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Carta abierta a Georges Bush

¡Deje de destruir las mezquitas de Irak!

Fuentes: CounterPunch

Presidente George W. Bush Casa Blanca Washington, DC 20500 9 de diciembre de 2004 Estimado presidente Bush: Al leer las noticias sobre la reiterada destrucción de numerosas mezquitas en Irak, recuerdo las palabras de su propio ex jefe de contraterrorismo, Richard Clarke, que escribió este año: «Lejos de confrontar el atractivo popular del enemigo que […]

Presidente George W. Bush

Casa Blanca

Washington, DC 20500 9 de diciembre de 2004

Estimado presidente Bush:

Al leer las noticias sobre la reiterada destrucción de numerosas mezquitas en Irak, recuerdo las palabras de su propio ex jefe de contraterrorismo, Richard Clarke, que escribió este año: «Lejos de confrontar el atractivo popular del enemigo que nos atacó, Bush le entregó a ese enemigo precisamente lo que deseaba y necesitaba: la prueba de que EE.UU. estaba en guerra con el Islam, que éramos los nuevos cruzados que llegan para ocupar tierra musulmana». Clarke se refería a su «invasión no-provocada de un país árabe rico en petróleo», es decir Irak.

Junto con su referencia a la «cruzada» durante el llamado a las armas para la futura guerra y su invocación de inspiración religiosa para su misión de derrocar al dictador, no sorprende que muchos musulmanes en esos países alberguen las impresiones a las que alude Mr. Clarke.

La ciudad de las mezquitas – Faluya – está casi totalmente en ruinas. Lo mismo ocurre con muchas de sus mezquitas. Usted cree que era inevitable porque utilizan las mezquitas como escondites de armas o para resistir ante el avance de las tropas de EE.UU. Es culpa de ellos si esos insurgentes hacen que sus mezquitas les caigan encima, no la de la política iniciada por usted como comandante en jefe, diría usted.

Es hacerse la vida demasiado fácil, porque usted ha dicho a menudo que EE.UU. tiene que conquistar los «corazones y las mentes del pueblo iraquí». Es su objetivo declarado. Si los musulmanes iraquíes creen que EE.UU. está atacando al Islam, entonces puede ocurrir perfectamente que para ellos, como dice Annemarie Brown: «el respeto islamista por la insurgencia coloque a las mezquitas en un rol de apoyo». Otra manera de decirlo, el combate contra lo que ellos perciben como un ataque contra su religión significa que defenderán su religión incluso, o especialmente, desde sus sitios sagrados de culto. ¿Cuántas de esas mezquitas han sido destruidas o inutilizadas para realizar sus plegarias?

Su justificación para reaccionar a mezquitas como campos de batalla no conoce ni una frontera de política pública, ni un programa de si, cuando y cómo usted planifica la reconstrucción de esas hermosas estructuras. En todo el mundo islámico, numerosos musulmanes ven las fotos y creen que Estados Unidos está destruyendo sus edificios más sagrados. La memoria es larga en Medio Oriente.

Especialistas recientemente retirados de la inteligencia y del contraterrorismo de su gobierno consideran que la invasión de Irak acentúa el reclutamiento de al-Qaeda o de clones de al-Qaeda. ¿Qué pensarán de esta última escalada?

Dentro del marco de una guerra inconstitucional basada en una plataforma de invenciones y engaños que impulsaban una invasión que es evidentemente ilegal según el derecho internacional, ¿por qué piensa usted que la demolición de ciudades y pueblos iraquíes que generan una resistencia basada en las mezquitas hace algo para llegar a los «corazones y mentes» de los iraquíes musulmanes? Muchos de ellos dicen que consideran que sus vidas se han vuelto más intranquilas e inseguras después del derrocamiento que bajo Sadam Husein.

Existen demasiadas ambigüedades en sus instrucciones a las fuerzas militares respecto a sus acciones invasoras o destructoras contra mezquitas. El reciente raid contra la mezquita Abu Hanifa en Bagdad buscando insurgentes sospechosos baja el umbral y extiende la arena del albedrío desenfrenado. Incluso un despacho oficial del Servicio de Información de las Fuerzas Estadounidenses cita a un alto funcionario de la defensa en Bagdad que habla del raid realizado después de las plegarias del viernes y dice que «podría haber sido realizado en un momento mejor», y agrega: «Todavía nos queda por realizar la crítica posterior a la acción».

Existe la provocación adicional a numerosos musulmanes de que las fuerzas de EE.UU. o las fuerzas dirigidas por ellos han utilizado las mezquitas que han ocupado como sistemas de altavoces, reemplazando el histórico llamado diario a las plegarias de los muecines. ¿Tiene alguna idea de cómo esto afecta a los musulmanes?

Imagine, durante un instante empático, que un país islámico con un poderío gigantescamente mayor invadiera a un EE.UU. débil después de derrocar a un dictador en Washington (que en su momento fue apoyado por esa superpotencia islámica), que sus tropas persigan a las fuerzas de la resistencia de EE.UU., y hagan volar iglesias bautistas y católicas, por ejemplo, porque la resistencia las utilizó para ocultar armas o para maniobras defensivas contra los invasores. Sólo por un momento hipotético, esfuércese y trate de sensibilizarse ante lo que sucede en Irak – es decir que se atacan las sensibilidades religiosas de los iraquíes para convertirlos en enemigos más decididos contra la ocupación de EE.UU.

La destrucción de ciudades por la maquinaria militar más poderosa del mundo es relativamente fácil. ¿Como va a reconstruir esas ciudades? El Congreso destinó hace meses unos 18.000 millones de dólares para ese fin y menos de 2.000 millones han sido utilizados y no totalmente para la reconstrucción.

Dígale al pueblo estadounidense lo que va a hacer respecto a la reconstrucción de esas mezquitas, sobre la posibilidad de utilizar tácticas y tecnologías militares que puedan evitar la ocasión de destruir esos edificios sagrados.

¿Se va a reunir con representantes de millones de musulmanes-estadounidenses en este país y responder a sus preguntas sobre este tema? Deben estar buscando algunos compromisos, alguna forma de salir de la expansión inflamatoria del campo de batalla que sólo puede convertirse en un bumerang contra la seguridad de EE.UU. y los intereses de la seguridad en los meses y años por venir.

Estadounidenses que han estado desde el principio contra esta guerra ilegal o que se han vuelto contra la guerra en los meses transcurridos (que ahora son cerca de la mitad de los encuestados) merecen algunos pensamientos más sobrios que los que han estado recibiendo de militaristas mesiánicos en altas posiciones políticas, que repiten pretextos infundados y refutados hace tiempo para esta guerra.

Sinceramente,

Ralph Nader

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http://www.counterpunch.org/nader12102004.html

Traducido para Rebelión por Germán Leyens