaelis Cue, La virgencita de Bronce, de Teatro de las Estaciones, y algunas más.

Por cierto que el actor Michaelis Cue, del que acabo de hablarles, intérprete de Marx en el Soho, contó el otro día una anécdota muy interesante. Resulta que este actor interpreta en televisión un personaje muy querido por los niños, llamado Enrique Chiquito, en el programa infantil preferido por los pequeños La sombrilla amarilla. Se fue a una ciudad del extremo oriental de Cuba a interpretar su espectáculo Marx en el Soho, pero corrió la voz de que Enrique Chiquito estaba en el pueblo y, cuando llegó a su función, muy seria y adulta, como ustedes podrán inferir por el título, se encontró con que todos los niños del pueblo estaban en el lugar, locos por disfrutar de sus chistes y canciones. Entonces el actor saludó al público infantil como Enrique Chiquito, especialmente a los niños, y les dijo que no venía a hablarles de chascarrillos sino de algo muy serio, que él iba a hablarles en un lenguaje completamente diferente al de su personaje del gusto infantil, y que pedía la ayuda de los niños, para que los mayores pudieran disfrutar de su trabajo. Que él, como Enrique Chiquito, les pedía ese favor. Y afirma que en toda la obra no se oyó ni una voz infantil. Que todos los niños cooperaron para que la función fuera un éxito. Poder de convicción de un artista… y educación del público, aunque sea infantil.

Hablando de teatro, la Compañía cubana Teatro D’Dos acaba de presentarse en Portugal con actuaciones en el Café Teatro SantiagoAlquimista, de Lisboa, y en el Teatro Municipal, de Beja. A su gira, el grupo que dirige Julio César Ramírez llevó la obra Mediterráneos del dramaturgo argentino Adolfo Gutlein, que protagonizan el director y la actriz Yakelin Yera. Muy buena crítica y el aplauso del público recogió el espectáculo.

Dos cubanos, poetas, residentes en Miami, acaban de obtener premios literarios convocados en España. Reinaldo García Ramos ganó el XI Premio Internacional de Poesia Lyus Santamarina-Ciudad de Cieza 2006, en Murcia con su libro de poesías Obra del fugitivo, y Carlos Pintado, con su libro Autorretratro en Azul, obtuvo el galardón del Concurso Sant Jordi en Gerona, Cataluña. Estos experimentados escritores, que han publicado varios libros de poemas en los últimos años, demuestran una vez más la alta calidad de la lírica cubana, en todos los tiempos.

Sigue en auge la Charanga de Oro, una orquesta típica cubana integrada por excelentes músicos provenientes de la Sinfónica Nacional, el Buenavista Social Club y las Estrellas Cubanas. Su primer disco, Goza mi charanga, del sello Ahí Na Ma, será presentado este verano en México, Panamá, España, Japón, Canadá y Estados Unidos, con la presencia de la orquesta en vivo, salvo en Estados Unidos, país del que no recibieron la visa. Antes de su gira internacional estival, la Charanga de Oro se presentará en algunas ciudades cubanas, y filmará su primer video clip.

Por su parte, el popular ex cantante de los Van Van Pedrito Calvo, que fue la voz de la sin par orquesta durante nada menos que 27 años, prepara un nuevo proyecto. Está formando una nueva orquesta, La Nueva Justicia, y con ella interpretará números que él inmortalizara en el pasado, como Sandunguera, Marilú, El negro está cocinando, y otras. En este espíritu, está grabando un CD titulado El sandunguero mayor, al cual da ya sus últimos toques, antes de presentarse, próximamente, en una gira por Cuba.

Donde quiera que usted vaya ahora, en cualquier rincón cubano, hasta en la pelota, scuchará la canción del momento: Nostalgia por la conga, del grupo Sur Caribe. Es una conga que puede levantar hasta a un muerto de su tumba. Está incluida en el primer disco de la agrupación musical, Credenciales, del sello Egrem. Es una auténtica conga de los hoyos, cantanda por su autor Ricardo Leyva, el santiaguero que dirige Sur Caribe. Si usted no ha escuchado, a ritmo de conga tocada en el barrio santiaguero de Los Hoyos, la historia de Micaela, que se fue a otra tierra buscando caminos…corra, corra ahora mismo a tratar de oírla. Desde luego, lo ideal sería que usted pudiera ver el videoclip de la canción. Esa cantidad de niños, ancianos, mujeres y hombres poniéndose la mano en el corazón y mirándolo a usted directo a los ojos…conmueven al cubano más duro. Acuérdese que se lo digo.

Y ya por hoy termino. Hasta pronto. Nos encontramos en dos semanas.

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