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Aquellos blues de verano

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido del ingles por Sinfo Fernández

Calor sofocante, sol abrasador, sequedad, palidez, débiles cuerpos deshidratados que se arrastran penosamente tratando de encontrar un rinconcito de frescor, una pizca de aire… Que intentan desesperadamente hallar una leve frescura, una caricia de brisa… imposible…

No hay nada más que calor y charcos de sudor. Agua, se busca agua. Tendremos que acabar bebiéndonos nuestro propio sudor.

Una gota aquí, una gota allí, contándolas como si fueran pequeños y preciosos diamantes. El río está ahí, al lado, devorado por la Zona Verde…

Las tardes son largas, tediosamente largas. Una bombilla aquí y una vela allá, los generadores bombeando, se paran, bombean de nuevo… Y en ocasiones, ni siquiera eso.

Frigoríficos, congeladores, aire acondicionado, abanicos, ventiladores, olvídenlos… sólo en la Zona Verde. Sólo en la confortable zona del Burdel.

Sed, bebés muriendo de sed y el río sigue siendo devorado por los habitantes del burdel…

Saciando la sed a base de rocío de la mañana. Esperando que todo cambie, quizá hoy, quizá mañana, un poco aquí y un poco allá, un poquito de esperanza, un diminuto rayo de luz. Pero no, nada.

Y el genocidio sigue y sigue y sigue…

Echen una mirada al río, mírenlo: sucio, infecto, estancado, con el agua ahíta de cadáveres, y aún así, hay quien llega y llena sus bidones, ollas y cacerolas. Agua, agua, agua…

¿Agua?, tan sólo en el Burdel. Para que las putas se puedan duchar después de cada cliente. Los clientes de los petrodólares, los clientes del sectarismo religioso-político, los clientes de la Muerte…

Por eso, se duchan y beben y se sientan desnudos, con las protuberantes barrigas preñadas de niños azules que se mueren de sed… Y se dedican a saciar la suya, mezclando sangre con whisky, mezclando sangre con agua y firmando sus cheques de dólares en rojo… Rojo desde la zona roja, rojo como el crepúsculo, rojo como el… Verano.

Me he pasado el día tatareando por lo bajito aquella vieja melodía de Billie Holiday: «Summertime and the living is easy…»

Sí, fácil, y mi mente se pierde por aquellos cómodos días, días plenos de sencillez en que te sentías perteneciendo a algo, en que estabas unida a alguien, un grupo, un lugar, una ciudad…

Zona roja y aridez de vida. La repetición hasta el punto de la banalidad. La banalidad de la muerte, la banalidad de la existencia…

El tiempo se ha detenido. Gira sobre sí mismo, como si fuera un robot, pariendo lo mismo cada día.

Y en medio de todo, el entumecimiento, la desesperación y la pena siguen arrastrándose, como gusanos por una pared agrietada. Lentamente, serpenteando su camino, subiendo por mi piel, metiéndose por debajo, haciéndome cosquillas, alojándose y anidando allí…

Intento fumarme la noche… inhalando el silencio temporal y echándolo lejos, enviando una brisa de humo, en la calma, en la inercia, en lo negro, en la inmensa herida que aparece descubierta, roja y abierta, muy roja, como la zona roja, como nuestras vidas…

«Le rouge et le noir» [*] de la novela de Stendhal, mezclados para siempre en la paleta descolorida de nuestros días y nuestras noches…

Retrocedo en el tiempo y caigo sobre un almohadón de recuerdos…

Trato con todas mis fuerzas de arrancarlos, de desenterrarlos, y entonces voy y los cepillo uno a uno, como si fueran antiguas reliquias arqueológicas, colocándolos frente a mí.

Uno por uno… como estatuillas. Entonces les doy nombres, fechas, rostros y colores… Los voy reviviendo uno a uno, recordando su sonido, su textura, su configuración, su forma…

Tiempo de verano y la vida era tan fácil…

Holgazaneando a veces en una piscina de agua azulada, sorbiendo zumos helados de frutas en otras, o quizá fue una cena llena de fantasía o una simple comida para llevar. O también un paseo por el río, que fluía lleno de vida, bajo una luminosa noche estrellada, oliendo el refrescante aroma exhalado por las palmeras. O una vuelta alrededor de la Ciudad de las Luces, para escuchar mis melodías favoritas….

Tiempo de verano y la vida era tan buena…

Reclinada en un jardín umbroso, bañándome con el aroma de jazmín, sintiendo la tierra como una roca sólida bajo mis pies desnudos, solidamente inmutable, como si nada nunca pudiera tocarla… sacudirla.

Saboreando lentamente zumo helado de granadina roja o un sorbete de limón muy frío con tonalidades de frescas hojas verde menta flotando sobre la superficie…. Escuchando como los cubos de hielo repican en el cristal como en una danza…

Tiempo de verano y los Festivales de Danza. Toda clase de danzas venidas de todos los lugares del planeta. Cuerpos en marcha, en movimiento, extendiéndose, contrayéndose, respirando sobre el escenario, trazando la vida y devolviéndonosla… Agotando las posibilidades.

Verano y Arte. Exposiciones, galerías, artistas, cuadros…

Salpicando de vívidos colores un lienzo dormido, animándolo, infundiéndole estallidos de pasión, con un grito esencial, el grito de la vida.

Y despertándola a una belleza conformada de múltiples matices…, grabándola en todos nosotros, ofreciéndonosla como si de una prístina melodía se tratara… Exprimiendo todo el potencial.

Verano y los Festivales de Música. Todas las clases de música…

Un sinfín de cantantes, músicos e instrumentos de todos los rincones del mundo. Vibraciones que nos adormecen, que nos sacuden, que nos transportan con sus ritmos, sonidos, líricas y melodías hasta lugares desconocidos… Transformando la existencia en el intento.

Tiempo de verano y la realidad que se despliega, que crece, que modela su camino, diseñándonos al igual que nosotros la diseñamos a ella. Éramos esa realidad y ella era nosotros. Y nos comunicábamos con ella y nos respondía y crecía y tomaba forma, latiendo con energía, con lo posible, con lo potencial, con lo inexplorado. El cielo azul era el límite.

Sí, era verano y disfrutábamos de aquellos momentos de ocio, de aquellos momentos de placer que despertaban los sentidos, que los provocaban acomodándolos a una nueva trayectoria y haciéndoles recordar que la vida podía ser buena, que era buena, todo lo buena que podía ser.

Quizá piensen que todo eso es muy «burgués». Lo que Vds. piensen ya no es importante. Vds. ya no importan.

O quizá piensan que el placer y el ocio sólo están reservados para Vds. O quizá piensan que estamos obligados a sufrir para que puedan permanecer juzgándonos en su confortable mundo…

O quizá creen que no tenemos derecho a las cosas diarias que Vds. tienen garantizadas… ¡Qué despreciables son!

¡Qué despreciable montón de ladrones! Ladrones de las potencialidades, de las posibilidades de una realidad que estaba en marcha.

Sólo el pensar en Vds. me ha arrancado de mi ensoñación. Y aquí estoy recordando de nuevo el ayer, el hoy y el mañana… Como puntos en una línea recta… lo mismo una y otra vez.

Tiempo de verano y las piscinas de sangre roja carmesí. Tiempo de verano y el sonido de las explosiones, de las bombas, de las ametralladoras, de los tanques. Tiempo de verano y los lúgubres colores verde y gris de los uniformes del ejército. Tiempo de verano y las bebidas a base de cócteles molotov. Tiempo de verano y el hedor de las alcantarillas y de la amontonada basura. Tiempo de verano y los inertes y fríos cuerpos sin vida. Tiempo de verano y un río que siendo apareciendo sucio y preñado de Muerte.

Y Vds. tratan de escaparse de puntillas de mi mente, deslizándose y sé que quieren también robar esas memorias… diseccionarlas una a una, destrozando mis estatuillas de la misma forma que han destrozado todos los recuerdos, los nuestros, los míos…

Ladrones de la noche, ladrones de la Vida.

Summertime and the living was easy. Todavía sigo tarareándola, hasta el amargo final:

«… one of these mornings, you’re going to rise up singing

then, you’ll spread your wings and you’ll take the sky

but till that morning… hush… don’t you cry» [**]

Notas de la T.:

[*] En francés en el original, «Rojo y Negro»

[**] «… y una mañana de éstas, te levantarás cantando,

y extenderás las alas entonces y harás tuyo el cielo

pero, hasta que esa mañana llegue…, calla…, no llores»

Enlace texto original en inglés:

http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/08/those-summertime-blues.html