Bill Richardson, el gobernador demócrata de Nuevo México y el único gobernador latino en el país, dio ayer el primer paso para buscar la nominación de su partido con miras a convertirse en el primer presidente hispano en la historia de Estados Unidos. Richardson confirmó que integrará el comité exploratorio para buscar la nominación demócrata […]
Bill Richardson, el gobernador demócrata de Nuevo México y el único gobernador latino en el país, dio ayer el primer paso para buscar la nominación de su partido con miras a convertirse en el primer presidente hispano en la historia de Estados Unidos.
Richardson confirmó que integrará el comité exploratorio para buscar la nominación demócrata en las elecciones generales de 2008, según Ap.
William Blaine Richardson, gobernador, congresista, diplomático y ex funcionario del gabinete del presidente demócrata, Bill Clinton, es hijo de padre estadounidense y madre mexicana. Nació el 15 de noviembre de 1947 en Pasadena, California, pero vivió hasta su adolescencia en México.
En una entrevista divulgada ayer en el programa This Week de ABC, Richardson afirmó que «no voy a contender como un candidato hispano sino como un estadounidense orgulloso de ser hispano y orgulloso de mi herencia».
La comunidad hispana, indicó, es creciente y dinámica. «Pero no me estaría enfocando sólo en asuntos hispanos o en tratar de obtener el voto hispano», agregó.
Sobre el tema de Irak, Richardson dijo en una declaración escrita que «el próximo presidente de Estados Unidos tiene que retirar nuestras tropas de Irak sin demora».
Agregó que «estoy tomando este paso porque tenemos que reparar el daño que por los pasados seis años se le ha hecho a nuestro país».
Se requiere bipartidismo, respeto y civilidad para obtener logros, indicó. «Ésa es una lección que he aprendido como gobernador y es lo que haré como presidente».
En su portal de internet, agregó que «sé que no soy el favorito en esta contienda» y que no contará con los recursos de otros, pero echó mano de su experiencia política y diplomática. «Estos tiempos serios demandan gente seria con experiencia en el mundo real en resolver los retos que enfrentamos. Humildemente, creo que soy el candidato mejor equipado para enfrentar estos retos», señaló.
ESTADOS UNIDOS ES UNA NACIÓN MUY TOLERANTE
En ABC dijo que Estados Unidos es una nación «muy tolerante y positiva» que está preparada para tener un presidente hispano, afroamericano o una mujer.
Richardson se une a la cada vez más creciente y diversa lista de demócratas que aspiran a la nominación de su partido para tratar de arrebatarle la Casa Blanca a los republicanos en 2008. La senadora demócrata de Nueva York y ex primera dama, Hillary Rodham Clinton, aspira a ser la primera mujer presidenta; y su colega de Illinois, el senador Barack Obama, quiere convertirse en el primer afroamericano en ocupar la Casa Blanca.
Pero Richardson es un veterano político que incluso formó parte de la lista corta de candidatos a vicepresidente en la mancuerna demócrata del 2000 encabezada por Al Gore. Entonces Richardson dijo en entrevista con este diario que sin duda la nación estaba lista para un vicepresidente hispano.
Pero parece que los estrategas demócratas no opinaban lo mismo y Gore optó por el senador John Edwards como su compañero de papeleta en la controvertida elección que culminó dilucidándose en la Suprema Corte a favor de George W. Bush.
En esa época fueron muchos los líderes hispanos que se quejaron en privado de que Gore no hubiera optado por Richardson.
Pero para entonces Richardson era secretario de Energía y en el puesto enfrentó varias crisis: alzas al precio de la gasolina y la desaparición de secretos nucleares del laboratorio Los Álamos. Como jefe de la dependencia, tuvo que asumir responsabilidades aunque en ambos casos se trató de situaciones que estaban fuera de su control.
LA FIGURA HISPANA DEMÓCRATA MÁS CONOCIDA
Richardson es quizá la figura política hispana demócrata más conocida, visible, carismática y con un envidiable currículum en política exterior y doméstica.
Es egresado de la Fletcher School of Law and Diplomacy de la Universidad Tufts.
En 1982 fue electo a la Cámara de Representantes federal por el estado de Nuevo México. Sirvió por 15 años siendo reelecto en siete ocasiones. En el Congreso, además de presidir la bancanda latina, fue uno de los líderes en la Cámara Baja entonces dominada por los demócratas y, como cazavotos, fue central en la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), además de servir de enlace con México.
Paralelamente se dedicó a labores diplomáticas extraoficiales que le valieron ser nominado al Premio Nobel de la Paz. Entre sus logros figuran su trabajo para liberar a soldados estadounidenses y otros cautivos en Irak, Corea del Norte, Birmania, Vietnam, Haití, Sudán y Cuba. También negoció por la transferencia pacífica del poder en el antiguo Congo; y para conseguir el paso seguro a través de Uzbekistán de unos siete mil refugiados de Tayikistán que estaban atrapados en el norte de Afganistán.
A fines de 2006 se reunió con líderes sudaneses en la búsqueda de un fin a la violencia en Darfur.
En el segundo período de Clinton, en 1996, Richardson se convirtió en el embajador de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sus actividades fueron múltiples y le tocó la crisis con Irak que culminó en el bombardeo de 1998 ordenado por el presidente Clinton.
Éste le pidió a Richardson su retorno al gabinete como secretario de Energía tras la salida de Federico Peña. Ahí se mantuvo hasta que los demócratas salieron de la Casa Blanca en 2000.
En 2002 fue electo gobernador de Nuevo México y fue reelecto en noviembre del año pasado con 69% del voto.