El lobby por parte de Estados Unidos y Europa sobre oficinas de patentes. Hay un verdadero sistema de control y dominación. La «Patente Mundial» es el objetivo final de las transnacionales. Los últimos cables publicados en Wikileaks mostraron la importancia que le da Estados Unidos a la propiedad intelectual Arsenal de ideas entrevistó al especialista […]
El lobby por parte de Estados Unidos y Europa sobre oficinas de patentes. Hay un verdadero sistema de control y dominación. La «Patente Mundial» es el objetivo final de las transnacionales. Los últimos cables publicados en Wikileaks mostraron la importancia que le da Estados Unidos a la propiedad intelectual
Arsenal de ideas entrevistó al especialista argentino en propiedad intelectual e ingeniero químico, Fabián Pena, quien trabaja desde hace años en propiedad industrial y es especialista en gestión de derechos intelectuales.
Arsenal de Ideas: la propiedad intelectual y el sistema de patentes entraron en debate en varios países de la región, queríamos consultarte sobre Sudamérica. ¿Cómo estas visualizando el proceso de la protección del conocimiento desde los Estados?
Fabián Pena: la situación es realmente preocupante en la mayor parte de los países. El lobby por parte de Estados Unidos y Europa al que son sometidas las oficinas de patentes es muy intenso y se realizan de una manera muy sutil a veces y abiertamente otras. La presión de las transnacionales, en particular las farmacéuticas, es acompañada de las cámaras de laboratorios extranjeros con sus embajadas en cada uno de los países. También ocurre con las marcas y lo que se denomina la «falsificación y la piratería». Las oficinas están muy influenciadas por los estudios de abogados, quienes son los representantes legales de las empresas, y en ocasiones hasta redactan resoluciones y directrices internas a las propias autoridades. Hay un verdadero sistema de control y dominación.
AI: como funciona específicamente el sistema?
FP: si bien es de antigua data, la OMC como brazo comercial operativo de los países centrales impuso a mediados de la década de los 90s un Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual relacionado con el Comercio, denominado ADPIC. A partir de allí, los gobiernos presionados algunos y con mucho placer otros, adaptaron su legislación nacional a los ADPIC y así se comenzaron a proteger las invenciones (tras un breve período de transición) por 20 años a partir de la fecha de solicitud de una patente. También se instauraron las patentes de productos farmacéuticos. Este avance de las multinacionales farmacéuticas hizo cambiar la estrategia de los laboratorios nacionales que en algunos casos establecieron convenios con las transnacionales y en otros adoptaron una estrategia de confrontación. Esta disputa repercute hacia dentro de las oficinas de propiedad industrial que son los organismos del Estado encargados de aplicar la ley de patentes, marcas y diseños industriales, en varios países también se encargan del registro de los contratos de transferencia tecnológica. Las oficinas se convirtieron Estados dentro de los Estados: enclaves neoliberales.
En el plano judicial operan sobre fiscales y jueces, también sobre policías aduaneras, a veces suman a sectores de gobiernos y hacen lobby sobre diputados y senadores para presentar proyectos que las propias empresas multinacionales redactan. Incluso diputados supuestamente progresistas impulsan leyes retrógradas. Hay toda una estructura montada que actúa permanentemente y va avanzando año tras año.
AI: en que consiste la disputa?
FP: al haber adoptado un país la normativa de la OMC, las transnacionales pueden tener el monopolio o exclusividad de una droga nueva si la patente fue concedida en la oficina gubernamental pero los intereses de los laboratorios nacionales también se hacen sentir. Las oficinas tratan de no conceder patentes de productos farmacéuticos para de esta forma permitir la comercialización de medicamentos genéricos a laboratorios nacionales y así lograr un mercado de medicamentos con precios más accesibles para los pacientes. Este accionar de las transnacionales afecta al propio Estado, que es un gran comprador de medicinas, sobre todo para enfermedades crónicas como el HIV /SIDA, cáncer o diabetes o hipertensión. Si esta estrategia de no concesión se prolonga en el tiempo, los países como Estados Unidos podrían demandar a los demás. Ese chantaje se realiza subrepticiamente sobre los parlamentos, los ministerios y especialmente en las oficinas de patentes. Varios casos han sido descriptos en los últimos años, por ejemplo Cristina Kirchner solicitó en 2008 declarar a las patentes «patrimonio de la humanidad» porque se cansó del lobby de los Estados Unidos. EL presidente Correa, ordenó aplicar en 2009 la claúsula de «licenciamiento obligatorio» para las patentes de productos farmacéuticos vigentes existente en el ADPIC. Lula también «quebró» la patente del Efavirenz en Brasil porque el único laboratorio proveedor no quería baja los precios. Estos dos últimos son casos concretos de aplicación de las flexibilidades que permite ese tratado (que no tiene rango constitucional como los juristas predican). Dilma propone ampliar las flexibilidades a enfermedades crónicas no transmisibles. El presidente Chávez calificó al conocimiento contenido en las patentes como «conocimiento universal» afirmando que las patentes son una «trampa». Es decir, hay una conciencia sobre el significado de las patentes aunque no se dan avances en materia de normativas propias, son todas estrategias defensivas y de respuesta a las presiones.
En este sentido, hay dos casos particulares como el venezolano, que al salir de la Comunidad Andina aplica una ley que se remonta al año 1955, y Cuba que no tiene una Ley de patentes actualizada aunque estableció decretos adoptándose a la normativa de los ADPIC y adhirió al Tratado Cooperación de Patentes (PCT) que administra la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), sin embargo Estados Unidos les bloquea algunas Marcas. Es paradojal, digamos.
AI: ¿en los demás países que sucede?
FP: En Sudamérica Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia se rigen por la Decisión 486 de la CAN, similar a los ADPIC y que protege por 20 años. Los demás países tienen su propia Ley nacional. Chile es la más neoliberal de las leyes porque firmaron el TLC con Estados Unidos. La OMPI, el equivalente del FMI de la propiedad intelectual, en realidad va por más lobby de reforzamiento de las leyes. Se habla desde hace algunos años de ADPIC Plus Plus, o sea recargada. Argentina y Venezuela son los dos países que no forman parte del PCT, al menos por ahora. La «Patente Mundial» es el objetivo final de las transnacionales, el trofeo de oro: una única y simultánea solicitud de patente en todos los países. Es, digamos, la entrega total de las decisiones soberanas en manos de los países «más desarrollados». Estados Unidos necesitaba modificar su ley de patentes para armonizarla con Europa y el resto de los países, avanzando hacia la patente global.
Asimismo, el organismo internacional intenta crear una estructura regional bajo su órbita. La tendencia actual de varias oficinas es resolver las patentes con los resultados de las oficinas europeas o estadounidenses. Los examinadores de patentes utilizan directrices basadas en los países que concentran mayor cantidad de tecnología patentada y que presiona con el famoso backlog o atrasos de expedientes de patentes. Las empresas generan tantas patentes sin inventiva que colapsan las oficinas. Los Estados Unidos tienen 1.2 millones de solicitudes en trámite y 700.000 de backlog, Brasil con 173.000 y Argentina alrededor de 24000 (datos de EE UU en Wikileaks). No hay sistema informático o administrativo, ni cantidad de examinadores que puedan resolver eso. En la actualidad están haciendo proyectos pilotos en las oficinas de Sudamérica aceptando los resultados de los informes de una misma patente de un país para ser aceptado por otro país en que se haya presentado la misma solicitud de patente, dicen, para no duplicar trabajo. OMPI está trabajando en eso con algunas ayudas. Solo Venezuela y Bolivia no participan. Tienen proyectos de conformar una oficina regional de patentes controlada por OMPI.
El caso de oficina brasilera es un caso especial de entrega de soberanía. Su director quiso firmar un acuerdo de patentes con la oficina de Estados Unidos durante la visita de Barack Obama a Brasil. Cuando la presidenta Dilma fue avisada de la jugada, lo frenaron en seco. Ahora el tema está en discusión.
AI: Porque sucede esto?
FP: es producto de un sofisticado trabajo de lobby que realizan las empresas por abajo. Son atajos que utilizan las oficinas por presiones de las multinacionales que se arrogan ciertos derechos por considerar que son el poder económico que financia las oficinas de propiedad intelectual o industrial con las tasas que pagan. Se consideran los dueños de las oficinas, de hecho, a veces no se distingue quien imparte las políticas. Por otra parte es muy usual que los profesionales de la propiedad intelectual trabajen primero para la oficina local y luego para los bufetes de abogados. Hay como una capacitación que hace el Estado para después cooptar a los examinadores de patentes y de marcas. La migración es permanente. A veces el trabajo es «simultáneo». En algunos países existe la figura del «examinador externo», un verdadero disparate. Se han dado casos en que los examinadores debieron suspender su licencia como gestor o agente de un estudio de abogados para entrar a una oficina como examinador, es decir, los laboratorios ponen a su gente para controlar sus propias patentes. Muchos directores de oficinas son luego asesores de transnacionales o de estudios de abogados de transnacionales. Tema aparte es la formación de los técnicos: los cursos son impartidos mayoritariamente por oficinas extranjeras y los posgrados existentes se dan en universidades privadas o en las mismas oficinas pero responden a la doctrina de la OMPI, esa doctrina es hegemónica generó una conciencia colonizada difícil de transformar.
Este sistema de dominación obviamente no es casual, los últimos cables publicados en Wikileaks mostraron la importancia que le da Estados Unidos a la propiedad intelectual. Es central para la globalización de su economía que es una «economía de monopolios». Basan su economía en la construcción de monopolios temporales, es decir en los «derechos exclusivos y excluyentes» que otorgan las patentes. No respetan ni las propias leyes del capitalismo porque impiden el libre comercio que pregonan concentrando el mercado en los países que penetran mediante las patentes, controlando además la tecnología y bloqueando desarrollos nacionales. Adoptar el mismo sistema de patentes en el Sur es una contradicción difícil de explicar por parte de los gobiernos progresistas.
AI: nos puedes ampliar más la información sobre Wikileaks?
FP: Desde diciembre de 2010 y hasta finales de agosto se publicaron cientos de cables de varios países de Sudamérica: varios hacen mención a la propiedad intelectual. Cada vez que surgía una situación desfavorable para las empresas de Estados Unidos se enviaban cables de las embajadas en cada país a distintos organismos en Washington. Esto por ejemplo es muy marcado en Brasil, Argentina y Venezuela, también en Paraguay. En estos cables se mencionan las actividades realizadas por las oficinas de marcas y patentes. En general mencionan los avances de aquellas oficinas que van cumpliendo con los «compromisos» asumidos por las oficinas y describen las actividades de propaganda y lobby desarrolladas por las empresas de Estados Unidos. Los temas principales de reclamo y lobby se refieren a lo que ellos consideran «copias de medicamentos», es decir, los medicamentos genéricos más baratos elaborados por laboratorios nacionales. Están preocupados con el hecho de que no se concedan patentes de fármacos por un lado y con el backlog de sus empresas en las oficinas, por el otro; hecho que utilizan para presionar a las oficinas de patentes.
En Paraguay, están muy preocupados porque consideran que la oficina de patentes viola los derechos de propiedad intelectual de los ADPIC y están buscando una modificación a la ley.
En el caso de Argentina y Brasil, a los que consideran «amigos», los organismos que regulan la aprobación de medicamentos interfieren en los intereses de las compañías de Estados Unidos por causa de los laboratorios nacionales. Sucede que intentan proteger los «datos de pruebas» (como lo intentan en todos los países) para lograr extender el monopolio por 5 años más y quitar a los laboratorios del mercado de nuevos medicamentos.
En Venezuela mencionan una supuesta «inseguridad jurídica» que afecta las inversiones y están sumamente preocupados por los proyectos de ley de patentes que se enviarían próximamente a la Asamblea Nacional. Al ser el país que más medicamentos consume per cápita y el tercer mercado de la región, las transnacionales tratan de mantener sus ganancias a toda costa. Lo diferente a los otros países es que en uno de los cables filtrado se mencionó una operación política de la que participaron los laboratorios extranjeros para desplazar del gobierno a un ex Ministro de Comercio de ese país, Eduardo Samán, por sus posiciones sobre las patentes. Para la OMPI, había dos tipos de países, «los que seguían la política de la OMPI, y el SAPI, que seguía las políticas de Chávez». Esto lo dicen abiertamente funcionarios de la oficina mundial. Un «mal ejemplo» para el resto de los países de la región, que se están agrupando alrededor de OMPI.
AI: en el caso de Venezuela, cual sería una propuesta para el modelo por el que transitan?
FP: bueno, si realmente se quiere romper con los monopolios no es posible otorgar títulos de propiedad por varios años. Se supone que la función del sistema de patentes es impulsar la divulgación del conocimiento innovador. Bajo este principio, las patentes son contratos entre los inventores y la sociedad (contrato social), por medio de los cuales el Estado (por mandato de la sociedad) otorga la explotación de la invención a los usuarios (personas naturales o jurídicas). La condición para permitir el uso de de la tecnología es divulgar de manera suficiente la información tecnológica que devele la invención de manera completa y comprensible. La variante introducida en Venezuela por el Ex Ministro, Eduardo Samán, fue que en lugar de otorgar un título de propiedad, se daría una «licencia de uso» de la invención por un tiempo razonable y renovable en caso de verificarse el cumplimiento de los requisitos de la ley. De no ser así, el Estado puede licenciarlo a otro usuario. Además la normativa debería exigir que la producción se realice en el territorio nacional como sucede en algunos países para controlar efectivamente su producción y crear fuentes de trabajo locales. Estos temas son muy controvertidos para los grupos económicos concentrados de los laboratorios globales, por eso no me sorprende la arremetida contra cualquier posibilidad de transformación de la doctrina hegemónica de la propiedad intelectual y quienes la cuestionen. Es un caso similar las leyes de medios de comunicación o audiovisuales, las corporaciones consideran que los medios de comunicación son de su propiedad, y solamente hacen usufructo de una licencia renovable que les concede el Estado. El conocimiento es un instrumento de creación de riqueza para las multinacionales pero es en realidad de transformación social para los países en desarrollo. Claro que la doctrina hegemónica juridicista considera que los mal llamados «bienes intangibles» son propiedad privada y este es el problema con las corporaciones. Por todo esto, el sistema de patentes es contrario a la idea de progreso social.
AI: en Argentina como está la situación de la tecnología y las patentes?.
FP: en realidad es muy positivo que la Presidenta Cristina haya creado un Ministerio y exprese públicamente que se quiera utilizar la ciencia y la tecnología para darle valor agregado a materias primas agropecuarias en origen, o desarrollar la tecnología militar controlada por civiles. Es muy auspiciosa la repatriación de centenares de científicos argentinos que ahora están bien pagos en el país, como así también la inyección de recursos económicos a los centros de investigación y universidades. La salida a la dependencia de los poderes económicos concentrados es a mediano plazo con desarrollos tecnológicos propios, en alianza con nuestros países vecinos. Sucede que no se puede aplicar el mismo modelo de protección de resultados de investigación que utilizan Estados Unidos o Europa, es decir, las patentes como derecho de propiedad, sería contradictorio.
EL valor agregado debe provenir de las investigaciones realizadas por el Estado y los medianos y pequeños productores. Los resultados deben ser compartidos colaborativamente con otros científicos y generar así un nuevo modelo de gestión del conocimiento que no se base en el sistema tradicional de patentes, que es del neoliberalismo y supercompetitivo, en el peor sentido. El modelo propuesto a la Presidenta de patentar y vender los resultados cobrando royalties a empresas transnacionales está motorizado por las transnacionales biotecnológicas y solo trae ganancias a las empresas, no van a conducir a dar valor agregado a las materias primas, eso es un mito que algunos investigadores del CONICET, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, permearon como idea y que espero, no avance. En Argentina el 80 % de las patentes provienen del exterior y ni siquiera se explotan aquí. Se protege e importa tecnología extranjera que no da trabajo, ni crea conocimiento porque como ya te explicaba, en las patentes no está toda la información para que otros puedan continuar con los desarrollos y mejorar las innovaciones, pero el Estado argentino debe otorgar a estas empresas un monopolio por 20 años. Es decir, las patentes crean monopolios a las transnacionales y después debemos pagarles los medicamentos, las semillas y los agroquímicos a precios exorbitantes. ¿Como adoptar entonces para nosotros mismos un sistema de este tipo? Que el Conicet tenga 20 patentes pero las transnacionales tengan miles en vigencia, te da una verdadera idea de dimensión y lo delicado del problema.
AI: cuál debería ser a tu criterio un mecanismo que garantice una protección razonable de los resultados de la investigación para nuestros países.
La normativa vigente desde el año 2000, sancionada en el 95 en materia de propiedad intelectual nos ha tendido una trampa de la que es muy difícil salir. Es un esquema que sigue bajo presión de los laboratorios y empresas alimentarias globales pero aun así pueden desarrollarse oficinas de gestión del conocimiento diferentes a las oficinas de patentes, o sea, gestionar los resultados de las investigaciones innovadoras mediante licencias de uso que permitan modificar y mejorar los desarrollos y que otros investigadores o empresas nacionales aporten colaborativamente mejorando los resultados, dando a conocer las mejoras y así acumular conocimiento rescatando valores más cercanos a los que caracterizaron al proceso de industrialización argentino. Este sería un modelo colectivo de trabajar mucho más eficaz en el acceso a la información tecnológica y al conocimiento. Esto es así a pesar de lo que se propagandiza. El hecho de que las patentes no contribuyen al desarrollo general de la sociedad ha sido denunciado por muchas organizaciones, investigadores y personas muy respetadas en el mundo como Joseph Stiglits o Noam Chomsky, solo por nombrar a dos conocidos, pero los críticos de este sistema del capitalismo global se cuentan de a miles.