Recomiendo:
0

Reseña de 101 dardos contra el poder y sus engaños, de Juan Manuel Naredo

Crónica de un desastre anunciado

Fuentes: Rebelión

101 dardos contra el poder y sus engaños, de Juan Manuel Naredo, Barcelona: Crítica, 2012

Este libro es un documento histórico inapreciable. Porque nos muestra como frente a la ignorancia o mala fe de los ideólogos del poder, algunos analistas supieron diagnosticar de manera certera los males existentes y los por venir en nuestro país. Juan Manuel Naredo es uno de ellos. Una rara avis porque es consecuentemente un librepensador. Nunca se casó con nadie, ni teórica ni prácticamente. Ni perteneció a ninguna escuela ni militó en ningún partido. No se dejó llevar nunca por las modas ni por el oportunismo. Pensó y sigue pensando pacientemente, rigurosamente, críticamente. Lo hizo en «Cuandernos para diálogo», «Triunfo» o «Cuadernos de Ruedo Ibérico» durante el franquismo. Lo continuó haciendo en el post-franquismo con estudios, libros y artículos. Precisamente los artículos casi semanales que escribía en el periódico «Público» desde finales del 2008 hasta principios del 2012, fecha en que tuvo que cerrar el diario por problemas económicos.

Naredo es economista, estadista y analista político. Ha tratado temas teóricos como la relación entre la sociedad, la economía y la ecología. Pero lo ha hecho desde lo más concreto: los recursos naturales, el agua, la agricultura, las fuentes energéticas. Siempre intentando combina el rigor con la claridad. En un libro complementario con el que tratamos que se llama Luces en el laberinto (Catarata, 2009) elabora su autobiografía y trata más en profundidad su visión de la crisis y las alternativas que propone.

El libro tiene la gracia de ser diacrónico, es decir, de que va desarrollando análisis sobre la marcha de la crisis y las políticas que se van improvisando los gobiernos de Zapatero y de Rajoy. Pero es interesante entenderlo también de manera estructural, ya que Naredo define un mapa preciso de la crisis, de sus causas y de sus responsables. Y de las políticas equivocadas que nos conducen al desastre actual.

El problema viene de la transición, de como se va estructurando un modelo político y económico que transforma el caciquismo franquista en el neocaciquismo postfranquista. Porque en el marco de la monarquía impuesta por Franco y de los pactos entre franquistas y antifranquistas se diseña una Constitución elaborada al margen del pueblo y un sistema biparditista, muy poco democrático, que va consolidando un modelo de crecimiento nefasto. Modelo inmobiliario-especulativo que ha enriquecido a unos pocos, que ha endeudado a la mayoría y que ha desmantelado el Estado y la banca pública. Alianza de bancos, burocracias políticas y constructoras/inmobiliarias. Destrucción del medio ambiente, megaproyectos caros y absurdos, construcciones sin sentido, especulación inmobiliaria y financiera, precarización laboral. ¿Responsables? El primero fue Felipe González, que inició la «cultura del pelotazo» con las privatizaciones de empresas públicas rentables (Endesa, Telefónica, Repsol), que diseñó sus sitema tributario basado en desgravaciones para impulsar la privatización de las pensiones, la evasión fiscal legal de la grandes fortunas, los beneficios a las empresas y las hipotecas que favorecieron la burbuja inmobiliaria. Modelo que consolidó y profundizó de la peor manera posible Aznar, hasta llevarnos a la crisis actual. Crisis que Zapatero no frenó ni tan solo reconoció; y que, cuando la intentó paliar lo hizo con las políticas neoliberales que luego profundizó Rajoy. Es decir, que la Santa Alianza entre el PSOE y el PP es el fondo real de unas disputas partidistas que estaban de acuerdo en lo fundamental. ¿Democracia? No, una oligarquía con tintes democráticos, con el «pan y circo» que facilita la servidumbre voluntaria de un pueblo adormecido. Aunque iniciativas como el 15-M, los indignados, las mesas ciudadanas, son un poco de aire fresco que ponen de manifiesto que no todo el mundo está dormido. Esto es lo poco que podemos celebrar.

Esto son solo unas notas que no quieren sustituir la lectura del libro, porque los matices y los análisis precisos que nos brinda Naredo merecen ser seguidos con atención y con interés. No tienen desperdicio.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.