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Al-Qaeda y el movimiento de resistencia iraquí

Fuentes: Global Research

«Mire usted, odio predecir la violencia, pero acabo de descubrir la naturaleza de los asesinos. Este tipo, Zarqaui, un miembro de al-Qaeda ­que estaba en Iraq, por cierto, antes de la caída de Saddam Hussein­ se encuentra todavía al máximo de sus capacidades en Iraq. Como bien podrán recordar, parte de su plan operativo era […]

«Mire usted, odio predecir la violencia, pero acabo de descubrir la naturaleza de los asesinos. Este tipo, Zarqaui, un miembro de al-Qaeda ­que estaba en Iraq, por cierto, antes de la caída de Saddam Hussein­ se encuentra todavía al máximo de sus capacidades en Iraq. Como bien podrán recordar, parte de su plan operativo era sembrar la violencia y la discordia entre los diferentes grupos en Iraq, a través del asesinato a sangre fría. Y por eso hemos de ayudar a encontrar a al-Zarqaui para que el pueblo de Iraq pueda tener un brillante futuro»

(George W. Bush, Rueda de prensa, 1 de junio de 2004)

Las fuerzas de EEUU están desarrollando un ataque masivo a la ciudad norteña de Tall ‘Afar, dirigido contra la resistencia iraquí. El asedio de la ciudad, que incluye bombardeos aéreos ha resultado en innumerables bajas civiles. Los bombardeos han creado una crisis humanitaria caracterizada por el éxodo en masa, a punta de pistola, de una gran parte de la población de Tall ‘Afar, que cuenta con 300.000 habitantes.

Tanto en la ciudad como en los campos de refugiados, las fuerzas de EEUU y sus contrapartes iraquíes han desarrollado una operación «de asalto y búsqueda», que ha aterrorizado a la población civil. De naturaleza muy similar al asedio de Faluya, el ataque sobre Tall ‘Afar se identifica, casualmente, como una iniciativa conjunta americano-iraquí para erradicar a los terroristas. Implica unos 6.000 soldados estadounidenses cargados de armamento y uns 4.000 efectivos iraquíes (peshmerga kurdos y miembros de las shiíes Brigadas Badr).

Tall ‘Afar se describe en los media como «un bastión de Al-Qaeda», bajo el liderazgo de la mente terrorista Abu Musab Al-Zarqawi. La ciudad está próxima a la frontera con Siria, y Siria se ve identificada como facilitadora del movimiento de «terroristas» hacia Iraq.
Las tropas iraquíes y estadounidenses han declarado que «perseguirán» a los llamados «luchadores extranjeros», quienes son «mayoritariamente como extremistas religiosos y fanáticos sunníes».

Si bien los medios de comunicación se centran en la presencia de «luchadores extranjeros», la mayoría de los guerrilleros de la Resistencia en Tall ‘Afar son iraquíes. No se ha dado aún ninguna información sobre detenciones en masa de guerrilleros extranjeros (tal y como refleja la declaración del Coronel Robert Brown, publicada por el Departamento de Estado de los EEUU, en el Servicio de Noticias del Estado, 14 de septiembre de 2005)

Se estiman unos 400-500 guerrilleros iraquíes. Los informes sugieren que la mayoría de los guerrilleros han abandonado ya la ciudad:

«Se estima que el 90% de los residentes han abandonado sus hogares debido a la violencia y la destrucción que está provocando el asedio, así como para evitar los asaltos a sus viviendas o a los francotiradores.
El modelo de Faluya se está volviendo a aplicar, aunque en menor escala…
Mientras los militares de EEUU proclaman haber matado a 200 «terroristas» en la operación, informes de campo aseguran que la mayoría de los guerrilleros que estaban en la ciudad la abandonaron hace tiempo para evitar el enfrentamiento directo con la aplastante maquinaria militar (una premisa básica de la guerra de guerrillas).»
(Dahr Yamail, www.globalresearch.ca)

Los militares de EEUU han identificado la región del Eúfrates como «un bastión de Zarqaui» y planea, según el New York Times, lanzar operaciones semejantes sobre otras ciudades en las próximas semanas:

«Oficiales de alto rango en el Pentágono e Iraq afirman creer que el señor Zarqaui y el ‘centro de gravedad’ de la insurgencia es ahora en los márgenes y ciudades del valle del Eúfrates cerca de la frontera con Siria.
Los mandos afirman que aplastarán el liderazgo de Zarqaui y a los insurgentes iraquíes en estas áreas. Durante el verano y primavera, marines y fuerzas del ejército de tierra han realizado asaltos sobre estas mismas ciudades, confiscando armas y matando a montones de insurgentes. Pero muchos combatientes desaparecieron en las áreas rurales, donde no existen suficientes tropas de la coalición para mantener una presencia constante en los pueblos.
Los mismos mandos anuncian que las nuevas ofensivas en la provincia de Anbar en las próximas semanas seguirán el modelo del asedio de Tall ‘Afar, que ha precisado de 8.500 soldados de EEUU e iraquíes.»
(New York Times, 17 de septiembre de 2005)

De acuerdo con United Press International (UPI), cientos de familias de la ciudad de Samara, a la orilla del Tigris, están abandonando la ciudad (18 de septiembre), siguiendo el anuncio del Ministro de Defensa Iraquí. Saadoun Al-Duleimi, avisando del plan de ataque militar sobre la ciudad, «para limpiarla de terroristas».

Apagón mediático

Ha habido un apagón virtual acerca de lo que está ocurriendo en Tall ‘Afar. La crisis humanitaria y la grave situación de los civiles no es objeto de debate ni de la atención de los media. Mas aún, los periodistas «empotrados» en la zona de guerra no ofrecen detalles sobre la naturaleza exacta de la operación militar. De hecho, parece que incluso la prensa «empotrada» ha sido excluída. La mayoría de los informes que emiten desde Iraq son sobre los ataques suicidas en zonas de poblacióni shií, que han producido alrededor de 200 víctimas.

Sin evidencia alguna, estos ataques suicidas se describen como parte de la «contraofensiva» de Musab Al-Zarqaui, como «actos de venganza» de los ataques sobre Tall ‘Afar.

En un texto publicado en un misterioso sitio web, se afirma que Al-Zarqaui ha lanzado una guerra total contra la mayoría Shií como respuesta contra los ataques a los sunníes en Tall ‘Afar:

«Abu Musab al-Zarqaui, líder de al-Qaeda en Iraq, parece haberlos reivindicado (los ataques suicidas), anunciando en un sitio web que «la batalla para vengar a los sunníes de Tall ‘Afar ha comenzado»

En una lógica pervertida, se quiere presentar Tall ‘Afar como parte de una «guerra sectaria» entre shiíes y sunníes, en la que los militares de EEUU y la «comunidad internacional» se presentan como mediadores. Sin embargo, Tall ‘Afar es una ciudad predominantemente de etnia turcomana. El 30 por ciento de su población turcomana es shií, así como lo son las víctimas de la operación militar liderada por EEUU (véase Irish Times, 14 de septiembre de 2005). Así, los comunicados vía internet de Zarqaui que anuncian «la batalla para vengar a los sunníes» parecen contradecir la composición demográfica de la ciudad que incluye una significativa porción shií y donde los árabes sunníes son una minoría.

El último año, el gobierno turco había presionado a los EEUU para que no intervinieran militarmente en Tall ‘Afar:

«Turquía cesará la colaboración con EEUU en Iraq en caso de que los ataques sobre turcomanos continúen» , afirmó el ministro turco de Asuntos Exteriores Abdullah Gul (Agencia de noticias Anatolia, Ankara, 15 de septiembre de 2004)

Como consecuencia, la operación militar planificada directamente contra la población turcomana de Tall ‘Afar fue retrasada. Existen indicios de que la operación de septiembre de 2005 ha sido aprobada por las autoridades turcas.

La mente terrorista de Al-Zarqaui, que personifica la insurgencia, se presenta como el mayor obstáculo a la democracia en Iraq.
Mientras tanto, el papel de las fuerzas de ocupación de EEUU y sus innumerables atrocidades apenas reciben cobertura si la reciben. «Los terroristas aún son altamente operativos». La tarea de la «fuerza multinacional» liderada por EEUU es «prevenir y detener el terrorismo».

«Posible peligro» y «al-Qaeda en Iraq»

Los media, al unísono, presentan a «Al-Qaeda en Iraq» bajo el liderazgo de Al-Zarqaui como responsable de los recientes ataques suicidas, sin mencionar apenas que Al-Qaeda es una creación de los servicios de inteligencia de EEUU. Esta relación está reconocida por la CIA y documentada en numerosos estudios.

Un informe reciente relativo a una operación secreta del Pentágono, ahora discutido en el Congreso de los EEUU, arroja no tan solo serias dudas sobre la versión oficial del 11-S, sino sobre toda la argumentación de la «guerra contra el terror». En el caso de Iraq, la argumentación se basa en presentar al movimiento de resistencia como «terroristas»:

«De acuerdo con el teniente coronel en la reserva, Anthony Shaffer, un proyecto secreto de alto nivel del Pentágono, llamado ‘Peligro Posible’, había identificado a Atta y a otros tres de los secuestradores del 11-S como miembros de una célula de Al-Qaeda, tres años antes de los ataques.
‘Peligro Posible’ fue una operación de 18 meses de duración, según Shaffer, encargada de «desarrollar información sobre Al-Qaeda a escala global», y usar técnicas de minado de datos para buscar «pautas, asociaciones y enlaces». Afirmó que el mismo había clasificado los nombres de los cuatro secuestradores a mediados de 2000″. (Véase Daniele Ganser, Operation Able Danger, www.globalresearch.ca)

Los efectivos de Al-Qaeda, incluyendo al líder de la operación del 11-S, Mohamed Atta, habían estado bajo supervisión directa del ejército e inteligencia de los EEUU al menos un año antes del 11-S, como parte de una operación secreta del Mando de Operaciones Especiales del Pentágono (SOCOM en inglés)
«Peligro Posible» confirma lo que ya se sabía y estaba documentado. La versión oficial del 11-S, tal y como la ofrece la comisión del 11-S es una forma de encubrimiento.

«Contragolpe»

Tales revelaciones también desmontan la idea del «contragolpe», en concreto que Al-Qaeda, creada por la CIA durante la guerra afgano-soviética se había vuelto contra sus financiadores, los EEUU. Éstos aún están participando activamente en el control del dispositivo de inteligencia de Al-Qaeda, en el contexto de una operación secreta del Pentágono.

Más aún, las revelaciones al respecto de la operación «Peligro Posible» tienen una relación directa sobre nuestra comprensión de Al-Zarqaui y los supuestos atentados suicidas de Al-Qaeda en Iraq. ¿Acaso estas operaciones de Al-Qaeda en Iraq se encuentran también bajo la vigilancia del Pentágono?

Los numerosos nexos documentados entre la CIA y la red del terrorismo islamista ofrecen dudas sobre los informes de los mass-media, que presentan a «Al-Qaeda en Iraq» liderada por Al-Zarqaui como una organización paramilitar independiente que lucha contra las fuerzas de EEUU.

En otras palabras, si Al Qaeda en Iraq, su aparato de información, está (indirectamente) controlado por el Pentágono y la CIA, no puede constituir un auténtico movimiento de Resistencia dirigido contra la ocupación militar estadounidense. Tal dispositivo de inteligencia, en el caso de Iraq, es un instrumento de las fuerzas ocupantes.

¿Forma parte «Al-Qaeda en Iraq» del movimiento de resistencia contra la ocupación liderada por EEUU o está siendo utilizada por EEUU para debilitar el auténtico movimiento de resistencia, al mismo tiempo creando divisiones en la sociedad iraquí?

Los atentados suicidas

¿Qué papel tienen los atentados suicidas dirigidos por Al-Zarqaui?
Sirven para presentar el movimiento de resistencia como terrorista. Socavan el apoyo público en Iraq hacia la resistencia contra la ocupación estadounidense. El movimiento, compuesto de diferentes grupos, se caracteriza por una guerra de guerrillas que toma como objetivo directamente a los militares de EEUU.
Las informaciones que vierten los media, que se centran en la labor de Al-Zarqaui y Bin Laden, sirven para distorsionar el movimiento de Resistencia, presentando a los insurgentes como atacantes de civiles:

«AL-QA’IDA ha demostrado ser una banda sectaria sin piedad», declarando la guerra contra los shiíes iraquíes, declaraba el diario libanés «Daily Star» el 17 de septiembre de 2005, al respecto de la reciente declaración de Abu Musab Al-Zarqaui, «lo que demuestra que Al-Qaeda ha perdido toda posible pretensión de moral o de poseer objetivos nobles o racionales».

«El líder de Al-Qa’ida en Iraq, Abu Musab al- Zarqaui, asumió la responsabilidad de la última ola de violencia y declaró la guerra total contra los shiíes.
Pidiendo ayuda internacional, el presidente de Iraq, Yalal Talabani, dijo que su país «no dudaba en decir pública y francamente que estaba en gran necesidad de (…) apoyo para nuestros esfuerzos para luchar contra el terrorismo» (The Australian, 17 de septiembre de 2005)

«En Iraq, cuatro suicidas desarrollaron nuevos ataques, matando a 31 personas y cerrando una cifra total en dos días de 200 muertos, al mismo tiempo que el líder de Al-Qaeda en Iraq, Abu Musab Al-Zarqaui, buscaba inflamar las divisiones étnicas y religiosas entre los árabes sunníes y shiíes. Sin embargo, los militares de EEUU confían en que las recientes operaciones contra Al-Qaeda en Iraq han tenido éxito pese a la reciente violencia.»

Las noticias de la noche de la CBS (15 de septiembre) informaba que se había dado «una brutal muestra de la declaración de guerra de Abu Musab Al-Zarqaui contra los shiíes que controlan el gobierno en Iraq. La página web de Al-Zarqaui afirma que la carnicería de Bagdad es una venganza por el asalto de tropas de EEUU e iraquíes sobre la ciudad de Tall ‘Afar, cerca de la frontera siria, un nido de operaciones insurgentes en el norte de Iraq, donde los militares estadounidenses afirman han logrado un dramático número de éxitos» (Frontrunner, 16 de septiembre de 2005)

«Los ataques se dieron cuando los líderes iraquíes afirmaban haber finalizado una constitución, y cuando la rama iraquí de Al-Qaeda había prometido venganza al respecto de una operación de EEUU y fuerzas iraquíes en la ciudad de Tall ‘Afar en el noroeste. La cantidad de bajas de los ataques fue, posiblemente la más alta en la capital desde marzo de 2003, y uno de los ataques ­un ataque suicida en el norteño barrio bagdadí de Kadhimiya, predominantemente shií, acabó con 117 personas- ha sido el segundo más mortífero en ese periodo. Los testigos aseguran que estaba dirigido a crear tanto daño a los civiles como fuera posible «(Financial Times, 15 de septiembre de 2005)

Conclusiones

¿Han creado los EEUU , como parte de una operación encubierta de inteligencia, un falso «movimiento de resistencia» construído con sus propios «terroristas» de Al-Qaeda? Sus ataques suicidas afectan bastante más a los civiles que a los militares estadounidenses.

Los atentados suicidas tienden a alimentar las divisiones sectarias no sólo en Iraq, sino en todo Oriente Medio. Sirven a los intereses de Washington. Contribuyen a socavar el desarrollo de un movimiento de resistencia más amplio, que una a shiíes, sunníes, kurdos y cristianos contra la ocupación ilegal de su patria iraquí. Así mismo intentan crear a nivel internacional divisiones en el movimiento pacifista y contra la guerra.

Mas aún, la campaña de desinformación también afecta a la prensa iraquí y de Oriente Medio. Se pretende interpretar los supuestos comunicados de Al-Zarqaui publicados en internet como incuestionables. La amenaza de Zaraqui a los shiíes se considera genuina, y los lazos entre Al-Qaeda en Iraq y la inteligencia de EEUU apenas se mencionan.

Traducción de Natalia Litvina para CSCAweb