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Atrapados…

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


«La ventana de los pájaros»

Pintura del artista iraquí Amer al Obaidi

¿Acaso no les llaman la atención esas coincidencias que en ocasiones se producen y que sincronizan una serie de fechas y sucesos?

Un ejemplo, la Navidad, la Fiesta Islámica y la víspera del Año Nuevo se vieron marcadas por el asesinato del legítimo presidente de Iraq, el héroe, Sadam Husein.

El Año Nuevo Persa y el Kurdo quedaron señalados por los primeros días de la guerra de agresión estadounidense «Conmoción y Pavor».

Y ahora, la Pascua Judía y la Semana Santa están marcadas por el recuerdo de la «caída» de la Ciudad de la Paz, o como los persas la denominan: el regalo de Dios, Bagdad.

Naturalmente, ese día me paso todo el tiempo contemplando la cobertura que los medios hacen de la «caída». Desde 2003, cada 9 de abril, sigo este mismo ritual.

Sé que les resultará sorprendente pero hay una parte en mí que todavía no puede asimilar el hecho de que Iraq está ocupado. Y no soy la única, sé que muchos iraquíes comparten esa misma incredulidad.

Me visto, como es habitual, de negro, color que se ha convertido en mi favorito, preparo un gran cazo de café, rechazo cualquier intrusión y me dedico tan sólo contemplar la televisión.

Contemplo todo lo que se refiere a ese lúgubre día de mi vida: el día de la «caída» de Bagdad.

Me produce satisfacción que Al Yasira ha dedicado las últimas 48 horas a este «suceso» histórico.

Emiten un programa muy importante con Saifdin Al-Rawi, el número 14 de la baraja de «Buscados» de los cowboys, quien, desde el interior de Iraq, concedió una exclusiva a Al Yasira en una entrevista dividida en dos partes.

Cuántas cosas se dijeron. Gran parte de ellas de naturaleza militar, alrededor del balance de fuerzas anterior a la caída de Bagdad. Sobre el elemento que sorprendió a los guardias republicanos iraquíes, la aplastante superioridad de la fuerza aérea estadounidense, ya que Iraq no tenía prácticamente ninguna en 2003. Las batallas de Basora, Nayaf, Kut… y la batalla de Bagdad.

Al-Rawi nació en 1949 en la provincia de al-Anbar, y ha pasado toda su vida adulta en el Ejército. En 2003, era el comandante de los guardias republicanos iraquíes.

Es muy difícil que pueda transcribirles aquí todo lo que se expuso en esa entrevista. Pero retuve algunos puntos importantes y son los que les voy a relatar ahora.

Al ser preguntado por el entrevistador sobre la guerra de agresión «Conmoción y Pavor» contra Iraq, Al-Rawi contestó que Iraq llevaba metido en una guerra desde hacía trece años, desde 1991.

Consideraba que la última agresión no fue sino una continuación de la primera, que tuvo lugar en 1991, y que fue seguida de las sanciones económicas, de los bombardeos regulares en 1998 (400 bombas) sobre los paralelos 33 y 36 que destruyeron unos 80 aviones de combate iraquíes y llevaron a la paralización de la fuerza aérea iraquí.

En 2003, Iraq tenía 600 aviones de combate que no se habían utilizado desde 1991. Sólo 70 de ellos estaban operativos. No existía una fuerza aérea iraquí real, ni tampoco defensa naval, excepto unas cuantas baterías anti-misiles chinas (tierra-mar) situadas en Basora.

Y contrariamente a la mayoría de las proclamas, Al-Rawi mencionó que la mayor parte del equipamiento militar era francés, ruso y chino.

La segunda guerra de agresión no supuso del todo una sorpresa para el gobierno iraquí. Fue más una especie de lógica culminación de todas las anteriores a las que Iraq se había visto sometido.

Cuarenta y ocho horas antes del ataque del enemigo, Bush ofreció a Sadam Husein y a sus dos hijos la oportunidad de salir de Iraq. Algo a lo que Sadam, obviamente, se negó, declarando:

«¿Creen realmente que nos iremos y dejaremos que los ocupantes se apoderen de nuestro país y de nuestro pueblo?»

Sadam Husein añadió entonces:

«Esta es la batalla del Destino. Si salimos victoriosos, será entonces una victoria no sólo para nosotros sino para todos los árabes, pero si la perdemos, otros comandantes surgirán desde Anbar, Basora, Dyala, Bagdad…, y derrotaremos a Estados Unidos, estoy seguro de ello…»

Al-Rawi declaró que se habían estado preparando para esta eventualidad durante varios años antes de la invasión. Y, por supuesto, eran totalmente conscientes del desigual poderío militar. No obstante, se prepararon.

Desde 1994, Al-Rawi, personalmente, había entrenado a 800.000 civiles en el uso de las armas de fuego. Y un par de años antes de 2003, mientras los inspectores estaban todavía buscando las no existentes armas de destrucción masiva, buscando incluso en los armarios personales de Sadam Husein y destruyendo todo clase de fábricas delante de los trabajadores, destruyendo su medio de vida con el mismo pretexto, el gobierno iraquí no detuvo los preparativos para ese día.

El único factor favorable con que contaban los líderes iraquíes era el factor tiempo. Realmente creían que la invasión por tierra sólo tendría lugar tras un prolongado período. Al menos en cuanto a Bagdad.

Los guardias republicanos iraquíes, unos 150.000, incluidas las fuerzas especiales y los fedayin de Sadam estaban totalmente preparados para esa batalla terrestre. Esa batalla no llegó a celebrarse. Al parecer, los soldados estadounidenses son muy cobardes cuando se trata de entrar en campo de batalla.

La ofensiva aérea del enemigo sobre Bagdad duró 300 horas. Continuos bombardeos día y noche antes de la invasión terrestre. Las batallas tuvieron lugar en Basora, Qufa, Kut…, y la famosa batalla en los alrededores del Aeropuerto Internacional Sadam Husein, conocida como la «Batalla del Aeropuerto». Los estadounidenses utilizaron bombas que pesaban cada una 9 toneladas, bombas de fósforo y bombas de neutrones.

Lo que Al-Rawi declaró me lo había confirmado anteriormente un pariente que es médico y estuvo trabajando sin descanso día y noche en un hospital público de Bagdad durante la campaña «Conmoción y Pavor». Recuerdo claramente cómo me contaba: «Los cuerpos que recibimos no sólo estaban quemados y carbonizados, sino derretidos en una masa de cenizas. A pesar de toda mi experiencia en tratar a víctimas de guerra, nunca antes en mi vida había visto nada como eso».

En la batalla del Aeropuerto, unos 3.000 guardias republicanos lucharon hasta su último aliento y fueron todos asesinados y convertidos en una masa irreconocible.

Además de esto, ya había oído antes hablar de esas bombas de neutrones que estaban siendo diseñadas durante el reinado de Carter y guardé esa información dentro de mí.

Recuerdo que en aquellos momentos pensé: Dios mío, ¿hasta dónde pueden llegar los estadounidenses en su afán materialista? Quieren hacerse con los edificios y destruir a las personas que los habitan. ¿Cuándo se dará cuenta esa gente del daño que inflingen al resto del mundo? Qué poco me imaginaba que esas mismas bombas iban a ser usadas contra mi pueblo.

Volviendo a la entrevista con Al-Rawi. Cuando le preguntaron si el liderazgo iraquí era consciente de las intenciones y estrategias de sus vecinos, esto fue lo que dijo y, por favor, subráyenlo bien:

«Después de 1991, considerábamos neutral a Siria. Participaron en la guerra de 1991, pero pensábamos que, seguramente, por su ideología baazista tan próxima a la nuestra, no se implicarían en esta ocasión de forma activa con el enemigo. (Yo misma no estoy muy segura de eso.)

En lo que se refiere a Jordania, asumíamos que no permitirían tropas estadounidenses en su país porque el pueblo jordano no lo aceptaría nunca. Sin embargo, éramos conscientes de que autorizarían que la fuerza aérea estadounidense y los mercenarios penetraran en Iraq desde su territorio y en ese caso ellos les proporcionarían apoyo logístico. (Touché, Sr. Al-Rawi)

En cuanto a Arabia Saudí, estaba claro que los saudíes habían cooperado en 1991 y que habían combatido a los iraquíes en Diwaniya y Kerbala. Pero creíamos que en 2003, el pueblo saudí se negaría a permitir que las tropas de tierra del enemigo entraran en Iraq desde sus fronteras. Pero estábamos seguros que los saudíes permitirían que los aviones de combate estadounidenses despegaran de sus bases y de que les iban a facilitar logística y otros tipos de apoyo. (¡Maldita sea! Así fue, Sr. Al-RAwi. Puedo añadir que también permitieron lo mismo Egipto, Qatar, Bahrein).

Ahora bien, Kuwait es una historia completamente diferente. Kuwait es un participante total en esta guerra de agresión y toda la fuerza militar estadounidense fue movilizada en Kuwait. Este país les facilitó todo lo que necesitaban.

(Seguro. Incluyendo el bombeo de petróleo iraquí y su venta para financiar el esfuerzo bélico estadounidense)

Turquía, como saben, es un aliado de la OTAN y ésta tiene una base allí. Facilitaron los ataques sobre la zona norte de Iraq, Mosul y el resto de la provincia de Nínive.»

(En oportuna cooperación con Israel y los kurdos, naturalmente).

«Y ¿qué hay de Irán?», preguntó el entrevistador.

«Irán es una larga historia. Como Vd. sabe, tenemos unos 1.100 kilómetros de fronteras con Irán. Y desde los tiempos de Ciro el Grande, cuando atacó Babilonia, hasta llegar al Shah y terminar con Jomeini, Irán es claramente para nosotros el enemigo histórico.

Les diré algo que fue relatado por Qusay Sadam Husein, Dios tenga piedad de su alma. Cuando estábamos en Kuwait, Rafsanyani nos dijo:

«Permanezcan en Kuwait, y les apoyaremos con combatientes de la guardia islámica revolucionaria que lucharán con Vds.». Ante las seguridades que nos dio, les pedimos que dieran refugio a buen número de nuestros aviones de combate. (A propósito, esos aviones están aún en Irán y nunca volvieron a Iraq tras el episodio kuwaití.)

Aquellos combatientes iraníes no fueron nunca enviados, y no sólo eso, cuando nos retiramos de Kuwait, en el camino de regreso, los guardias islámicos revolucionarios nos atacaron sobre el terreno por abajo, en el sur de Iraq, mientras la fuerza aérea estadounidense nos atacaba por arriba.

(Bien, Sr. Al-Rawi, ¿cuándo va a aprender que nunca se puede confiar en Irán?)

Querido Lector, le comento, sólo en caso que no lo supiera, que Iraq tiene fronteras con todos esos maravillosos vecinos. A menos que los iraquíes fueran superhombres, no había ninguna posibilidad sobre la tierra de que Bagdad no cayera.

Ahora, por favor, sitúen todo eso en el contexto de la época, ¿lo harán?

Una primera guerra de agresión, seguida por doce años de sanciones, grandes vecinos conspirando todos, otro cóctel de «conmoción y pavor» a base de neutrones, bombas de racimo, uranio empobrecido, bombas 52 (9 toneladas cada una) y fuegos artificiales a base de fósforo…

Deben estar de acuerdo en que es un milagro que los iraquíes sigan aún… de alguna manera… por aquí.

Hablando de sentirse atrapados…

El día de hoy [9 de abril] vino también marcado por otros «eventos».

El «Duce» Ahmadineyad de Irán eligió esta fecha para largar en Isfahan uno de sus discursos, interrumpido de vez en cuando por algunas canciones sentimentales persas (me encanta que todavía las permitan) y aseguró a su ferviente audiencia que Irán casi ha completado su programa de uranio enriquecido, amenazando con salirse del tratado de no proliferación.

Ese mismo día, mientras se imponía un toque de queda sobre Bagdad y no se veía ni una sombra sobre las calles, los chicos de la taladradora y los seguidores de Muqtada al Sadr (quien, a propósito, todavía sigue en Irán) entraron en frenesí entusiasta con manifestaciones contra la ocupación en Nayaf, portando inmensas pancartas con eslóganes «no al ocupante, no a EEUU» en medio de un hondear de banderas iraquíes.

Recuerdo claramente que cuando cayó Bagdad, esa misma muchedumbre salió a manifestarse gritando: «Fuera EEUU, fuera Sadam«.

Hoy los eslóganes se limitaron a «Fuera EEUU». Desde luego, ni una palabra sobre Irán (que les ha comprado Nayaf y Kerbala y ha colonizado Basora).

Al Sadr, con una exhibición de ese llamado «patriotismo», en un oportuno escenario que coincidía con el discurso de Ahmadineyad, está tratando de lograr dos cosas:

  1. tapar sus abominables crímenes sectarios contra los sunníes y contra todos los patriotas iraquíes auténticos y, lo que es más importante, contra la Resistencia Iraquí.

  2. proteger a Irán en Iraq (junto con Maliki, Al Hakim y Sistani, los perros guardianes de Irán).

Irán y sus perros en Iraq no han luchado nunca realmente contra el ocupante estadounidense.

Muy al contrario, colaboraron con el enemigo en la caída de Bagdad y su posterior ocupación.

Los estadounidenses (y un poco los británicos) y los iraníes han destruido Iraq por el sur y por el centro y los israelíes y los kurdos lo han destruido por el norte. No olviden esto nunca.

Y esos tres y medio (Gran Bretaña es ese medio) no han cesado de conspirar contra la Resistencia Iraquí, que es ahora la UNICA fuerza que lucha contra la Ocupación y que los iraquíes consideran en estos momentos como su UNICA representante legítima.

He dicho los iraquíes, no los perros sectarios.

Ahora bien, si EEUU e Irán son amigos o enemigos entre sí, no importa, los iraquíes hemos pagado el precio y continuamos pagándolo.

Los iraquíes están atrapados en sus respectivos juegos políticos. Pero estoy segura que los iraníes y los estadounidenses están igualmente atrapados en Iraq.

En el frente norte, Erdogan, el primer ministro turco no tiene muchas palabras amables para el sionista kurdo Barzani. Este ha estado amenazando con desatar a su otra rama de peshmergas, el PKK en Turquía. En el caso de que Turquía no deje de interferir en Kirkuk.

Masur Barzani, en su típica vía sionista, está siguiendo fielmente los pasos de su padre, que hizo exactamente lo mismo desatando desde Irán a sus hordas chauvinistas por Iraq durante la época del Shah y después durante la de Jomeini.

Ahora, Turquía y el «representante del Kurdistán» están mordiéndose la garganta el uno al otro. Me maravillaría que Israel no intente cavar un agujero para Turquía. No lo excluyo. Habiendo atrapado a los iraquíes, ahora están atrapados juntos.

Cualquiera que sea el escenario que sobrevenga, estadounidenses, iraníes, turcos, kurdos, israelíes, ¿quién está atrapando a quién?…

Por favor, no cuenten con mis lágrimas. No me queda ninguna.

Desde el 9 de abril se han desatado todos los infiernos. Si no quieren quemarse con fuego, que no lo enciendan.

¿Atrapados en Iraq después de cuatro años? Oh, sí, seguro. ¿Y quién es el más listo de todos ellos?

La Resistencia Iraquí, por supuesto.

Al-Rawi dijo que la resistencia tiene suficientes armas para resistir otros cincuenta años. No necesitan ninguna ayuda exterior.

Y por favor, no me hablen de esa basura de los combatientes árabes extranjeros y de al-Qaeda.

Al Qaeda -si es que existe- es responsable del 1% de todas las operaciones.

Y la Resistencia Iraquí no quiere tener nada que ver con ellos.

Las noticias lo dicen (y yo me creo esas noticias) que los kurdos (Israel) y los estadounidenses son los responsables de la mayoría de los coches bomba. Esto no me sorprende en absoluto.

Y los hechos sobre el terreno dicen que Irán es el responsable de la ejecución del plan sectario concebido por Estados Unidos. De las torturas y las matanzas sectarias a través de sus milicias.

Irán financia, entrena, apoya y proporciona hombres y logística a esas milicias. Si todavía lo dudan, siento decirles, que o no son muy listos o están en la nómina iraní.

Aquellos que intentaban atrapar están ahora atrapados.

La Resistencia Iraquí, por otra parte, no está limitada ni por el tiempo ni por el espacio.

Deciden cuándo, dónde y cómo. Son realmente como pájaros libres ahora.

Esto es lo que yo llamo «Operación Libertad».

¿Cayó realmente Bagdad? ¿Ha terminado la batalla de Bagdad tras cuatro años?

«No, sobre nuestros cadáveres, les combatiremos hasta la última gota de sangre.»

Estas fueron las últimas palabras de Sadam Husein a Al-Rawi.

¡Qué maravillosa comprensión!

Enlace texto original en inglés:

http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/04/entrapped.html

Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate.