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De la época de la Construcción a la de la destrucción

Fuentes: ramonramon.org

Hace no mucho decía que nuestros responsables políticos y técnicos preferían apostar por la gran marca, la gran consultora, que aunque no creaba empleo de calidad ni en la región, les daba la seguridad precisa al que ignorante, desconfiado o sin preparación ha de tomar decisiones que nos afectan a todos. Como lo propone estos […]

Hace no mucho decía que nuestros responsables políticos y técnicos preferían apostar por la gran marca, la gran consultora, que aunque no creaba empleo de calidad ni en la región, les daba la seguridad precisa al que ignorante, desconfiado o sin preparación ha de tomar decisiones que nos afectan a todos. Como lo propone estos expertos, está bien. Ahora pienso que ya realmente da igual lo que hagan, hay tal distancia entre ellos y la ciudadanía que la única manera que existe para que se acaba con esta situación es comenzando de nuevo. Solo hay que remitirse a los últimos acontecimientos políticos: corrupción y más corrupción (en la clase política, en los gobiernos, en la casa real, en la patronal,….), cifras escondidas y grandes sueldos, para ver que existen dos realidades.

Me temo que no existen líderes valientes, y los pocos existentes, de una u otra manera están tan inmersos en el día a día, en la macroeconomía y la crisis, que no hay manera de rescatarlos. Necesitamos rescates, pero el primer rescate es el del sentido común. Por eso, si antes decía Iniciativa Focus y la extensa red de voluntarios en muchos ayuntamientos, se trabajó en despotismo ilustrado de todo para el pueblo pero sin el pueblo. Hemos pasado en esta última década de una época de la Construcción o el ladrillo a otra de la destrucción, de la pérdida de valores, de ilusiones, esperanzas, empleo, … del abandono del talento y la cooperación. La construcción, como sector, no es ni buena ni mala. 

El enemigo es la especulación, la economía que se basa en la expectativa y nunca en el bien material y en la fuerza del trabajo, de un modelo capitalista salvaje, de una economía de mercado que ha creado «sociedades de mercado», como afirmó el presidente José Múgica en los encuentros de Río +20.

Mis propuestas siempre van hacia el mismo camino: construyamos sobre buenos pilares, sobre la Sociedad del Conocimiento, porque es el más democrático de los bienes comunes que se reparten entre las naciones del mundo, mediante la transparencia en nuestros gobiernos -sólo la luz evita la oscuridad- y fomentando la educación en libertad e independencia tecnológica, fuera de la imposición de grandes empresas, cuya rentabilidad nunca es social.

Fuente: http://ramonramon.org/blog/2013/02/15/de-la-epoca-de-la-construccion-a-la-de-la-destruccion/