Elvin Negrón (Ponce, Puerto Rico, 1978-) es colegial, escritor, ingeniero de formación y administrador de empresas. Nunca coincidió conmigo en el Colegio de Mayagüez, eso que vosotros llamáis Universidad de Puerto Rico, de donde obtuvo su grado de Ingeniero Químico (B.S., 2000). Luego estudió una Maestría en Administración de Empresas, con concentración en Gerencia de Operaciones, en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (MBA, 2009). Ya, formado en lo que no suele permitir a nadie divagar, se surfeó y graduó con los más altos honores una Maestría en Creación Literaria, con concentración en Narrativa en la Universidad del Sagrado Corazón (M.A., 2020). Elvin es recipiente de la Medalla Pórtico, máximo galardón que confiere la Universidad del Sagrado Corazón. Negrón, ha dado respuesta a mis preguntas, y sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.
– Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Recientemente publicó pléilist (2020).¿De qué trató o tratas en esa colección de cuentos? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?
– Elvin Negrón (EN, en adelante) – El libro contiene cuentos inspirados en la música. Cada personaje tiene su lista de canciones. Al igual que muchos de nosotros, nuestra lista de canciones favoritas está formada por experiencias; melodías que nos recuerdan nuestra niñez, un viejo amor, épocas felices o tristes. Todos tenemos títulos en nuestra lista que no podemos compartir con cualquiera. Algunas son catarsis. Otras nos hacen bailar. La idea es usar la música como inspiración y complemento de caracterización. La oportunidad surgió durante mis estudios en Creación Literaria en la Universidad Sagrado Corazón. Luego de graduarme, decidí publicar
– ¿Qué relación tiene su trabajo creativo previo a pléilist y vuestro trabajo creativo entonces y hoy? ¿Cómo lo hilvana con su experiencia de puertorriqueño-caribeño y su memoria personal o no de lo caribeño dentro de Puerto Rico y el Caribe?
– Mi primer libro, Alicorne (2015), es una colección de cuentos más diversos. Son cuentos con una mezcla más o menos equilibrado en ciencia, religión y arte. Pléilist es un libro con un concepto más pensado, más homogéneo, pero diseñado en varios niveles. La mayoría de los cuentos que he publicado, quizás todos, tratan temas universales. Mi experiencia como puertorriqueño y caribeño se puede reflejar en nuestra lengua española, en la fuerte influencia del imperialismo norteamericano y en la música. Sin embargo, a diferencia de otros compañeros escritores, mis cuentos suelen ser menos políticos.
– Si compara vuestro crecimiento y madurez como persona, escritor e investigador con su época actual de escritor en Puerto Rico, ¿qué diferencias observas en vuestro trabajo creativo? ¿Cómo ha madurado su obra? ¿Cómo has madurado?
– Mi formación fue primeramente religiosa durante la niñez, luego científica y matemática durante mi juventud, y finalmente literaria en los últimos diez años. Por lo tanto, la temática ha evolucionado paulatinamente, pero el cambio en estilo ha sido más drástico. Primero todo estaba enfocado en la historia, luego uno se va preocupando por otras cosas, por la estética, la innovación, etc.
– Elvin, ¿cómo visualizas vuestro trabajo creativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico? ¿Cómo ha integrado vuestro trabajo creativo e investigativo a su quehacer literario?
– Me parece que la diferencia más grande está en los temas y el tono. No me gusta sermonear. Prefiero primero entretener, luego sembrar una duda. Me gusta ser menos explícito, ser sutil. Hacer que el lector piense, reflexione, pero no desde una tribuna. Por otro lado, no se trata de ser inconsecuente; lo veo más como una psicología inversa. Como un “coach” que te guía a darte cuenta de que la respuesta está en ti.
– Ha logrado mantener una línea de creación literaria enfocada en la ciencia ficción. ¿Cómo concibes la recepción a vuestro trabajo creativo dentro de Puerto Rico y fuera, y la de sus pares?
– Aunque he escrito ciencia ficción, no estoy de acuerdo con la premisa de que ese ha sido mi enfoque. Algunos de mis cuentos son de ciencia ficción. Otros, la mayoría, son cuentos fundamentalmente realistas, donde todo puede tener una explicación científica, aunque muchas veces se funda (o se confunda) con lo divino.
– Sé que vos es de Ponce, Puerto Rico. ¿Se considera un escritor puertorriqueño o no? O, más bien, un escritor, sea este puertorriqueño o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente vos?
– Me encanta viajar y me han fascinado múltiples ciudades. Sin embargo, salir al mundo solo me hace apreciar más mi isla. Soy y me siento puertorriqueño, sin embargo, aunque no puedo enajenarme de mi experiencia y realidad como boricua del siglo XXI, mi enfoque en la escritura no es Puerto Rico, nuestros problemas o nuestra idiosincrasia. Hasta ahora mi enfoque ha sido más universal.
– ¿Cómo integra vuestra identidad étnica y de género y su ideología política con o en vuestro trabajo creativo y su formación en Creación Literaria?
– Conscientemente, en ninguna forma. Como mencioné antes. No me gustan los sermones y en cierta forma no promuevo las clasificaciones. Como dice una canción de Jorge Drexler, «soy un moro judío que vive con los cristianos”. Tenemos una tendencia a catalogar y poner sellos. Eso no es saludable ni en las relaciones interpersonales, ni en la literatura. Hay que tomarse el tiempo para conocer a las personas en su redondez, y de ser testigos y hasta partícipes de su evolución. El mundo no es maniqueo, blanco o negro, categórico. Esa aversión al catálogo está muy presente en mis escritos. Por ejemplo, en cuanto a la etnia, géneros, y todas esas categorías que nos inventamos para dividir, a mí me gusta unirlas. Confundirlas. Creo que normalizar, es decir, hacer esas diferencias parte de lo cotidiano, lleva también el mensaje de cómo debemos ser. Y creo que eso tiene mucho que ver con mi experiencia como puertorriqueño, de llevar con orgullo la mezcla de razas; como dice la canción de Jarabe de Palo: “En lo puro no hay futuro…la pureza está en la mezcla”.
– ¿Cómo se integra vuestro trabajo creativo a su experiencia de vida como estudiante antes y después de su paso por la Universidad del Sagrado Corazón? ¿Cómo integras esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritor en Puerto Rico hoy?
– Antes de estudiar literatura mi mundo era mucho más pequeño. El trasfondo que obtuve estudiando religión, ingeniería, estadística, y negocios, se acumuló bajo presión hasta condensarse, y luego se disparó a una velocidad supersónica por la puerta que abrió la literatura. Mi trabajo creativo siempre tiene más de una capa y muchas veces una de esas capas está fundada en la literatura clásica. A veces es más obvio, otras casi imperceptible.
– ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a vuestro trabajo creativo y a la temática ficcional del mismo? ¿Cómo ha variado?
– Mis primeros trabajos fueron recibidos con agrado por los lectores, sin embargo, la recepción ha sido mucho más enfática y vehemente en mi segundo libro. Hay muchos factores para eso. Uno va aprendiendo no solo a escribir mejor, a dejar descansar los textos, a cortar y descartar, sino también a darse a conocer. A perder la timidez. Al principio hasta me sentía extraño llamarme escritor. Lo evitaba.
Es interesante ver cómo se transforma el trabajo creativo con el tiempo hasta el punto de que uno ve los primeros escritos como si fuera una foto de nuestra adolescencia donde nos vemos más jóvenes, pero también más ingenuos, con acné y con ropa ridícula según la moda de la época. Pero es parte de crecer y aprender.
WRS – ¿Qué otros proyectos creativos tienes recientes y pendientes?
– Tengo en planes hacer una novela gráfica sobre algunos de mis cuentos ya publicados en colaboración con otros artistas puertorriqueños. También estoy trabajando otro libro de mis cuentos inéditos y me gustaría escribir una novela.
Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.
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