Recomiendo:
0

Entrevista al escritor Santiago Alba

«Después de dos años de ocupación todo el proyecto hegemonista de los EEUU se ha visto frenado por la resistencia iraquí»

Fuentes: L’Avanç

El pasado 23 de Marzo nos visitaba en Valencia Santiago Alba Rico, filósofo, escritor y traductor de árabe. Colaborador habitual de Gara, The Progressive y de la revista electrónica Rebelion.org, este filósofo afincado en Túnez dedicó dos horas a hablar sobre la situación de Iraq en el C.S.O. La Discordia, en el barrio de El Carmen bajo el título «Iraq: la guerra civilizadora y la resistencia frente al invasor». Buen conocedor del mundo árabe, permaneció en Bagdad hasta el principio de la invasión. Ahora, dos años después, analiza la situación con una opinión antagónica respecto a lo que desde los medios de comunicación se nos dice

¿Qué balance haces de Iraq después de dos años de ocupación?

El balance es, por una parte, dramático, sabemos que en estos dos años de ocupación el número de víctimas civiles, según las cifras que daba la revista The Lancet, es de cien mil civiles muertos, la mayor parte de los cuales víctimas de bombardeos o de disparos del ejército de ocupación. En otro sentido el balance es en buena medida, y aunque resulte casi obsceno decirlo desde aquí, un balance esperanzador. Después de dos años de ocupación es muy evidente que todo el proyecto hegemonista estadounidense en la zona se ha visto frenado por la resistencia iraquí. No sólo el precio en vidas humanas para los Estados Unidos, también el precio económico que está teniendo y que no está siendo compensado por la extracción de petróleo en estos momentos -los sabotajes a los oleoductos y las actividades de la resistencia hacen que la producción petrolífera sea inferior a la de antes de la invasión bajo el bloqueo económico- todo esto ha frenado un proyecto de reconfiguración, no sólo de Oriente Medio sino del orden internacional, que la administración Bush quería y quiere aún aplicar a toda una serie de países del llamado «eje del mal». Por lo tanto, lo que resumiendo se puede decir de estos dos años de ocupación es que los EEUU están completamente empantanados en Iraq, y que además han creado, con el propósito de minar a la resistencia, una situación muy difícilmente gestionable para el ejército ocupante.

Después de las elecciones se presentó a Iraq como si de un país democrático se tratara. ¿Qué opinas sobre esto?

El pretexto que inicialmente alegaron los EEUU para invadir Iraq era la posesión de armas de destrucción masiva por parte de Sadam Husein, sabemos que también se utilizó la presunta complicidad entre Al-Qaeda y Sadam Husein. Todas estas justificaciones se revelaron, casi al mismo tiempo que se enunciaban, infundamentadas, inconsistentes, y por tanto, una vez sobre el terreno, con el propósito de legitimar la ocupación, los EEUU se ampararon en el concepto de democracia, en la necesidad de liberar de un dictador al pueblo de Iraq y de establecer un régimen democrático. Es curioso, sin duda, que se utilice este pretexto en un país bajo ocupación militar, que previamente había sido dividido étnica y religiosamente, y en unas elecciones en las que apenas ha participado el 40% de la población y cuyos resultados deben interpretarse también como una forma de repulsa de la propia ocupación. En cualquier caso creo que los EEUU seguirán utilizando este pretexto, lo estamos viendo ahora en la reciente crisis inducida por los EEUU con Siria en el Líbano, porque es el último pretexto bajo el cual puede vehicular su proyecto hegemonista imperialista. Vemos en otras zonas del mundo las campañas y amenazas vertidas contra Venezuela, que es posiblemente el único modelo de democracia realmente existente en el planeta o las nuevas campañas feroces con ocasión de la reunión en Ginebra de la Comisión de Derechos Humanos contra Cuba. Creo que es muy importante señalar el daño terrible que los EEUU están haciendo al concepto de democracia en todo el mundo y concretamente en el mundo islámico, donde ya existía una gran desconfianza hacia este concepto manipulado habitualmente por gobiernos aliados de EEUU que reprimen a su propia población. Como he señalado muchas veces, más allá del daño físico, material, moral, psicológico que los EEUU están infligiendo a millones de personas en Iraq, tenemos que considerar también el daño político y jurídico que, a través de esta invasión y de la movilización de todo tipo de mentiras, los EEUU están infligiendo a los elementos básicos de todo contrato social, entre ellos el concepto de verdad y el concepto de democracia.

Después de retirar las tropas de Iraq, el gobierno del PSOE anunció hace unas semanas que entrenaría policías y militares iraquíes. ¿Estamos frente a un nuevo tipo de colaboracionismo, quizás más sutil comparado con el que se practicaba durante el aznarismo?

Eso sin duda, en todo caso, no es una novedad. Sabemos que al igual que Bush ha utilizado el concepto de democracia para invadir un país soberano o para legitimar la ocupación, el concepto de intervención humanitaria tiene una larga tradición. La propaganda oficial, no solamente la estadounidense, sino la italiana o la española durante la guerra de los Balcanes o en Afganistán, ha sido ésta de pretender que el ejército ya no era un vehículo de agresión sino un vehículo de reparto de ayuda, de distribución de alimentos. Si bien creo que el gobierno de Zapatero ha retrocedido hacia una forma de intervencionismo humanitario menos comprometida que la de Aznar y que tendrá un efecto muy parecido en términos reales a la que tenía la presencia de tropas españolas, en términos de reacción social, sin embargo, provocará muchas menos protestas. De todas maneras es un modelo que al capitalismo globalizador de finales de los 90, sobre todo a raíz de la guerra de los Balcanes, le hubiese gustado mantener. Es muy peligroso el concepto de humanitarismo ya que es como la otra cara del terrorismo. En el momento en que una persona ha sido vaciada de humanidad, ésta se convierte inmediatamente, bien en terrorista si se rebela, bien en objeto de compasión, de humanitarismo, si se somete. Por lo tanto pienso que sí es más sutil este modelo, el cual persigue, y ha obtenido ya, en el caso de Zapatero, una gran desmovilización de la gente. No es lo mismo tener soldados en el terreno que entrenar policías y militares. Hay que recordar que Zapatero, después de la espectacular retirada de tropas de Iraq, envió tropas a Afganistán y a Haití, que es un tema del cual se ha hablado muy poco y sobre el que conviene llamar la atención porque en Haití hubo un golpe de Estado en el cual los EEUU y Francia apoyaron a facciones residuales de la terrible dictadura de los Duvalier y secuestraron al presidente electo del país para expulsarlo y dar el poder a una dictadura.

Durante estos dos años de ocupación, desde los medios de comunicación y desde los Estados occidentales se ha presentado a la resistencia de Iraq como terroristas. ¿Qué opinas sobre esta cuestión?

De las 30 acciones que hay todos los días en Iraq contra la ocupación de los EEUU,  los medios de comunicación sólo recogen aquéllas que se atribuyen a la organización de Bin Laden y que afectan a víctimas civiles. Por una parte no suelen citar todas las víctimas que día tras día causa el ejército de ocupación entre los civiles iraquíes y, por otra parte, ignora sistemáticamente las acciones de legítima resistencia que tienen como objetivo las tropas de EEUU o las fuerzas colaboracionistas de Iraq. Naturalmente, todo esto forma parte de una estrategia de legitimación de la ocupación de la cual se hacen vergonzosamente partícipes los medios de comunicación. Frente a esta política de la confusión, en la cual seguramente participan también algunos grupúsculos de la resistencia, en la que se hace difícil separar la violencia legítima del terrorismo, hace falta que no se olvide que los EEUU están ocupando ilegalmente un país soberano y, por otra parte, no hemos de olvidar tampoco que la resistencia armada contra un ocupante está reconocida como un derecho legítimo por parte de las Naciones Unidas, que son las que han violado su carta fundacional al aprobar las dos resoluciones después de la guerra para dar una especie de cobertura legal a la ocupación de los EEUU.

Después de la masiva movilización global de respuesta a la guerra, ¿podemos hablar de antiamericanismo o de antiimperialismo?

Creo que el movimiento contra la guerra de Enero y Febrero de 2003 fue como una revuelta moral de gente de muy diversa extracción social, de inspiraciones ideológicas muy distintas, que sentía repugnancia moral frente a una invasión sin precedentes basada en unos pretextos totalmente infundados. Sin embargo, también creo que en ese momento al mismo tiempo mucha gente hizo una transición muy rápida de la moral a la política. Cuando volví de Iraq, la misma noche que comenzaban los bombardeos, estuve dando conferencias en diferentes lugares del Estado español, sobre todo en algunos institutos de enseñanza media, y me sorprendió mucho ver cómo gente muy joven en aquellos días descubría de repente la política, descubría que por el solo hecho de comprar determinado producto en una tienda o en un determinado sitio, estaba conectado al resto de lugares del mundo, comprometido, quisiera o no, en un contexto político donde cada uno de sus gestos tenía una dimensión política. Mucha gente en aquellos días hizo un viaje muy rápido, sin preparación previa, de la moral a la política. Al mismo tiempo, obviamente el fracaso de estas movilizaciones, así como los propios prejuicios del pacifismo de la izquierda antiimperialista, hizo que todos estos movimientos, dos años después, parezca haberse disuelto en la nada. Creo, sin embargo que eso no es así. Creo que tenemos que medir los movimientos de resistencia antiimperialista a largo plazo y creo también que después de este retroceso ha quedado un sedimento pasivo de mucha gente que, probablemente, cuando se produzca un nuevo movimiento, una nueva crisis, estará mejor preparada que hace dos años, habrá hecho ya este viaje de la moral a la política, y que probablemente se sumará con nuevas fuerzas a un movimiento antiimperialista que en todo caso deberá plantear sus objetivos a largo plazo y no medir sus resultados en lo que es el tiempo cinematográfico al que estamos acostumbrados los occidentales, es decir, al desenlace de los conflictos históricos en dos horas o dos horas y cuarto, que es lo que dura una película. Eso quizá también justifica el hecho de que la izquierda occidental esté mal acostumbrada por los mismos privilegios de los cuales ha disfrutado, en términos sociales y materiales, y se muestre muy entusiasta pero al mismo tiempo muy impaciente. Deberíamos aprender de otros movimientos de resistencia antiimperialista o antiglobalización de Latinoamérica o del mismo mundo árabe, que enseñan que el combate es a muy largo plazo y exige mucha paciencia.

Hace algún tiempo nos visitaba en Valencia la socióloga y arabista Gema Martín Muñoz y afirmó que Iraq está sufriendo un auténtico memoricidio. ¿Cuál es tu opinión sobre esta afirmación?

Es una observación muy interesante porque, aparte la destrucción del patrimonio cultural iraquí -desde los restos arqueológicos de la antigua Babilonia hasta la Biblioteca y el Museo de Bagdad han sufrido daños irreparables- hay una cosa más interesante en esta operación de memoricidio, y es el nuevo currículum escolar educativo en las escuelas de Iraq. Recuerdo que antes de la invasión, la primera vez que estuve en Iraq, conseguí un manual escolar de enseñanza media en la materia de Historia, y al mismo tiempo adquirí uno de los texto en inglés en los que aprenden los alumnos de enseñanza media estadounidenses la misma asignatura. Es verdaderamente impresionante comparar un texto muy seco -pero que en cualquier caso refleja muy bien la historia de la zona, explicando bien en términos económicos e históricos porque Iraq es una amenaza para EEUU, habla del petróleo, de la lucha anticolonial del mundo árabe- con el texto estadounidense que habla de la misma época y los mismos acontecimientos -me estoy refieriendo a la primera guerra del Golfo. Cuando lees este texto que explica a los alumnos de los EEUU de catorce o quince años la primera intervención en Iraq en el 91 uno se queda verdaderamente aterrorizado de ver cómo se presentan los hechos mediante parámetros cinematográficos muy elementales, expresados por ejemplo en el uso rutinario de adjetivos retóricos para nombrar a Sadam Husein -siempre con epítetos literarios, «el desalmado, el canalla»- por contraste con los que se utilizan para describir la política de los EEUU, personificada en el presidente, el rambo bueno que en beneficio de la seguridad de todo el planeta bombardea un país soberano. Lo que está pasando hoy es que los textos nacionalistas, panarabistas, que se estudiaban en las escuelas del Iraq previo a la invasión ya han sido substituidos por manuales que cuentan la Historia como la cuentan los estadounidenses a sus hijos en las escuelas de los EEUU. Por tanto, si realmente la ocupación tiene éxito, la futura generación de niños iraquíes no conocerá absolutamente nada de su historia, borrada ahora del currículum de las escuelas. Todo lo que tiene que ver con la lucha anticolonial de después de la primera Guerra Mundial contra los ingleses, el bloqueo, el embargo económico, el millón y medio de víctimas que ocasionó, todo esto ha quedado borrado de los manuales de escuela que están estudiando ahora los niños en Iraq: toda la historia, en definitiva, del Iraq del siglo XX. Eso, sin duda, merece el calificativo de memoricidio.

¿Cuáles crees que serán las próximas acciones a nivel geoestratégico por parte de los Estados Unidos en el mundo árabe?

Creo que en estos momentos los EEUU en estos no pueden actuar con la libertad que quisieran. Hemos visto hasta ahora movimientos en dos direcciones, al Sur y al Norte de Iraq: hacia Irán, donde se está utilizando además el mismo tipo de estrategia propagandística, acusándo a su gobierno de querer fabricar armas nucleares, y  hacia el Norte, hacia Siria, incluso con una resolución, la 1559, en la que por iniciativa estadounidense las Naciones Unidas -que han legalizado la ocupación de Iraq- piden sin embargo la inmediata retirada de las tropas sirias del Líbano, retirada que había empezado antes de la 1559 en virtud de los acuerdos de Taif que pusieron fin a la guerra civil libanesa. Los EEUU están tanteando, yo no creo que ahora mismo se puedan permitir la intervención armada en Irán, país militarmente muy fuerte, apoyado indirectamente por Rusia y China, y tampoco creo que se puedan permitir una intervención armada en Siria, pero son en todo caso formas de presionar. Se debe tener en cuenta que el nuevo gobierno iraquí nacido de la farsa de las últimas elecciones es un gobierno pro-iraní y que por tanto los EEUU tienen que procurar presionar a Irán a fin de que el gobierno de Iraq se muestre dócil a los intereses de los EEUU. Por otro lado, para entender las maniobras en Siria hay que recordar la presencia de Israel en la zona como un factor de desestabilización, con el apoyo obviamente de los EEUU. Esta resolución 1559, tiene por un lado el objetivo de presionar a Siria para que colabore en el cierre de las fronteras sirio-iraquíes, fronteras permeables a través de las cuales los movimientos de la resistencia de Iraq se mueven con cierta facilidad. Tiene el propósito de presionar al régimen de Siria en este sentido, pero tiene también el propósito de forzar a Siria para que desarme a Hezbolá en favor de Israel. Tenemos que recordar que Hezbola es la única fuerza de resistencia antiisraelí que ha obtenido una victoria (con la retirada israelí del sur del Líbano en el año 2000). Para Israel es un elemento particularmente amenazador, sobre todo porque la mayoría de Hezbolá es chiita -igual que la mayoría de la población del Líbano- y porque este país de alguna manera viene siendo desde hace muchos años el lugar donde se escenifican y se resuelven todos los conflictos del Oriente Medio. Por tanto, creo que los EEUU combinarán las presiones económicas y las amenazas militares con negociaciones con regímenes árabes amigos, en los que una democratización de fachada -hablo de Jordania, de Egipto, de Túnez- abrirá el camino a relaciones diplomáticas con Israel, y lo más importante -tal y como pasa ya en Jordania con esas zonas económicas especiales donde Israel produce a muy bajo precio productos para el mercado internacional- a la hegemonía económica de Israel, punta de lanza de la globalización capitalista en Oriente Medio, en el conjunto del mundo árabe.

¿Después de visitar Iraq antes de la ocupación, piensas en la posibilidad de volver de nuevo?

Realmente me gustaría muchísimo volver y no pierdo la esperanza de hacerlo. Al mismo tiempo y desde un punto de vista personal tengo que confesar que guardo una imagen tan hermosa y tan digna del Iraq previo a la invasión, de algunas calles de Bagdad que hoy sé que han sido destripadas por las bombas, que casi egoístamente siento una cierta resistencia de plantearme, al menos de manera inmediata, un viaje al Iraq ocupado. En todo caso, si fuera posible, si tuviese esa posibilidad, la aceptaría. Creo que también es muy importante volver y testimoniar los cambios que se han producido en estos dos años, volver a Iraq es un imperativo moral para explicar modestamente a través de los medios en los que uno publica, qué consecuencias ha tenido la invasión para la población civil. Además, me gustaría mucho tratar de localizar y verificar que están vivos algunos amigos iraquíes a los cuales recuerdo con mucha nostalgia.