Cuando un personaje, un acontecimiento, pasan a la tradición oral, borrarlo del lenguaje del pueblo es ya imposible. El territorio de la tradición oral es un territorio sin límites. La lucha contra los opresores es uno de los asuntos que lanzan a la mitología popular a algunos de los que se resisten a la opresión. […]
Cuando un personaje, un acontecimiento, pasan a la tradición oral, borrarlo del lenguaje del pueblo es ya imposible. El territorio de la tradición oral es un territorio sin límites.
La lucha contra los opresores es uno de los asuntos que lanzan a la mitología popular a algunos de los que se resisten a la opresión.
La guerrilleros en España, trabajadores y trabajadoras de las ciudades, pueblos y aldeas, que huían de la persecución fascista, se ocultaba en los bosques y en las zonas más agrestes de la Península, y, debido a sus vínculos con la población rural sostuvieron la imagen de combatientes resueltos por la democracia. La guerrilla entregó personajes de leyenda a la causa de la libertad, uno de estos fue Manuel Girón.
Santiago Macías, bajo el título «El monte o la muerte» ha escrito la vida de Manuel Girón y los hombres y mujeres que combatieron al fascismo desde las montañas leonesas, asturianas y gallegas. Combates, sospechas, traiciones, fidelidades hasta el final, aislamiento, diferencias, unidad, persecución, hambre, enfermedades, temor y resolución llevaba dentro la defensa de la libertad en un sobrevivir semejante a la de las alimañas. La vida en esas condiciones, entre el frío, el hambre, la soledad y la persecución continua, se sostuvo con un código moral y político estricto. Entre las páginas que rememoran a guerrilleras y guerrilleros se encuentra la canción que cantaba un niño de 10 años a su madre desde fuera de la cárcel, pues no les dejaban verse, para encontrarse de algún modo y que supiese que se acordaba de ella, esa madre era Francisca Nieto, y su hijo le cantaba: «Madre, la del cabello de plata, //en tu regazo sublime ¡Cuánto me hiciste soñar!// Madre, por la que tanto he sufrido, // no quisiera verte lehjos, ni ver tus ojos llorar.// Amor como el tuyo no encontraré en la vida.// ¡Ay, madre del alma, de amor sin igual! // El viento te lleva jirones del alma, de amor sin igual! // ¡Ay, madre del alma, cuánta es tu bondad!».
Francisca Nieto, «Paquina», al salir de la cárcel en 1948 se fue a vivir a Argentina. Ella que había sido miss Ponferrada no podía vivir allí, la vida entonces era insufrible y tenía un hermano al otro lado del mar que la acogió con su hijo. Su historia transmite dignidad a quien la lee. Ha vuelto a España.
Entre los restantes personajes ocupa un lugar destacado un inglés, Alexander Easton. ¿Qué hacía un inglés con la guerrilla gallego-leonesa? Easton tiene una historia que induce a seguirle. Escocés, llega a España en 1931, con el nacimiento de la II República, se instala en El Bierzo, y con el golpe de Estado fascista ve cómo matan a sus amigos. Cónsul de Inglaterra en varias ciudades norteñas se implica en la ayuda a los antifascistas. Su colaboración es tan importante que gracias a ella la guerrilla dispone de su propio periódico, «El guerrillero». Entretanto espía para Inglaterra la relación de la Alemania nazi con la España franquista en la zona pues allí hay minas de wolfran, que se llevan los alemanes. El primer número de «El guerrillero» salió en marzo de 1943, y el último, de esa primera época, el 1de abril de 1946, hace ahora 60 años. Easton sería detenido, su vida corrió peligro, pero consiguió escapar y donó sus propiedades a quienes habían trabajado en su casa. El gobierno inglés aplicó la Ley de Secretos Oficiales a los colaboradores del servicio en el que se integraba y no recibió ninguna compensación. En Carracedo, El Bierzo, se halla su casa, y se le recuerda. Pero el libro en su conjunto lo cruza la vida de Manuel Girón, bracero, soldado de la República y guerrillero.
Las gentes lo conocieron y lo hicieron leyenda. Los guerrilleros con Manuel Girón recorrían los montes, bajaban a los pueblos, eran recibidos en las casas, y recibían ayuda. La persecución fascista, policías, militares, falangistas, infiltrados, el aislamiento político, la división, el hambre, el frío, eran sus grandes enemigos. Santiago Macías nos recuerda que el 10 de marzo de 1965 murió el último guerrillero de la zona, se llamaba José Castro Veiga «Piloto». También dedica un recuerdo a Mario Rodríguez Losada, «Pinche», que después de 32 años escondido en el monte cruzó la frontera francesa en 1968. El último comentario del libro es para la Ley de Amnistía de 1977, ley de punto final como en Argentina y Chile, por la que los asesinos de los demócratas quedan exculpados y las victimas del franquismo no pueden recobrar su dignidad democrática. Título: El monte o la muerte. La vida legendaria del guerrillero antifranquista Manuel Girón. Autor: Santiago Macias. Ediciones: Temas de Hoy.