Nacido en 1934, el Partido Comunista de Irak fue un instrumento imprescindible en el derrocamiento de la monarquía que respaldaban los británicos y sus intereses petroleros en 1958. No pocos comunistas cayeron peleando contra ese régimen tiránico, del que tan buenos frutos sacó el gobierno de Londres. El 8 de Febrero de 1963 un golpe […]
Nacido en 1934, el Partido Comunista de Irak fue un instrumento imprescindible en el derrocamiento de la monarquía que respaldaban los británicos y sus intereses petroleros en 1958. No pocos comunistas cayeron peleando contra ese régimen tiránico, del que tan buenos frutos sacó el gobierno de Londres.
El 8 de Febrero de 1963 un golpe de Estado planeado por la CIA y ejecutado por baathistas y militares, llega al poder en Irak. En los días sucesivos los comunistas son perseguidos y asesinados, llegando a casi 2000 el números de militantes y dirigentes muertos. El rey Hussein de Jordania se explicó ante al periodista egipcio Mohamed Hassanein Heikal, de un modo muy claro: «Yo sé que lo que sucedió en Irak el 8 de febrero contaba con el apoyo de la Inteligencia estadounidense (…). Hubo muchas reuniones entre el Baath y la Inteligencia de Estados Unidos, las más críticas en Kuwait. ¿Sabía que el 8 de febrero, el día del golpe en Bagdad, hubo un programa secreto de radio que informaba a los encargados de dar el golpe, el nombre y la dirección de los comunistas que estaban en la ciudad, para que pudieran encontrarlos y ejecutarlos?». Eran momentos de guerra fría y a EEUU le interesó frenar la creciente fuerza de los comunistas y los «nasseristas», en un país clave desde el punto de vista del petróleo.
La llegada al poder de Saddam Hussein en 1968, no hizo más que acentuar la represión contra los comunistas, que en un número cercano a los 5000 abandonaron Irak camino del exilio, dejando a los chiitas religiosos casi la exclusividad en la oposición al régimen de Saddam Hussein y su Partido Baas, que mientras tanto jugaba hábilmente a coquetear con la URSS y con la CIA, sin olvidar a sus pares de «la causa árabe».
La reorganización del Partido Comunista Iraki en la década de los setenta se hace muy lentamente, pero de un modo constante. El trabajo abnegado de centenares de comunistas en Europa y en la clandestinidad iraquí, consiguen que el Partido vuelva a tener un espacio importante en el país, y que la lucha que en su día tuvo contra el imperialismo inglés, sea reconocido por los diferentes pueblos de Irak. Los comunistas se hacen fuertes tanto entre el pueblo Kurdo como en los barrios pobres chiitas.
El derrocamiento del régimen de Saddam Hussein a manos del imperialismo norteamericano, significó la agudización de las contradicciones entre los comunistas, ya que casi al día siguiente fue noticia por la aparición, con una buena difusión de su periódico, el órgano central Tareeq Al-Sha’ab (La Vía del Pueblo). Pero desde ese primer momento se deja ver la enorme contradicción de criticar la invasión norteamericana, y al mismo tiempo las formas de resistencia emprendidas por el pueblo iraquí. Esto se traduce en el nombramiento de el comunista Mufid Mohammed Jawad al-Jazairi como ministro de Cultura del gobierno de ocupación, cargo que desempeñó desde la instauración del gobierno afín a EEUU.
Era previsible que esta actuación tan sumisa para con el imperialismo, a cargo de la dirección del PCI no iba a dejar indiferentes a los muchos militantes comunistas iraquíes, que hicieron publico el pasado día 13 de Diciembre un ya histórico documento, donde se rechaza la actuación subordinada de la dirección del PCI al gobierno de EEUU a cambio de algunos puestos de responsabilidad en el gobierno provisional. El documento llama al apoyo a la resistencia, critica el colaboracionismo del enemigo de la dirección del Partido, llama a un boicot activo a las elecciones, y se dice textualmente que «la resistencia nacional armada es el único medio capaz de machacar al ocupante y expulsarlo de Iraq»…»Un comunista que coopere con la ocupación comete el acto más grande de traición nacional»…»No nos asustaremos ante acusaciones idiotas como que estamos abogando por el terrorismo o que le damos soporte»…»No aceptaremos ningún gobierno bajo ocupación, ni ningún cargo de fideicomisario bajo las Naciones Unidas; no aceptaremos ninguna fuerza internacional en el territorio iraquí por ninguna razón; somos nosotros quienes podemos guardar la seguridad de nuestra patria y somos quienes podemos construir nuestras instituciones».
La claridad y contundencia del documento de los militantes comunistas agrupados en el Partido Comunista de Irak (cuadros de base), y que se unen a los cientos de militantes comunistas que desde el comienzo de la invasión luchaban armados contra el invasor, con la denominación de Partido Comunista de Irak-Frente Patriótico, deja en poco valor la participación de los dirigentes oficiales del Partido, a los que el reparto de escaños, hecho por las tropas invasoras, le ha adjudicado dos diputados y un número por determinar dentro de la gran coalición kurda que también integraban, algo así como un lugar donde sobrevivir personalmente.
El nuevo Irak, según el documento del 13 de Diciembre, no podrá jamás nacer de la colaboración con los ocupantes, sino de la resistencia que deberá marcar una auténtica resurrección de Mesopotamia, la tierra entre los dos ríos, y que significará «el comienzo del fin de la arrogancia de EEUU».
Fuentes:
«Manifiesto de militantes de base del PC iraquí protestan contra su dirección y pasan a la lucha armada» por Stefano Chiarini en Il Manifesto.
«Comunistas en la oposición» alkader.net