El debut de este trío, uno de los discos más resonantes de 2011, no puede descargarse como ellos lo habían decidido. «Las compañías reprimen, pero se tienen que hacer cargo de sus abusos», asegura Juan Pablo Fernández.
«Mugre, el disco debut del trío Acorazado Potemkin, fue uno de los más resonantes lanzamientos de 2011. Juan Pablo Fernández (Pequeña Orquesta Reincidentes), Federico Ghazarossian (Los Visitantes, Don Cornelio, Me Darás Mil Hijos) y Luciano Esaín (Valle de Muñecas, Motorama) decidieron distribuir su disco, con una edición íntegramente digital, a la gorra a través de Megaupload, uno de los servicios más importantes para la carga y descarga de archivos, que acaba de ser clausurado por el FBI y el Departamento de Estado luego del lobby a favor de las leyes SOPA y PIPA.
Juan Pablo Fernández, guitarrista y cantante de Acorazado, comenta que la decisión de colgar este disco, que tuvo más de 10 mil descargas en Megaupload, fue una mezcla de economía y convicción. «Ya habíamos gastado un buen dinero en armar la producción, contratar el estudio, a la gente que iba a trabajar en el arte y en la prensa. Nos pusimos a pensar qué queríamos hacer con eso: si sacar un disco, esperar a una discográfica y dejarlo en un cajón esperando a que pase algo, llorar por la crisis del medio o hacernos cargo de lo que hicimos», explica.
«La idea de compartir y de difundir fue la que nos motivó a colgar el disco. A su vez, esto no tiene parámetros de rentabilidad. De lo que se está hablando hoy es de rentabilidad empresaria. Las compañías lloran por la plata que pierden de hacer, y mienten diciendo que no ganan. Lo que hacen es cuidar su catálogo en lugar de abrirlo a bandas nuevas. Se tienen que hacer cargo de los abusos que cometieron. La gente hoy se copia los CDs, porque las mismas compañías se los alejaron», sentencia el violero.
Asimismo plantea la idea de generar nuevas formas de acceder a medios de producción y fabricación. Comenta que pudieron grabar el disco gracias al plan de horas de mezcla para primeros discos de sellos independientes de Estudio Urbano, al que se presentó el sello Oui Oui. «Para nosotros fue esencial y creo que son formas inclusivas para la industria cultural, con perdón de la palabra industria», afirma Juan Pablo. «Las mismas compañías que arrogan por la defensa de los derechos de autor, defienden sólo a sus artistas y sus contratos, y no a una forma de difundir la música. Ellos no van a cambiar nada porque están en un círculo cerrado. Sería ideal que el Estado pueda equilibrar la balanza para el lado del artista, que puedan darle condiciones, transporte, honorarios y sonido», reclama el músico.
-¿Cómo ves la relación entre las producciones independientes y las megacorporaciones?
-Es muy fuerte. Están respondiendo con represión a una situación de abuso que ellos mismos generaron. Un pibe se quiere comprar la remera del Barcelona original, pero el padre no puede gastar 300 o 400 pesos. Eso lo genera y reproduce el mismo mercado. Un disco no puede costar 50 pesos, cuando sale 10 fabricarlo. Ese abuso de las compañías, hace años, ahora se trata de acallar con represión. Napster o los CD-R fueron respuestas a las multinacionales que manejan los precios del mercado y que tienen arreglos con los medios de comunicación para legitimar a sus artistas. Un grupo como el nuestro, que tiene como promedio 80 a 100 entradas vendidas, cuenta con más de 10 mil descargas del disco Mugre. Es un número lindísimo. ¿Por qué lo íbamos a circunscribir a las pocas disquerías que hay? Si son las que matan a las disquerías chicas y a los pocos sellos que quedan.
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