Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Bagdad celebró el quinto aniversario del comienzo de la ocupación en una atmósfera de tristeza, amargura, toque de queda y disparos de mortero. Los turbulentos acontecimientos en Basora y otras ciudades del sur no facilitaban precisamente que el ambiente pudiera calmarse. Las noticias informaban de sangrientos choques entre las fuerzas gubernamentales y el Ejército del Mahdi de Muqtada Al-Sadr, a la vez que funcionarios del gobierno amenazaban con acciones de mayor dureza contra «bandidos y forajidos». Tanto Ciudad Sadr, al norte de Bagdad, como Al-Shorala, en el oeste de Bagdad, fueron testigos de enfrentamientos intermitentes a pesar del toque de queda decretado por las autoridades. Se evaporaba la relativa paz que Bagdad había disfrutado durante casi un año.
Al-Sadr, que vive ahora en la ciudad iraní de Qom, pidió a sus seguidores que organizaran una marcha en Bagdad de un millón de personas para protestar contra la ocupación. Mientras tanto, los partidarios de la ocupación llevaron a cabo una manifestación de «alegría» para celebrar la ocasión. Según testigos, puede que en Ciudad Sadr haya habido hasta un total de 200 muertos.
El 8 de abril, un día antes del aniversario, el portavoz oficial de las operaciones de «Imponiendo la Ley» en Bagdad, Qassem Ata, exigió a los participantes en la marcha de celebración organizada por «el aniversario del derrocamiento del régimen» que mantuvieran el evento de forma disciplinada y se dejaran las pistolas en casa. Añadió que las fuerzas iraquíes de seguridad se desplegarían a lo largo del recorrido de la marcha para proteger a los participantes, prometiendo que el gobierno acabaría con «los terroristas, bandidos y forajidos que trataran de socavar la seguridad de los ciudadanos».
Anteriormente, el portavoz oficial de Al-Sadr, Salah Al-Obeidi, pidió a todos los iraquíes que participaran en una manifestación pacífica con motivo del aniversario de la ocupación estadounidense de Iraq. «Llamamos a los iraquíes de toda clase y condición a que participen en la marcha en Bagdad del miércoles, y exigimos al gobierno iraquí que proporcione protección a los manifestantes», dijo en una conferencia de prensa. Al-Obeidi acusó a los opositores de Al-Sadr a «crear obstáculos para impedir que se celebrara la manifestación».
Mientras tanto, las fuerzas gubernamentales cerraron todas las carreteras de acceso a Bagdad y arrestaron a las personas que llegaban de los gobernorados del sur y del centro del país. El gobierno declaró fiesta el día 9 de abril e impuso un toque de queda en Bagdad. Consiguientemente, Al-Sadr emitió una declaración suspendiendo la manifestación para impedir que se produjera un baño de sangre. Sus opositores, declaró, estaban planeando «bloquear las carreteras y llenar todo de espías». Al-Sadr amenazó con revocar las órdenes de alto el fuego que recientemente dio al Ejército del Mahdi.
El 9 de abril, se reforzó la seguridad alrededor de Ciudad Sadr y Al-Shoala. Y se cortaron todas las carreteras de acceso a Al-Jazamiya, otro de los bastiones de Al-Sadr en el oeste de Bagdad. La policía dijo a los habitantes de Al-Jazamiya que entregaran sus armas o se arriesgaban a que se registraran sus casas. El mismo día, varios lanzamientos de mortero impactaron sobre la Zona Verde pero no se informó de que hubiera habido víctimas. Hace unos días, dos soldados estadounidenses resultaron heridos en ataques de cohetes contra la Zona Verde. Anteriormente, un empleado de la Embajada de EEUU resultó muerto y varios heridos por fuego de mortero. Se oyeron explosiones en Ciudad Sadr y zonas circundantes y se informó de enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y el Ejército del Mahdi.
Salman Al-Freiji, de la corriente de Al-Sadr, dijo que había tres millones de personas asediadas en Ciudad Sadr, que no podían moverse ni comprar alimentos. Advirtió que el actual alto el fuego podría estar en sus últimos momentos. «Seguimos las órdenes de Muqtada Al-Sadr, pero si prosiguen los ataques contra los iraquíes, se acabó el alto el fuego».
El periodista Iyad Al-Kaabi, que vive en Ciudad Sadr, informó que docenas de personas habían resultado muertas o heridas por fuego de francotiradores estadounidenses y que se habían lanzado cohetes desde helicópteros. Añadió que habían muerto siete civiles y veinticuatro heridos mientras asistían a un velatorio en Ciudad Sadr.
Por su parte, el ejército estadounidense declaró que el miércoles 9 de abril había matado a trece pistoleros y que cuatro de ellos murieron mientras atacaban un puesto de seguridad en Ciudad Sadr. Sin embargo, la policía iraquí y los empleados de un hospital dijeron que los cuatro eran civiles y dos de ellos eran dos hermanos de siete y nueve años de edad. Mientras tanto, la policía iraquí informó que habían muerto dos iraquíes y otros diez habían resultado heridos cuando los helicópteros estadounidenses dispararon contra un depósito de bombonas de gas en Ciudad Sadr.
En otras zonas de Bagdad reinó una calma relativa durante el 9 de abril debido al alto el fuego. Sin embargo, estallaron varias bombas colocadas a los lados de la carretera en la zona industrial de Sheij Omar, en el centro de Bagdad y en la barriada de Bagdad Al-Yadida. No se ha informado de víctimas.
Después que un fuego destruyera cientos de almacenes en el Zoco de Yumeila, el mercado de venta al por mayor más grande de Bagdad, los precios de los alimentos se dispararon hasta las nubes. Ahmad Hussein, que perdió su mercancía en el incendio, dijo que el fuego fue provocado por disparos de mortero.
Como los hospitales de Ciudad Sadr no disponen ya ni de medicinas ni de habitaciones para acoger a más personas, el Mando de Operaciones para Bagdad decidió relajar sus controles, levantando la prohibición de movimiento de vehículos que habían venido reforzando durante casi dos semanas. Actualmente se permite que los coches accedan a Ciudad Sadr, aunque no están aún abiertas todas las carreteras.
Ata dijo que las fuerzas de seguridad iraquíes están presentes en Ciudad Sadr para proteger a los ciudadanos contra «actos criminales» y que sólo disparaban en defensa propia. Añadió que oficiales competentes están supervisando el suministro de medicinas y alimentos tanto en Ciudad Sadr como en Al-Shoala. «Tenemos representantes de los ministerios trabajando en el centro de operaciones y coordinando el suministro de servicios», dijo.
Enlace con texto original en inglés: