Recomiendo:
1

Antonio Gades: un revolucionario de la danza y la política

Fuentes: Resumen Latinoamericano

Antonio Gades. Arte y revolución es un libro del periodista y escritor Julio Ferrer, recientemente editado por Penguin Random House España, Ediciones B, 2024, para conmemorar los veinte años de la partida física del bailarín y coreógrafo español el 20 de julio del 2004.

La obra es un recorrido por la infancia y la juventud de Antonio Gades, su interés temprano por el teatro, la literatura, el cine, las artes plásticas y la fotografía, sus inicios en la danza, su formación política y, finalmente, su consagración como bailaor y coreógrafo de renombre mundial.

Este libro es la primera biografía que recoge la vida de Antonio Gades, basada en documentos históricos y en el propio testimonio del artista, extraído de distintas entrevistas y de conversaciones del autor con personalidades de España, Italia, Francia, Cuba y Argentina que fueron parte de su vida.

Una biografía centrada en sus múltiples facetas como artista, su compromiso con la causa de la revolución cubana y el amor inquebrantable hacia este pueblo. Tras su muerte, este intérprete excepcional quedó inmortalizado en la historia de la danza española y flamenca.

Capítulo 5: La solidaridad internacional de Gades

El altruismo de Gades

La Operación Cóndor fue una herramienta de contrainsurgencia planificada y financiada por Estados Unidos, con la implicación de la CIA, con el fin de apoyar diferentes dictaduras latinoamericanas, como la de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay, Perú y Ecuador durante los anos setenta del pasado siglo.

La ultima dictadura cívico-militar-eclesial que asolo a la Argentina (1976-1983) y que tuvo al mando a distintos dictadores genocidas como Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola,

Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Bignone, contó con centenares de campos de concentración diseminados por todo el territorio nacional. En estos anos, mas de cuatrocientos niños fueron robados a sus madres después de dar a luz en condiciones de cautiverio, y se emplearon métodos de tortura aberrantes e inimaginables y los llamados ≪vuelos de la muerte≫, en los que los detenidos eran arrojados vivos, drogados y maniatados desde aviones.

El saldo del plan sistemático de tortura y exterminio fue de treinta mil detenidos-desaparecidos, según estiman los organismos humanitarios —crímenes que hoy son considerados en el derecho internacional como delitos de lesa humanidad— y un país destruido en su tejido social, político, económico y cultural.

Otra consecuencia que dejo el terrorismo de Estado fueron los miles de argentinos y argentinas que partieron al exilio en busca de un refugio, principalmente a España, México, Cuba y Brasil.

A la península ibérica llegaron muchos trabajadores de la cultura que intentaron rearmar sus vidas, como Norma Aleandro, Héctor Alterio, Federico Luppi, Daniel Moyano, Lautaro Murua, Luis Politti, Carlos Aznarez, Marilina Ross, Carlos Slepoy, Andrea Benites Dumont, Alberto Szpunberg o David Viñas, entre muchos mas. Antonio Gades practico la solidaridad internacional, razón por la que genero una relación de amistad con algunos de estos exiliados argentinos en tierras españolas.

Carlos Aznárez

Carlos Aznarez nació en Argentina en 1947. Periodista y escritor, dirige desde hace mas de treinta y cinco anos el periódico Resumen Latinoamericano. Ha ejercido la profesión periodística en Buenos Aires como redactor en los diarios Noticias, La Razón, Página12 y Sur, así como en las revistas Primera Plana, Crisis y Fin de Siglo. Fue uno de los integrantes de la Agencia de Noticias Clandestinas (ANCLA), dirigida por Rodolfo Walsh.

En el exilio, durante ocho anos fue corresponsal de la revista argentina Noticias de la Actualidad y en Euskal Herria.

Es autor de varios libros, como Tupamaros (1967), El padrino de la mafia sindical (1988), 500 años después: ¿Descubrimiento o genocidio? (1992), Los sueños de Bolívar en la Venezuela de hoy (2000), Rebeldes sin tierra: La historia del MST de Brasil (2002) o Palestina, una nación, un pueblo (2006).

De su etapa como exiliado político en España, recuerda su mundo con Antonio Gades:

     Conocí a Antonio Gades durante los anos que estuve exiliado en Madrid. En 1978, en el marco de una actividad por Cuba que se realizaba en un local sindical, nosotros como argentinos participábamos

del mismo, y tuvimos el gusto, en uno de los apartados de la actividad, de juntarnos con el y darnos cuenta enseguida de que mas alla de lo estupendo que era en su carrera artística, era un hombre apasionado por demostrar cuanto y como quería a la Revolución cubana. Nos hablo de la necesidad de denunciar el bloqueo, que ≪es tan cruel como las dictaduras que sufrís vosotros en Latinoamérica≫. E inmediatamente salio el tema de la fortaleza del pueblo cubano y de lo imprescindible que era Fidel dentro de la batalla que libraba Cuba contra los yanquis.

Con respecto a la relación de Gades con los exiliados argentinos, Aznarez sostiene:

     Gades también demostró en varias oportunidades su apoyo solidario a la lucha que dábamos en el exilio contra la dictadura militar argentina. No solo firmando manifiestos junto a otros artistas e intelectuales del Estado español, sino también participando en alguna movida cultural organizada por las organizaciones de exiliados. Era habitual que tanto el como su compañera Pepa Flores sumaran su apoyo (al igual que Carlos Saura y Elías Querejeta) a denunciar la represión y los crímenes de los militares en Argentina, pero también hacían lo mismo con situaciones similares que se daban en el País Vasco.

Así, cuando lo entrevistaban para hablar de su arte, siempre que podía colaba algún mensaje solidario y de condena al fascismo. De hecho, también colaboro económicamente para paliar gastos de actividades que organizábamos como latinoamericanos. Como ya en ese tiempo editábamos Resumen Latinoamericano, le acercábamos puntualmente la revista a la que se había suscrito y en varias ocasiones (sobre todo en los aniversarios del 24 de marzo) nos hacia llegar su saludo con mensajes de aliento para que siguiéramos con la publicación.

Aznarez, también reflexiona sobre el Gades artista y político:

     Gades como bailarín era excepcional. El flamenco le surgía por las venas y tenia un estilo sobrio y a la vez reflejando la adustez o alegría de la gente de pueblo, a quienes de alguna manera homenajeaba en cada paso o golpe de tacón. Realmente emocionaba cuando lo veías bailar, con una fuerza muy especial, que daba cuenta de su pasión por ese arte tan especial. Quien haya podido ver su versión de Bodas de sangre sabe que el talento puesto en cada una de esas escenas habla de un artista con una potencia ilimitada.

Por otra parte, Gades era comunista y republicano, digno hijo de su padre, que peleo en el frente de Madrid. Ademas, por ser admirador de la Revolución cubana y otros procesos de liberación que fluían por el mundo, expresaba un pensamiento radical que no tenia mucho que ver con los discursos edulcorados de cierta izquierda no muy distinta a la actual. O sea, como artista y como luchador solidario en el plano político, la mejor calificación que le cabe es la de revolucionario. De ahí que no por casualidad este enterrado en esa isla digna de Cuba a la que tanto amo y defendió.

Norman Briski

Norman Briski es un actor, dramaturgo y director de cine argentino nacido en enero de 1938 en la provincia de Santa Fe. En la década de los sesenta se hizo conocido con sus representaciones en el Instituto Di Tella y con varios anuncios publicitarios. Su primer gran éxito comercial fue en 1969, con la película La fiaca, dirigida por Fernando Ayala y protagonizada junto a Norma Aleandro.

Después de ser amenazado por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), una organización criminal para policial, se exilio en España, donde trabajo en varias películas, entre ellas dos de Carlos Saura: Elisa, vida mía y Mamá cumple cien años.

Con la vuelta de la democracia en la Argentina en 1983, regreso a Buenos Aires y fundo el Teatro Caliban, donde casi cuatro décadas después representa sus obras y tiene su escuela de actuación.

Actuó en mas de treinta películas para la pantalla grande, entre ellas Los neuróticos, de Héctor Olivera, La peste, de Luis Puenzo, El amor y el espanto, de Juan Carlos Desanzo, Granizo, de Marcos Carnevale y Argentina 1985, de Santiago Mitre.

Briski, considerado uno de los grandes actores hispanoamericanos y de fuerte compromiso político de izquierda y en defensa de los derechos humanos, se remonta a la época cuando conoció a Gades en los teatros argentinos y luego compartió distintas experiencias con el en su exilio madrileño:

     Conocí a Antonio Gades durante la década de los setenta cuando vino —una de las tantas veces— a la Argentina con su compagina de baile. En esa época, yo estaba bien laboralmente y tenia un palco en el teatro donde Gades trajo su belleza artística. Una de esas funciones me quede maravillado porque vi a un bailarín y coreografío excepcional y me había impactado su danza española. Probablemente transformo el hecho gitano, lo renovó con su capacidad creativa. Su baile no era ostentoso, era como si estuviera taconeando en piso de tierra, una manera arcaica en termino de buscar una verdadera danza de lo gitano con sus exilios y emancipación.

Fui a saludarlo al camarín y en ese momento estaba junto a su compañera Pepa Flores, radiante mujer española y exitosa actriz, y lo felicite por el espectáculo brindado. Allí comprobé que Antonio Gades era la nueva estrella de la danza española. Aunque su origen no era gitano, siempre vivió cerca y profundamente de Andalucía.

Luego nos reencontramos en España, donde yo llegue exiliado de mi país por razones políticas, e intente rearmar mi vida personal y profesional.

Recuerdo con mucha emoción nuestros encuentros en su pizzería madrileña, donde se reunía toda la bohemia española y de otras latitudes. Allí compartimos jornadas mezcladas de risa, de indagar sobre la vida y nuestras aventuras. Fuera de los escenarios, Antonio era un hombre o un chaval muy humilde, ameno, simpático y cordial.

Tenia simpatía política por nuestra causa de la organización Montoneros, y luchaba contra todo fascismo. Siempre estaba para poder aportar lo necesario y con su entusiasmo para sostener la lucha de los exiliados argentinos.

Hay una anécdota —no se si la pudo concretar— donde Antonio proyecto un viaje hasta la Argentina con su barco, donde llevaría material que serviría para la causa y la ofensiva de los campaneros que estaban luchando contra la dictadura cívico-militar. Así era de valiente y comprometido con las causas populares.

También nos veíamos asiduamente con Antonio porque tuve la oportunidad de trabajar con el cineasta español Carlos Saura y su compañera de entonces, Geraldine Chaplin, en Elisa, vida mía y en Mamá cumple cien años. Y después ellos dos armaron esa trilogía formidable sobre la danza española y el flamenco (Bodas de sangre, Carmen y El amor brujo).

Todos los momentos vividos con Antonio o Pepe Aguilar (intimo amigo del Che Guevara), entre otros españoles, hicieron que mi exilio en España no fuera tan doloroso y pudiera sentirme como en mi patria, en mi casa. Con ellos se formo un vinculo de amistad inolvidable.

Briski deja una reflexión de Gades donde describe su figura:

     Si tendría que formular una tesis sobre la vida y obra de Antonio Gades, fueron varios factores que cimentaron su rebeldía y vanguardia en su arte: su padre como miliciano defendiendo la República española del franquismo, sus lecturas y su pasión por el saber, y las criticas a su nueva estética a la cultura, la música y la danza gitana y española, donde Gades fue al origen y respeto el lenguaje rebelde de todo un pueblo.

Fue una figura emblemática de la cultura universal y su arte fue su bandera revolucionaria.

Fuente: https://www.resumenlatinoamericano.org/2024/07/20/cultura-antonio-gades-un-revolucionario-de-la-danza-y-la-politica/