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EEUU completa con la «batalla de Najaf» el círculo de su «nueva estrategia» en Irak

Fuentes: Gara

Ya lo dejó entrever el presidente de EEUU, George W. Bush, al presentar hace días su «nueva estrategia» en Irak. Y se van cumpliendo los presagios de que este último intento de Washington de salvar la cara en el país ocupado iba a ser sangriento. Paralelamente a la presión militar creciente contra los barrios sunitas […]


Ya lo dejó entrever el presidente de EEUU, George W. Bush, al presentar hace días su «nueva estrategia» en Irak. Y se van cumpliendo los presagios de que este último intento de Washington de salvar la cara en el país ocupado iba a ser sangriento. Paralelamente a la presión militar creciente contra los barrios sunitas de Bagdad y alrededores, parece que la batalla de Najaf es la primera de una ofensiva contra los grupos chiítas que se oponen a la ocupación. En el tercer vértice del triángulo, el Gobierno colaboracionista, vinculó a estos grupos con Al Qaeda, dando así la «razón» a Bush.

Ha vuelto a quedar en evidencia estos días que la verdad es la primera víctima de la guerra. Horas después de que el Gobierno colaboracionista iraquí diera por terminada, en la madrugada de ayer, la «batalla de Najaf», seguía la ceremonia de la confusión tanto en torno a las víctimas mortales de este operativo conjunto cerca de Zarka, zona rural a 20 kilómetros de la ciudad santa chiíta, como de la filiación del supuesto grupo objetivo del ataque, que contó con el cruel protagonismo aéreo de EEUU.

El Ministerio de Defensa del Irak ocupado ofreció un balance de 200 milicianos chiítas muertos y 120 detenidos. Reconoció la muerte de tres paramilitares y tres policías iraquíes, además de los dos soldados estadounidenses muertos al ser derribado su helicóptero.

Testimonios locales recogidos por Al Jazeera elevaban a cinco los policías muertos y daban cuenta de seis soldados dados por desaparecidos.

Por contra, el vice-gobernador de Najaf, Abdel Hussein Attan, cifró en 300 los milicianos muertos y en 13 los capturados. Más aún, Attan aseguró que el grupo de milicianos «planeaba atacar a los máximos responsables chiítas y tomar el control de Najaf» en plena festividad de la Ashura.

Forzado a explicar cómo una milicia chiíta podía albergar semejante objetivo, Attan señaló que «se trata de un grupo chiíta sólo en apariencia» y los vinculó a la red Al Qaeda. Impelido a dar explicaciones sobre esta disparatada tesis, divulgó la hipótesis de que el líder del grupo sería de origen libanés.

Esta tesis fue desmentida por la Policía de Najaf, que identificó al líder del grupo como Samer Abu Kamar, un chiíta iraquí originario de Diwaniya. Fuentes locales aseguraron que Abu Kamar, al que presentaron como líder de una secta chiíta ­los Soldados del Cielo­ y que se definía como representante de El Mehdi ­imam chiíta oculto cuyo regreso esperan los practicantes de esta confesión­, estaría entre los muertos.

Fuentes locales añadieron que este líder era conocido con el sobrenombre de Ali ben Abi Taleb, el hijo del imam Ali, en referencia al yerno del profeta Mahoma y primer imam de la línea dinástica defendida por el chiísmo frente a los sunitas.

El «totum revolutum» de Bush

Este cúmulo de informaciones contradictorias oficiales, que mezclan a chiítas con sus mayores enemigos, los rigoristas sunitas de Al Qaeda, alimenta la tesis del presidente de EEUU, George W. Bush, quien en sus últimos discursos ha hecho una amalgama de los dos enemigos jurados de Washington, el islamismo sunita armado y el chiísmo armado, en referencia a Hizbula y a los grupos chiítas iraquíes contrarios a la ocupación, sin olvidar a Irán.

En espera de que se haga la luz sobre la «batalla de Najaf». todo apunta a que supone el comienzo de la gran ofensiva contra los chiítas no domesticados por la ocupación. Una ofensiva que se completa con el hostigamiento a los bastiones sunitas, y por tanto, resistentes, de la capital, Bagdad.

Se cierra así el círculo de la «nueva estrategia» de Bush, que incluye el envío de 21.000 soldados más al Irak ocupado.

La chiíta ASRII defiende la solución federal para el país
GARA

BAGDAD

El máximo dirigente de la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak (ASRII), principal formación política en el país ocupado, defendió la solución federal como única vía para desactivar la vertiente sectaria del conflicto que asola a Irak.

Adul Aziz al Hakim, líder de esta formación chiíta, se dirigió a los fieles congregados en una mezquita de la capital con motivo de la Ashura y les aseguró que «no hay otra posibilidad para que los iraquíes salgan de la crisis actual que la coexistencia pacífica. La solución ideal es crear un estado federal en Irak».

La propuesta federal pretende articular el actual Irak en entes federados. Uno de ellos, el del sur, englobaría a las provincias chiítas. Además, estaría el enclave federado del Kurdistán Sur, en el norte del país. El del centro, incluiría las áreas sunitas del centro y oeste del país. Bagdad y otros enclaves, con población mixta, podrían ser más difíciles de articular.

La propuesta es defendida por los kurdos, que la consideran una solución de mínimos para sus aspiraciones, y rechazada de plano por los sunitas, conscientes de que los principales yacimientos petrolíferos, al norte y al sur, escaparían para siempre a su histórico control.

Al Hakim consideró «inaceptable» la lucha sectaria. La ASRII cuenta con una potente milicia propia, las Brigadas Badr, sospechosas de nutrir los escuadrones de la muerte.

La propia ASRII sufrió un atentado en el verano de 2003 que se saldó con cien muertos, entre ellos su líder y hermano de al-Hakim.

Alerta general hoy por la celebración de la Ashura

Más de una veintena de personas murieron ayer en ataques y atentados en Irak. En Bagdad, el más sangriento tuvo como objetivo un autobús con destino a Kerbala, que celebra la Ashura. Este rito, que conmemoran millones de chiítas en todo el mundo, recuerda el martirio de Hussein, tercer imam del chiísmo y nieto de Mahoma, muerto y enterrado precisamente en esta ciudad santa del chiísmo en Irak. –