Barcelona 1919 es el título del último libro publicado por la historiadora Soledad Bengoechea Echaondo [SBE]. Su subtítulo: “La huelga patronal que alumbró la dictadura de Primo de Rivera”, un período decisivo en nuestra historia reciente no siempre recordado por la izquierda y por la ciudadanía de izquierdas (mi caso, por ejemplo). El ensayo ha sido publicado recientemente por la Editorial Libélula Verde.
Un apunte sobre la autora: “Soledad Bengoechea Echaondo (Monte Igueldo, San Sebastián, 1942) cursó la licenciatura (1986) y el doctorado (1991) en Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su actividad investigadora se ha centrado en los movimientos sociales y en la organización de la patronal catalana durante las primeras décadas del siglo XX. También ha sido tema de estudio para ella la historia de las mujeres en el siglo XX. SBE ha sido galardonada con el Premio Ciudad de Barcelona de Historia (1993) por su obra Organització patronal i conflictivitat social a Catalunya, y con el Premio Joan Mercader de Recerca (2000) por la obra Les Dècades convulses. Igualada com exemple. Es miembro del Grupo Treball, Institucions i Gènere (TIG) de la Universitat de Barcelona y de Tot Història Associació Cultural.

Componen Barcelona 1919 una nota aclaratoria, doce capítulos divididos en tres secciones (“Antecedentes inmediatos”, “Barcelona bajo el locaut”, “Del locaut a la dictadura de Primo de Rivera”), una reflexión final, el perfil biográfico de algunos protagonistas de esta historia (que no deben saltarse), apéndices documentales (que tampoco deberían pasar por alto), fuentes y bibliografía recomendada, además del prólogo del historiador Pere Gabriel: “En cualquier caso, el carácter, si se quiere excepcional, de la situación de 1918-1923 no hace más que reforzar la importancia de aquel año de locaut de la patronal catalana y la lucha abierta con el sindicalismo obrero en Barcelona, también -como con matices y vigor explica Soledad Bengoechea- el amplio significado general de un momento en que parecía que había llegado como nunca la hora de los obreros en Cataluña”.
Para abonar su apetito lector (de la contraportada): “En Barcelona, 1919 fue un año singular, un año de revolución y contrarrevolución. En primavera, la conocida como Huelga de La Canadiense y la huelga general que le siguió paralizaron la ciudad. Fue un triunfo para los sindicalistas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT): consiguieron las 8 horas de jornada laboral [Nota mía: lo que la izquierda solemos recordar… y hacemos bien]. Y llegó el otoño. Entonces comenzó un cierre patronal -un locaut- que duró ochenta y cuatro días [¡casi tres meses sin sueldo, con la pobreza y miseria que podemos imaginar!]. Dos organizaciones se disputaron el protagonismo: una patronal, la Federación Patronal de Barcelona; la otra obrera, la CNT. La movilización fue total: la burguesía salió a las calles enrolada en el Somatén, mientras otros grupos tomaron la ciudad: policía paralela, bandas de pistoleros y los mismos cuerpos de seguridad estatales. ¿Qué se pretendió conseguir con todo ello?: acabar con la CNT (que entonces contaba con 400.000 afiliados). Para ello se percibió imprescindible derribar los gobiernos de la Restauración que la toleraban [¡demasiado permisivos al gusto de la patronal catalana!]. Frustrados los intentos, transitar por los caminos que conducían hacia la dictadura de Primo de Rivera se apreciaron idóneos [contaron con todo su apoyo]”. Los ecos de la exitosa revolución de octubre estarían también muy presentes en los temores, decisiones y acciones de la patronal catalana.
SBE es, además de una concienzuda y rigurosa historiadora, una muy buena escritora. La documentación que se indica en los pies de página del libro nunca abruma al lector (ni se extiende a lo largo de media página). Barcelona 1919 es un libro de historia –no es una novela histórica pero se lee como una buena e intrigante novela histórica- que, sin ser necesario por sabido, refuta para siempre cualquier consideración (tantas veces repetida por el nacional-secesionismo) de que la burguesía catalana es y ha sido históricamente otra cosa, radicalmente diferente del resto de reaccionarias burguesías españolas por ser mucho más democrática (SBE: “Entre las derechas, incluso las diferencias políticas que separaban la Lliga de un partido monárquico y de talante españolista y autoritario como la Unión Monárquica Nacional se difuminaron”), nunca autoritaria (SBE: “cuando Primo de Rivera se pronunció, una gran parte de la sociedad catalana era partidaria de soluciones autoritarias y corporativistas”), siempre pacífica (recordemos los asesinatos de Salvador Seguí (1923) y Francesc Layret (1920), y el Somatén armado a manos de pistoleros de los llamados Sindicatos Libres), cercana a los obreros en ocasiones y proclive al pacto (¡un locaut de 84 días!), nada dada a aventuras militares (vean su apuesta por Joaquín Milans del Bosch Carrió, capitán general de Cataluña, uno de los fundadores de La Canadiense, antepasado del Jaime Milans del Bosch del 23F), proclive a pensar “en términos de país” (reparen en el papel desempeñado por la Lliga Regionalista) y con aristas cercanas a la justicia social (fuerte oposición a las medidas legislativas en material social del gobierno de Sánchez de Toca).
Albert Recio Andreu ha publicado una sucinta pero magnífica reseña en el mientrastanto.e de marzo. Les copio sus palabras de cierre (que suscribo): “Aunque la obra explica hechos de hace más de cien años, hay procesos que se repiten y modelos sociales que permanecen. Basta recordar que uno de los nefastos personajes que protagoniza esta historia, el Conde de Salvatierra, gobernador civil, máximo protector de la represión patronal, sigue ostentando una calle en el distrito burgués por excelencia de Sarrià-Sant Gervasi.” Pues eso.
Reparen también en el apartado de siglas y en las numerosas y coordinadas organizaciones patronales que se citan a lo largo del libro. Entre ellas, por supuesto, Fomento de Trabajo Nacional, que sigue más activa que nunca políticamente con el nombre de Foment del Treball.
En síntesis: léanlo (no les defraudará) y recomiéndolo (se lo agradecerán sus amistades).
Sugerencia: para los estudiantes de bachillerato (o de universidad) que cursan Historia contemporánea un magnífico candidato para lecturas complementarias.
Para futuras reediciones (de un libro que merece ser reeditado): añadir un índice onomástico, corregir algunas (simpáticas) erratas (catalán por castellano) y cambiar el tamaño de la letra en el caso de algunas citas.
Nota
Esta reseña fue publicada por el autor como parte de la Página herida del 6 de marzo de 2025.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.