Traducción para Rebelión y Brussells Tribunal de Loles Oliván.
Hoy hace diez años, se celebró una manifestación mundial en más de sesenta países de todo el mundo en la que participaron millones de personas para protestar contra la inminente guerra contra Iraq. Al rechazar una guerra de agresión ilegal y protestar contra una guerra por petróleo, los y las manifestantes rechazaron con firmeza la idea de que se pueda llevar la democracia a un pueblo bombardeándolo.
Hoy, diez años después, empresas petroleras extranjeras están obteniendo enormes beneficios en Iraq. Mientras se ignoran los derechos laborales y sigue en vigor la legislación anti huelga de la época de Sadam, las compañías petroleras extranjeras han firmado contratos de 20 años y se benefician de la negación de los derechos fundamentales de los trabajadores y trabajadoras iraquíes.
En esta fecha, representantes de la Iniciativa de Solidaridad de la Sociedad Civil Iraquí (ICSSI, por sus siglas en inglés) de Italia, Reino Unido y Francia se han dirigido a ENI, la empresa petrolera italiana, para entregar la siguiente carta en nombre de los trabajadores del petróleo iraquíes, carta que, asimismo, está siendo remitida a todas las empresas petroleras extranjeras presentes en Iraq.
Diez años después de la invasión estadounidense de Iraq, llevada a cabo con el pretexto de derrocar al ex dictador y de promover los derechos humanos y la democracia, constatamos que su objetivo medular a largo plazo era que las compañías petroleras internacionales adquiriesen el control sobre los recursos petroleros iraquíes recién privatizados, la creación de un Iraq «liberado» que sirviera como modelo económico para un «Nuevo Oriente Medio» y la propagación del neoliberalismo en la región.
El proyecto ha sido un fracaso en todos los frentes. Los que sufren las consecuencias son los ciudadanos y ciudadanas iraquíes. El país está sacudido por la violencia y la intensificación del conflicto sectario. Se violan sus derechos. Los servicios vitales -agua y electricidad- no funcionan, mientras que las compañías petroleras internacionales reciben prioridad en el acceso a tales recursos, por lo demás muy escasos, y operan bajo contratos a largo plazo para explotar los campos de petróleo iraquíes; contratos que fueron firmados mientras Iraq estaba todavía bajo régimen de ocupación. Todo ello a costa de la empresa nacional de petróleo de Iraq. Igualmente, tales empresas han venido a agravar aún más una relación ya conflictiva entre el Gobierno Regional de Kurdistán y el Gobierno central de Iraq. Y, como consecuencia de su estrecho enfoque que prioriza aumentar la producción y sus ganancias, las compañías petroleras internacionales han dado muestra de una falta de consideración por la rendición de cuentas públicas o por los derechos de los trabajadores de Iraq.
La insidiosa búsqueda de tales empresas para extraer cantidades cada vez mayores de petróleo ha dado lugar a que la corrupción rampante que aflige a Iraq en la actualidad aumente vertiginosamente. Desde la llegada de esas empresas, las prácticas de corrupción y de contabilidad irregular se han convertido en norma en la industria petrolera iraquí.
Las empresas no han llevado a cabo ni una planificación adecuada ni una gestión pertinente de los recursos sino que más bien velan por políticas despilfarradoras que privan a las futuras generaciones de iraquíes de sus derechos de nacimiento.
Además, dichas empresas están operando sin el marco de una ley laboral nacional iraquí que proteja los derechos de los trabajadores y trabajadoras iraquíes a unirse a los sindicatos, a negociar colectivamente y a organizar huelgas, protestas y manifestaciones. Su política castiga a los trabajadores y trabajadoras negándoles derechos internacionalmente reconocidos y que están garantizados en muchas de las naciones en las que las empresas internacionales están instaladas.
Por lo anterior, instamos a todas las compañías petroleras internacionales que operan en Iraq a que:
1 – Respeten la soberanía del pueblo iraquí sobre sus recursos naturales y, tomando nota de la falta de legitimidad de sus contratos, renuncien a toda reclamación de derechos sobre el petróleo iraquí.
2 – Habida cuenta de que en la actualidad son las compañías petroleras las que han tomado el relevo a las tropas extranjeras para comprometer la soberanía iraquí, establezcan un calendario para su retirada a la vez que transfieren la tecnología a la empresa nacional de petróleo de Iraq.
3 – Pongan fin a la instigación de las tensiones entre el Gobierno Regional de Kurdistán y el Gobierno central de Iraq dejando de explotar el petróleo hasta que se haya alcanzado un acuerdo nacional estable respaldado por todos los ciudadanos y ciudadanas iraquíes.
4 – Promuevan la transparencia en el sector petrolero de Iraq mediante la publicación de los detalles de todos los contratos y garanticen el acceso de los ciudadanos y ciudadanas iraquíes a la información sobre los recursos petrolíferos de Iraq y su explotación. Ello es vital para acabar con una corrupción que se ha convertido en endémica como consecuencia de la presencia de empresas petroleras internacionales en Iraq.
5 – Apoyen la aprobación de una Ley Laboral iraquí que garantice todos los derechos de los trabajadores y trabajadoras iraquíes de acuerdo con los más altos estándares internacionales, y que proteja la libertad de asociación y el derecho de huelga.
6 – Adopten políticas nítidas para proteger el medio ambiente iraquí y accedan a utilizar los equipamientos apropiados para vigilar los efectos medioambientales de las actividades de sus empresas en el suelo, el agua y el aire de Iraq.
7 – Acuerden que la seguridad y la protección del personal y de los equipamientos de todos los campos petrolíferos iraquíes deben estar exclusivamente bajo la autoridad de las fuerzas nacionales de seguridad iraquíes. Tales responsabilidades no deben asignarse a empresas privadas de seguridad que, con sede en otras naciones, socavan la soberanía de Iraq.
15 de febrero 2013
Iniciativa de Solidaridad de la Sociedad Civil de Iraq y de los sindicatos iraquíes:
Adnan Al-Saffar por la Federación General de Trabajadores Iraquíes (FGTI) y su Sindicato de Petróleo y Gas
Abdulla Malik por la Federación Iraquí de Sindicatos del Petróleo (FISP)
Abbas Kadhim por el Sindicato de Profesionales de Ingeniería (Sección Eléctrica de Bagdad)
Abdullatif Abdul Rahman por la Federación de Sindicatos de Salahaddin
Fuente: http://www.brussellstribunal.org/article_view.asp?id=776#.USSx4B2pDN1