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Antonio Orihuela, penetrando en el secreto más profundo de las cosas

Fuentes: Rebelión

Para los numerosos seguidores de la obra de Antonio Orihuela, este 2019 que se nos escapa entre los dedos, ha sido, qué duda cabe, un gran año. El poeta, ensayista y, desde hace un tiempo, también novelista, nacido en Moguer, provincia de Huelva, en 1965, ha publicado durante este año, dos poemarios y una novela. […]

Para los numerosos seguidores de la obra de Antonio Orihuela, este 2019 que se nos escapa entre los dedos, ha sido, qué duda cabe, un gran año. El poeta, ensayista y, desde hace un tiempo, también novelista, nacido en Moguer, provincia de Huelva, en 1965, ha publicado durante este año, dos poemarios y una novela. No está nada mal para un autor que se mueve en los márgenes de la industria editorial y que va, tanto en lo estético como en lo ideológico, a su bola, ajeno por completo a las modas, a los modos, y, sobre todo, a las mafias imperantes en la literatura española contemporánea. Los dos poemarios que ha publicado Orihuela durante este 2019 son Campo unificado (Olifante Ediciones de Poesía), y Lavar carbón (Amargord ediciones), dos interesantísimas obras poéticas donde el autor de El amor en los tiempos del despido libre, continúa dando forma a una poética absolutamente personal, de tintes libertarios, en la que la crítica a esta sociedad absolutamente deshumanizada y completamente desnortada de principios de siglo que nos ha tocado en suerte son marca de la casa y referente para un gran número de lectores, que reciben la publicación de cada nueva obra del poeta onubense, como agua de mayo.

Antonio Orihuela, además de un magnífico escritor, es el coordinador de los encuentros poéticos Voces del extremo, que cada verano se celebran en su pueblo natal, Moguer, auspiciados por la Fundación Zanobia-Juan Ramón JIménez y que, durante más de dos décadas, han servido para configurar, aunar y expandir por los cuatro puntos cardinales, las poéticas de resistencia anticapitalista, ecologista, feminista, etc., llegadas de diferentes puntos del mundo.

Como decimos, este año que termina, ha sido un magnífico año en lo profesional para Orihuela. Además de los dos poemarios a los que me he referido más arriba, también ha visto la luz su segunda novela: El secreto fondo de las cosas, publicada por la editorial madrileña La Oveja Roja. (Un inciso: La Oveja Roja ha publicado en los últimos años algunas obras de altísima calidad, como por ejemplo, la antología poética Disidentes, a cargo del poeta Alberto García Teresa, o el ensayo Músicas contra el poder, de Valentín Ladrero, por nombrar sólo algunas de las obras de su magnífico catálogo).

En 2018, Antonio Orihuela se estrenó como novelista con Las increíbles aventuras de Gorzila en España, una fábula en clave humorística, en la que la crítica a una sociedad española autocomplaciente, racista, xenófoba y un poco (o un mucho, según se mire) imbécil, era más que evidente.

Un año después, ve la luz El secreto fondo de las cosas, que, aunque es su segunda novela publicada, en realidad, fue escrita hace más de una década, aunque no haya sido editada hasta hace unos meses, por diferentes avatares de la industria editorial hispana.

El secreto fondo de las cosas es un libro muy bien escrito. Un cuento para adultos que se lee del tirón, y que se desarrolla en una isla inventada, que bien podría ser Andalucía, o el levante español, o cualquier otra zona en la que la corrupción urbanística haya jugado un papel relevante en los últimos años. El secreto fondo de las cosas es, por momentos, una obra que aúna varios géneros novelísticos: la novela negra, el realismo mágico, la novela filosófica, el género onírico, etc. Todo ello, cosido con el hilo personal e intransferible de la obra poética de su autor, Antonio Orihuela. Porque esta obra, como viene haciendo Orihuela en cada uno de sus libros desde el inicio de su carrera como escritor, sin importar que se trate de poesía, ensayo, o novela, habla de las cosas que son realmente importantes, y que se han visto agredidas de una manera exagerada en estos tiempos de neoliberalismo desaforado. Dice uno de los personajes principales del libro, Batalún, unas frases que, en mi opinión, sintetizan de manera certera el espíritu de la novela:

Quienes apreciamos la verdad, la justicia y la libertad, hemos sido expulsados del mundo. Nuestros valores hoy no cotizan en ningún mercado de ahí abajo. El mal y la mentira, la injusticia y la opresión, la crueldad y la insensibilidad señorean hoy en el mundo (…)

Este párrafo, en mi opinión, es el eje sobre el que se mueve El secreto fondo de las cosas. Porque en realidad, esta novela no es sino una denuncia al ataque continuado que ha sufrido una gran parte de la naturaleza de este país, con el objeto de destruirla para poder construir urbanizaciones, campos del golf, hoteles u otras barbaridades urbanísticas perpetradas al olor del dinero podrido.

Continúa, pues, Antonio Orihuela, construyendo esa gran obra de resistencia ante el capitalismo feroz, inhumano, demoníaco. Y lo hace libro a libro, abriendo brechas, pequeñas, sí, pero brechas al fin y al cabo, en la línea de flotación de un sistema que, tarde o temprano, será destruido o destruirá todo a su paso. Porque no cabe ninguna otra opción. Y el poeta de Moguer se enfrenta al monstruo con las herramientas que mejor sabe manejar, las palabras, y con los artefactos más eficaces, los libros. Libros como El secreto fondo de las cosas, una novela muy, muy recomendable.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.