El nuevo sistema, llamado Nova, fue creado por estudiantes y profesores de la Universidad de las Ciencias Informáticas de La Habana (UCI) y su misión es facilitar el proceso de «emigración» del Windows al software libre que comenzó el país en 2005. Según dijo a corresponsales extranjeros el líder del proyecto, Angel Goñi, el […]
El nuevo sistema, llamado Nova, fue creado por estudiantes y profesores de la Universidad de las Ciencias Informáticas de La Habana (UCI) y su misión es facilitar el proceso de «emigración» del Windows al software libre que comenzó el país en 2005.
Según dijo a corresponsales extranjeros el líder del proyecto, Angel Goñi, el sistema permite utilizar aplicaciones modernas en una interfaz sencilla y trabajar con las máquinas obsoletas que todavía abundan en la isla, aunque no es «la plataforma» definitiva de Cuba para «emigrar al Linux».
«Cuba, por el bloqueo (estadounidense) y toda la situación económica, todavía tiene en funcionamiento computadoras que en otros lugares del mundo son basura», explicó Goñi, al admitir que el país no puede «desaparecer» esos ordenadores que aún funcionan y son útiles.
El ingeniero, de 24 años, señaló que la isla tiene máquinas «que no están en línea con el desarrollo de los sistemas operativos que exigen cada vez más recursos de hardware de la tecnología» y no está preparada «para seguir ese ritmo de adquisición».
En su opinión, Nova es solo una de las caras de una «intencionalidad política» para cambiar de software y escapar de las restricciones para comprar programas y actualizaciones que impone el embargo comercial y financiero de Estados Unidos a la isla desde 1962.
En 2005, Cuba inició su «emigración a software libre y plataformas de código abierto en general», después de que el Consejo de Ministros decidiera «comenzar paulatinamente» el traslado de las instancias de la Administración Central del Estado a la nueva tecnología.
La Aduana General, los ministerios de Educación Superior y de Comunicaciones y todas las universidades cubanas empezaron a utilizar a partir de ese año las nuevas plataformas en calidad de «organismos pilotos».
Según el decano de la Facultad de Software Libre de la UCI, Héctor Rodríguez, actualmente más de un 80 por ciento del sector académico, empresarial y científico llevó sus «servicios telemáticos» a ese sistema.
Rodríguez indicó que el 20 por ciento de las computadoras del país utilizan esa plataforma en el área de servidores, pero piensa que dentro de cinco años podría ser que «se haya revertido la situación completamente» y que Cuba «pueda exhibir más del 50 por ciento de sus escritorios emigrados».
«Vale que no tengamos bloqueo, pero nosotros necesitamos desarrollar nuestros productos», resaltó el decano, para quien esta política «garantiza» la seguridad, independencia y soberanía tecnológica de la isla, aún cuando el embargo desaparezca.
Por su parte, el ministro cubano de Informática y Comunicaciones, Ramiro Valdés, celebró esta semana el uso de las plataformas abiertas dentro del marco de la Convención Informática de La Habana, y aseguró que «indudablemente es un tema muy importante para tener el logro de un mayor control» en el proceso informático del país.
«Los sistemas de plataforma abierta (…) nos permiten, en la medida que se vayan dominando todas estas técnicas y se siga profundizando en ellas, lograr una mayor inviolabilidad en los procesos de informática», dijo a periodistas el comandante Valdés, ex ministro del Interior.
Desde su punto de vista, será «un proceso que no termina», pero por lo pronto la isla pretende avanzar «más rápidamente» en 2009 que lo alcanzado hasta el momento.