Decenas de millones de dólares originalmente destinados a la reconstrucción y a la seguridad de Iraq fueron usados para la compra de bienes suntuosos, como una piscina olímpica, tráilers VIP y edificios que nunca o rara vez fueron usados. En ocho nuevas auditorías realizadas en los últimos tres meses, el Inspector General Especial de Estados […]
Decenas de millones de dólares originalmente destinados a la reconstrucción y a la seguridad de Iraq fueron usados para la compra de bienes suntuosos, como una piscina olímpica, tráilers VIP y edificios que nunca o rara vez fueron usados.
En ocho nuevas auditorías realizadas en los últimos tres meses, el Inspector General Especial de Estados Unidos para la Reconstrucción de Iraq, Stuart Bowen, señaló que «la corrupción sigue plagando Iraq» y que «el ambiente de seguridad ha seguido deteriorándose».
Las auditorías, enviadas al Congreso legislativo estadounidense el miércoles, revisaron los esfuerzos de Washington para fortalecer a los ministerios de Iraq, así como la administración del Departamento de Defensa de los fondos para el entrenamiento de policías.
Los estudios también analizaron la adquisición de equipos médicos para centros de atención en Iraq y revisaron los costos de la seguridad brindada a los principales contratistas de Estados Unidos.
Entre los casos de malversación documentados en el informe de 579 páginas se encuentra uno relacionado con un contrato otorgado a la compañía DynCorp International entre julio de 2004 y junio de 2006, a la cual el Departamento de Defensa pagó 43,8 millones de dólares para construir un gran almacén en un campamento residencial que nunca fue usado.
Esa suma incluyó 4,2 millones de dólares para obras no autorizadas, como el traslado del campamento residencial en los jardines del lujoso Palacio Adnan, en Bagdad, la fabricación de 20 tráilers VIP adicionales, y la construcción una piscina de dimensiones olímpicas en los jardines del palacio.
El Departamento de Estado (cancillería) pudo haber gastado otros 36,4 millones de dólares en armas y equipamiento, incluyendo vehículos blindados, armaduras para soldados y equipos de comunicaciones, pero estos gastos no pueden ser constatados porque «las facturas eran vagas y no hay documentos de respaldo».
La auditoría también descubrió varias irregularidades en un proyecto de apoyo al Colegio Policial de Bagdad, como mala calidad de las construcciones, presupuestos excesivos y obras sin terminar.
«Las instituciones anticorrupción en Iraq están fragmentadas, y no parece haber un consenso interno sobre cómo éstas deben interactuar», señala el informe.
El estudio también llamó la atención sobre la deteriorada situación de seguridad, alertando que está «dificultando los progresos en todos los sectores de la reconstrucción y amenazando todos los esfuerzos».
La auditoría concluyó que la infraestructura de seguridad sigue siendo vulnerable. Las líneas eléctricas son atacadas regularmente, y los oleoductos del norte son en su mayoría inoperables debido a los constantes actos de sabotaje.
Los equipos iraquíes de reparación por lo general no pueden trabajar por temor a los ataques.
La investigación señaló que hubo una «inconsistente coordinación» entre muchas agencias estadounidenses que apoyan la reconstrucción, lo que está impidiendo una efectiva ejecución de la asistencia.
El informe fue presentado en un momento especialmente sensible para el gobierno del presidente George W. Bush, que pidió al Congreso la aprobación de una nueva partida de 1.200 millones de dólares para Iraq.
El 10 de enero, Bush presentó una nueva estrategia, que incluye más inversiones en la recuperación económica de ese país.
El informe también llegó en un momento clave para los donantes internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y los países limítrofes con Iraq.
Washington intenta convencerlos de que Iraq, debido a la situación de seguridad, requiere una «nueva fase de inversiones», pero las crecientes denuncias de corrupción y malversación de fondos los disuade.
En diciembre, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental, brazo de vigilancia del Congreso, divulgó un informe en el que se revelaban una serie de deficiencias en el control del Ejército a los contratistas en Iraq.