Traducido para Rebelión por Germán Leyens
BAGDAD – Resultados parciales de las elecciones publicados ayer sugieren que la coalición del primer ministro interino Ayad Alaui está siendo rotundamente derrotada por una lista respaldada por un importante clérigo con vínculos con Teherán.
Las cifras, que emergieron en medio de un aumento de la violencia en la que murieron por lo menos 26 iraquíes y dos marines de EE.UU., después de un breve período de calma post-electoral, reflejaron sólo un recuento parcial de cinco provincias de mayoría chií y la capital. Pero parecen disminuir la probabilidad de que Mr. Alaui encuentre un sitio en el próximo gobierno. Alaui, un antiguo protegido de la Agencia Central de Inteligencia, cuenta con el apoyo de Washington.
Se esperaba que Mr. Alaui obtuviera una posición fuerte en Bagdad, pero el recuento lo muestra con sólo 140.364 votos en la ciudad, en comparación con 350.069 de la Alianza Unida Iraquí, que es auspiciada por el gran ayatolá Ali al-Sistani.
El líder chií vivió muchos años en Irán.
En las cinco provincias de mayoría chií contadas hasta ahora, la ventaja de la alianza es aún mayor, por delante de Mr. Alaui en una proporción de 5 a 1 en algunos sitios. En total, la alianza acumuló 1,1 millones de los 1,6 millones de votos emitidos en un 10 por ciento de los colegios electorales en la capital y en el sur chií. La lista de Mr. Alaui tuvo segundo lugar, con más de 360.500 votos.
Sharif Ali bin Hussein, jefe del Partido Monárquico Constitucional de orientación suní, comparó el voto con un «Tsunami de Sistani» que estremecerá tanto a Bagdad como a Washington.
«Los estadounidenses van a sufrir un shock», dijo. «Mucha gente dentro del país va a despertarse en un estado de shock.»
Safwat Rashid, miembro de la Comisión Electoral Independiente, advirtió a los observadores que no interpretaran demasiado los resultados, que no incluyen cifras de las provincias dominadas por suníes y kurdos. Dijo que el voto total y las cifras de participación completas no serán conocidos hasta dentro de 10 días más.
«Sólo Dios Todopoderoso conoce por el momento las cifras finales de participación», dijo, reconociendo que las cifras de Bagdad provienen de vecindarios «mixtos» suníes-chiíes en los que se espera que Mr. Alaui obtenga buenos resultados.
Muchos analistas concluyeron que la votación a favor de Mr. Alaui lo deja con pocas posibilidades de volver al puesto de primer ministro. Los kurdos y los iraquíes laicos habían esperado que lograría mostrarse más hábil que la Alianza Unida Iraquí, que muchos temen sea una fachada para Teherán y que podría terminar por presionar a favor de una teocracia islámica.
También parece que funcionarios occidentales en Bagdad se están preparando para una derrota de Mr. Alaui.
La alianza «es un grupo muy diverso de personas, desde independientes occidentalizados a jeques suníes, hasta gente que realmente cree en un Estado islámico. Será difícil mantener la unidad», dijo un diplomático optimista.
Mr. Alaui convocó a una reunión de representantes políticos de los otros grupos para el miércoles a fin de tratar de volver a encontrar un camino de retorno a buenas relaciones con la alianza, según una fuente informada.
Pero los dirigentes de la alianza se deleitan ante sus propias perspectivas, prediciendo que ganarán la mayoría de los 138 escaños necesarios para ratificar un gabinete.
«Pienso que casi llegamos y todavía los superaremos», dijo Adnan Ali al-Kadhimi, el vice-jefe del equipo del candidato número 2 del partido, Ibrahim al-Jaffari.
Al-Kadhimi dijo que los suníes recibirán poderosos puestos en un gobierno de alianza, aunque los votantes suníes se abstuvieron en su mayoría de las elecciones por temor al tipo de violencia que recomenzó ayer – una serie de ataques en los que murieron unas 30 personas.
Al sur de Kirkuk, los insurgentes detuvieron un minibús, ordenaron a los reclutas del ejército que descendieran y mataron a 12 de ellos. En Bagdad, un atacante suicida atacó un convoy extranjero escoltado por Humvees militares de EE.UU. cerca del aeropuerto de la capital, y, en otra emboscada, los insurgentes mataron a cinco policías iraquíes y a un mayor de la Guardia Nacional Iraquí.
Dos marines de EE.UU. murieron en enfrentamientos en la provincia de Anbar, y combatientes mataron a dos contratistas iraquíes en Baquba, al disparar contra el vehículo que los llevaba a trabajos en una base militar de EE.UU.