Recomiendo:
0

Australia admite que se involucró en la guerra de Iraq por el petróleo

Fuentes: AFP, REUTERS, DPA, THE INDEPENDENT

El gobierno de Australia reconoció ayer por primera vez que uno de los factores principales de su involucramiento en la invasión a Irak fue garantizar el suministro de petróleo para el país, lo que contradice el argumento oficial de Estados Unidos desde 2003, que ha evitado relacionar la guerra de ocupación con el abasto de […]

El gobierno de Australia reconoció ayer por primera vez que uno de los factores principales de su involucramiento en la invasión a Irak fue garantizar el suministro de petróleo para el país, lo que contradice el argumento oficial de Estados Unidos desde 2003, que ha evitado relacionar la guerra de ocupación con el abasto de hidrocarburos.

«La seguridad del combustible es extremadamente importante para todos los países y, por supuesto, para proteger y asegurar los intereses de Australia», afirmó el ministro de Defensa, Brendan Nelson, durante una entrevista con la cadena de televisión australiana ABC.

«La actualización de nuestra estrategia de defensa, que hoy publicamos, define una serie de prioridades para la defensa y la seguridad de Australia, y la garantía de los recursos es uno de ellos», dijo el funcionario.

Australia se sumó con dos mil soldados a los planes de ocupación de Irak en marzo de 2003 y actualmente mantiene un contingente de mil soldados, que disponen del apoyo de elementos de la fuerza aérea y la naval, estacionados en la región.

Aunado a lo anterior, el gobierno conservador del primer ministro, John Howard, ha señalado en varias ocasiones su apoyo incondicional a la estrategia de guerra del presidente George W. Bush.

En la entrevista con ABC, Nelson afirmó que los soldados australianos permanecerán en Irak tanto tiempo como sea necesario.

Australia está interesada en que la salida de tropas de Irak ocurrirá hasta que prevalezca una «situación de seguridad duradera», dijo el funcionario. «Toda retirada prematura de Irak debería ser objeto de reflexión».

Las declaraciones de Nelson encendieron este jueves las críticas de la oposición, pero sobre todo obligaron a Howard a tratar de minimizar las afirmaciones del ministro.

El jefe del gobierno afirmó que la versión de Nelson «reduce un poco» las motivaciones de Australia para sumarse a las acciones militares en Irak.

«Nosotros no fuimos allá por el petróleo y no permanecemos ahí por los hidrocarburos», dijo Howard en declaraciones difundidas por emisoras radiofónicas australianas.

«Mucho petróleo viene de Medio Oriente, todos los sabemos, pero la razón por la que permanecemos ahí es que queremos dar al pueblo de Irak una posibilidad de alcanzar la democracia», agregó.

Howard precisó que otra de las causas por las que el contingente australiano permanece en Irak es la de impedir más violencia entre sunitas y chiítas.

Las facciones entraron virtualmente en una guerra civil el año pasado, tras el ataque a la mezquita chiíta de Samarra, que causó severos daños al viejo inmueble y desató la respuesta armada contra los sunitas.

Los opositores australianos a la guerra, incluida la oposición laborista, ha señalado desde hace cuatro años que el interés central del gobierno conservador es acceder al suministro petrolero.

Al comentar el intento de Howard de minimizar las declaraciones del ministro de Defensa, el líder de la oposición laborista, Kevin Rudd, afirmó que «este gobierno simplemente trata de hacer creer que acompaña el proceso iraquí».

Con miras a las elecciones parlamentarias de fin de año, los laboristas han ofrecido a los electores retirar las tropas de su país si ganan los comicios.

«Como en una máquina que produce diferentes argumentos, el petróleo ha salido a la superficie de manera accidental», comentó un experto en temas de defensa del centro de estudios Lowy Institute.

Representantes de organizaciones australianas antibelicistas dijeron que el reconocimiento hecho por Nelson es una prueba de que la invasión encabezada por Washington -con 150 mil soldados- fue más una forma de asegurar el petróleo que un intento genuino por encontrar y destruir armas de destrucción masiva.

Apenas el viernes pasado el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó el cierre del programa encargado de supervisar la eliminación de armas de destrucción masiva en Irak, tras determinar que no fue posible encontrar armamento tras la invasión al país el 20 de marzo de 2003.

El argumento de que el gobierno del entonces presidente de Irak, Saddam Hussein, poseía armas de destrucción masiva, sirvió de base para que Bush convocara a una coalición invasora.

Con la clausura del programa se puso punto final al mandato de la comisión de control, verificación e inspección de la ONU, encargada de localizar y desmantelar los supuestos arsenales químicos y bacteriológicos de Irak, así como misiles de largo alcance. También significó el cierre de la oficina de verificación nuclear en Irak, administrada por la Agencia Internacional de Energía Atómica.

De acuerdo con un despacho del diario británico The Independent, las afirmaciones de Howard sobre la posibilidad de que los iraquíes alcancen la «democracia» representan sólo uno más de los argumentos que Estados Unidos, Gran Bretaña y los demás países de la coalición invasora han generado para justificar la ocupación.

Después que Irak celebró elecciones legislativas en 2005, diplomáticos y militares estadunidenses han tratado de mantener cuotas de poder y ejemplo de ello es que el Servicio de Inteligencia Iraquí es financiado totalmente por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y está al margen de las decisiones presupuestales del Parlamento, señaló el diario británico.

Desde Chile, donde se encuentra en visita oficial, el presidente salvadoreño, Antonio Saca, aseguró por primera vez que el único país latinoamericano que mantiene el apoyo a la coalición invasora estudia ahora la posibilidad de retirar su contingente de 380 militares, principalmente dedicado a tareas logísticas y de reconstrucción.

Deja la violencia 21 muertos

Aacciones de guerra en Bagdad y Kirkuk -en el norte del país- provocaron la muerte a 21 personas, incluidos militares estadunidenses que fueron atacados con un artefacto explosivo de fabricación artesanal, cuando realizaban una operación contrainsurgente en el sur de la capital iraquí.

Entre los fallecidos por las acciones bélicas está una pareja de chiítas que asistía a una sesión de fotografía con motivo de su matrimonio. Otras 15 personas murieron por la explosión de un coche bomba estacionado frente al estudio fotográfico.

Las muertes en Kirkuk sucedieron durante un ataque de elementos de la resistencia que trató de sorprender a una patrulla militar encargada de vigilar la infraestructura petrolera.