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Fundador junto a Cartier-Bresson de la agencia Magnum, sus trabajos de guerra ponen el acento en el sufrimiento de la población civil

Berlín muestra la obra del fotógrafo de guerra Robert Capa como un manifesto antibélico

Fuentes: Efe

El museo Martin-Gropius-Bau de Berlín dedica una amplia retrospectiva al fotógrafo de guerra Robert Capa (1913-1954), con el propósito no sólo de redescubrir su obra, sino de exhibirla como un manifiesto antibélico ahora que se cumplen 60 años del fin de la II Guerra Mundial. La exposición, que se abre mañana al público y se […]

El museo Martin-Gropius-Bau de Berlín dedica una amplia retrospectiva al fotógrafo de guerra Robert Capa (1913-1954), con el propósito no sólo de redescubrir su obra, sino de exhibirla como un manifiesto antibélico ahora que se cumplen 60 años del fin de la II Guerra Mundial. La exposición, que se abre mañana al público y se podrá visitar hasta el 18 de abril, incluye, además de 300 fotos, imágenes inéditas de reportajes y ejemplares originales de revistas con las que Capa colaboró.

Nacido en Budapest con el nombre de Endre Erno Friedmann, Capa documentó con su cámara cinco guerras de la primera mitad del siglo XX antes de fundar en 1947 la agencia Magnum junto a colegas como Henri Cartier-Bresson, fallecido el pasado 4 de agosto de 2004 e inventor del llamado «instante decisivo», otro genio de la cámara a quien el Martin-Gropius-Bau ya dedicó una gran retrospectiva el pasado año, poco antes de su desaparición.

Dos salas enteras dedica la exposición a las fotos de Capa en la Guerra Civil española (1936-1939), entre ellas Muerte de un soldado republicano, la famosísima instantánea del miliciano cayendo muerto en combate, cuya belleza plástica cautivó ya por entonces a la revista inglesa Picture Post, que no dudó en coronar a Capa como «el mejor fotógrafo de guerra del mundo».

Que la obra de Capa se entienda hoy como manifiesto contra la guerra es perfectamente coherente con un fotógrafo que se interesaba sobre todo por el sufrimiento de la población civil, como atestiguan las imágenes de un búnker de Barcelona en 1939 donde un hombre parcamente disfrazado de payaso intenta hacer reír a unos niños.

Testigo del desembarco de Normandía «

Si la foto no es buena, es que no estabas suficientemente cerca». Esta frase, atribuida a Capa, cobra sentido en muchos de sus trabajos, pero quizá sea ante las instantáneas del desembarco aliado en Normandía (1944) cuando se entiende mejor. Antes, Capa había fotografiado para el magazine estadounidense Life los bombardeos alemanes sobre Londres, la guerra en el desierto del norte de África y la toma aliada de Sicilia, y esa misma revista le eligió a él y a otros tres fotógrafos para ir a Normandía. Capa hizo un total de 106 fotos de esa misión con dos cámaras Contax. Las envió a un laboratorio de Londres, donde un joven trabajador, nervioso porque el tiempo apremiaba, acabó destruyéndolas por error en la secadora. Sólo se salvaron once, que hoy se cuentan igualmente entre lo mejor de la fotografía bélica.

Un retrato de Trotsky, primer trabajo de Capa

Entre las novedades de la exposición berlinesa, versión ampliada de la que se vio en París el pasado año, figuran varios ejemplares originales de la revista Weltspiegel, suplemento ilustrado del diario Berliner Tageblatt, en la que Capa publicó cuando vivía en Berlín a principios de los años treinta. De esa época procede -otra primicia de la muestra de Berlín- la primera fotografía publicada por Capa, cuando tenía 19 años, una instantánea del líder revolucionario León Trotsky mientras pronunciaba un discurso en Copenhague en 1932.

Fue en la capital germana donde el artista vivió el fin de la guerra. «Es una ciudad que conocía muy bien y donde tuvo sus primeras experiencias como fotógrafo profesional», ha explicado su biógrafo Richard Whelan en la presentación de la muestra. «Capa era un pobre estudiante en el Berlín de los años treinta, pero cuando volvió en 1945 ya era la figura que él mismo había creado, y además tenía a su lado a la estrella de Hollywood Ingrid Bergman, con la que vivió aquí unos días maravillosos», ha explicado. De hecho, dicen que la relación de dos años entre Capa y Bergman inspiró a Alfred Hitchcock, el mago del suspense del Hollywood de las décadas de los 50 y 60, para idear la historia de La ventana indiscreta (1954), uno de sus filmes más celebrados. Aunque es cierto que las guerras acompañaron durante toda su vida a Capa-y en su muerte, a consecuencia de una bomba en Indochina-, la exposición de Berlín también se para en el análisis de su obra «civil», con imágenes suyas del Tour de Francia y retratos de artistas como Pablo Picasso y Henri Matisse.