Traducido para Rebelión por Germán Leyens
«Los soldados están haciendo cosas extrañas en Faluya», dijo uno de mis contactos que acaba de volver de la ciudad. Estuvo en Faluya para ver cómo estaba su casa y volvió esta tarde a Bagdad.
Exigiendo que no mencionáramos su nombre, continuó: «En el centro del barrio Julan están erradicando casa enteras que han sido bombardeadas, y al mismo tiempo dejan tal cual la mayoría de las casas que fueron bombardeadas. ¿Por qué lo hacen?
Según lo que dice, hicieron lo mismo en los distritos Nazal, Mualmeen, Jubail y Shuhada’a y los militares comenzaron a hacerlo después de Eid, o sea después del 20 de noviembre.
Me dijo que ha visto a los militares utilizando aplanadoras para amontonar el suelo en pilas y cargarlo en camiones para llevárselo. Esto lo hicieron en los barrios Julan y Jimouriya de la ciudad, que es desde luego donde ocurrieron los combates más duros durante el sitio, ya que en ellos la resistencia fue la más feroz.
«Se llevaron por lo menos dos kilómetros de suelo», explicó, «exactamente tal como lo hicieron en el aeropuerto de Bagdad después de las grandes batallas que hubo allí durante la invasión y los estadounidenses utilizaron sus armas especiales.»
Explicó que en ciertas áreas en las que los militares usaron «municiones especiales», sacaron 200 metros cuadrados de suelo de cada sitio en el que hubo explosiones.
Además, muchos de sus amigos le han contado que los militares llevaron camiones cisterna con agua para lavar a presión las calles, aunque no lo ha visto personalmente.
«Iban de casa en casa y vaciaban los tanques de agua», continuó, «Como si trataran de ocultar la evidencia de armas químicas en el agua, pero sólo lo hicieron en algunas áreas, como en Julan y en el souk (mercado).
Dijo que vio que esto fue hecho después del 20 de diciembre.
De nuevo, es un reflejo de relatos que me han hecho varios refugiados de Faluya.
Precisamente en diciembre pasado, un comerciante de 35 años de Faluya, Abu Hammad, me dijo lo que vivió cuando todavía estaba en la ciudad durante el sitio.
«¡Los aviones de guerra estadounidenses venían continuamente durante la noche y bombardearon todo en Faluya! ¡No pararon ni un instante! Si las fuerzas estadounidenses no encontraban un objetivo que bombardear, utilizaban bombas de estruendo sólo para aterrorizar a la gente y a los niños. La ciudad estaba atemorizada, es imposible describir el pánico que sentían todos.»
«En las mañanas veía Faluya vacía, como si nadie viviera allí», dijo, «Incluso han utilizado gases tóxicos en Faluya – emplearon de todo: tanques, artillería, infantería, gases tóxicos. Faluya fue bombardeada hasta arrasarla. No quedó nada.»
En Amiriyat al-Faluya, una pequeña ciudad justo en las afueras de Faluya, donde muchos doctores de Faluya han estado practicando desde que no pudieron hacerlo en el Hospital General de Faluya, cuentan historias similares.
El pasado mes, un refugiado que acababa de llegar al hospital en la pequeña ciudad, explicó que había visto a militares que llevaron camiones cisterna con agua para lavar a presión algunas calles en Faluya.
«¿Por qué lo hacen?», explicó Ahmed (cambié el nombre para protegerlo), «¿Para hermosear Faluya? ¡No! ¡Están ocultando las huellas de las horribles armas que utilizaron en mi ciudad!»
También en noviembre pasado, otro refugiado de Faluya del área de Julan, Abu Sabah me dijo, «Ellos (los militares de EE.UU.) usaron sus extrañas bombas para producir humo como una nube en forma de hongo. Luego pequeños trozos caían del aire dejando largas estelas de humo detrás de ellos».
Explicó que trozos de esas bombas estallaban produciendo grandes fuegos que quemaban la piel de la gente incluso cuando la rociaban con agua, que es el efecto de las armas con fósforo, así como del napalm. «La gente sufrió mucho por esto, tanto civiles como combatientes», dijo.
Mi amiga Suthir (nombre modificado para proteger su identidad) participó en uno de los convoyes de ayuda de la Media Luna Roja que recibió autorización para entrar a Faluya a fines de noviembre.
«Estoy segura de que los estadounidenses cometieron hechos malvados, pero quién puede descubrirlos y decirlo» dijo hablando de lo que vio en la ciudad devastada, «No permitieron que entráramos al área de Julan ni a ninguna de las otras en las que hubo duros combates, y estoy segura de que ocurrieron cosas horribles.»
«Los estadounidenses no nos dejaron ir a los sitios en los que todos dijeron que usaron napalm, agregó, «A nadie lo dejaron ir a Julan y esos sitios en los que ocurrieron los combates más duros,.»
El 30 de noviembre los militares de EE.UU. impidieron que un convoy de ayuda llegara a Faluya. Ese convoy de ayuda fue enviado por el Ministerio de Salud Iraquí, pero los soldados le dijeron en un punto de control que volviera en «8 o 9 días» informó AP.
El Dr. Ibrahim al-Kubaisi que estaba con el equipo de ayuda declaró en aquel entonces a los periodistas: «Está ocurriendo un crimen terrible en Faluya y no quieren que nadie lo sepa».
Como los militares mantienen un estricto control sobre quién entra a Faluya, sigue siendo difícil establecer la verdad sobre las armas que fueron utilizadas.
Mientras tanto, la gente que vivía en diferentes distritos de Faluya sigue contando las mismas historias.