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Declaraciones de la periodista y escritora iraquí Iman Ahmad:

«EEUU miente, pero a los iraquíes no puede engañarnos «

Fuentes: Gara

«Cada vez somos más expertos en la propaganda estadounidense. Vemos lo que ocurre en Irak y vemos lo que se dice en el extranjero. EEUU quiere ocultar y mentir a la opinión pública, pero a nosotros, a los iraquíes, no puede engañarnos»

Iman Ahmad Jamás visitó Euskal Herria el pasado mes de diciembre. Ofreció conferencias, mantuvo encuentros con organizaciones de derechos humanos y nos acercó casos concretos de la brutalidad de la ocupación, como los ocurridos en la pequeña localidad de Al-Qaim, fronteriza con Siria, donde ha documentado 110 muertes a manos de los francotiradores estadounidenses. Una brutal historia que sólo mereció unas pocas líneas en los medios de comunicación occidentales.

«Sin duda, estarán al corriente de la serie de mentiras sobre las ADM, sobre los derechos humanos, lemas que han sido utilizados para justificar la ocupación. No voy a hablar de las armas ni de los supuestos DDHH que los estadounidenses van a traer al país porque son mentira. Voy a hablar de los DDHH bajo la ocupación de EEUU» ­comenzaba así su conferencia la periodista iraquí en Donostia­. Lo que ocurrió entre el 20 de marzo y el 9 de abril no fue el derrocamiento de Saddam Hussein sino el derrocamiento del Estado iraquí, con todas sus representaciones y lo que pasó en ese período ha sido la destrucción de todas las infraestructuras del Estado, políticas, económicas, militares y sociales del país. La ocupación militar, política y económica que vive Irak desde hace casi dos años ha supuesto la violación de todos los derechos de Irak, como entidad estatal y como pueblo. Han sido violados todos los valores humanos y políticos conocidos en este mundo, aunque también lo fueron antes de la ocupación del país», matizó.

«Está probado que los estadounidenses han cometido unos crímenes horrorosos contra Irak en su totalidad y contra los iraquíes de manera individual. El cálculo preciso de víctimas es imposible porque los estadounidenses ocultan los datos y sus aliados locales tampoco ofrecen información real. Al mismo tiempo, ambos hacen todo lo posible para que no se conozca el número real de muertos. Controlan los hospitales y la prensa para ocultar los datos».

«Un estudio reciente calculaba el número de muertos en dos años en torno a 100.000 ­dato publicado por una revista médica británica el otoño pasado­. Personalmente creo que esta cifra no se corresponde a la realidad. Es mucho mayor. El primer motivo es que el estudio no incluye, por ejemplo, el número de muertos durante la operación militar entre marzo y abril, periodo en el que los ocupantes han cometido genocidio y limpieza étnica. Un ejemplo que corrobora esta tesis es que tres días antes del 9 de abril ocurrió la batalla del aeropuerto. Duró tres días y EEUU utilizó armas no convencionales. En esta batalla perecieron miles de iraquíes, en este caso soldados. También fueron blanco del ataque masivo varias localidades al sur de Bagdad», afirma la periodista.

«Tengo testimonios documentados de lo que ocurrió en algunos pueblos objeto de ataques masivos con miles de muertos. Los que elaboraron el trabajo sobre los 100.000 muertos tampoco han recogido datos de pueblos objeto de ataques, como ocurrió en abril en Falujah, donde sólo en ese mes murieron entre 600 y 900 personas».

«Otro ejemplo es Al-Qaim ­prosigue Iman Ahmad Jamás­, cerca de la frontera siria, atacada durante dos días y con 110 muertes documentadas por el hospital local, con listas detalladas con nombres de hombres, mujeres, niños, tipos de heridas… y éstas víctimas tampoco están incluidas en ese estudio». Los estadounidenses atacaron Al -Qaim en abril de 2004, coincidiendo con el primer ataque ocupante contra Falujah (provincia de Al Anbar).

«En referencia a Al-Qaim, en la lista que tengo del hospital encontramos muertos con 80 años. Entre la gente que fue trasladada muerta al hospital desde sus hogares figuran niños, mujeres, jóvenes y no jóvenes. Todos los muertos tienen disparos en la cabeza, en el pecho y en el abdomen. Esto significa que han sido blanco de francotiradores. Muchos murieron por hemorragias, lo que da a entender que les dejaban morirse desangrados».

«Hay un caso en Al-Qaim, que lo conozco personalmente ­se refiere a Esaf Ghazai Herbi, de 30 años­. Las casas de esa zona tienen los servicios a unos metros de la vivienda principal. Esta señora regresaba del baño y fue sorprendida en ese tramo por el francotirador. Tanto los hijos como el marido, que era un discapacitado desde la guerra con Irán ­Jaleif al-Salmani perdió la mano derecha en 1987­, trataban de meterle en casa. Estuvo sin ninguna asistencia desde las tres de la tarde hasta las once de la mañana del día siguiente, cuando falleció. Choca que en este caso, la mujer, que estaba embarazada en su séptimo mes, no fuera distinguida por el francotirador. Se puede decir que ella es un caso más de los 110, pues los restantes casos documentados son parecidos. Gente que fue alcanzada cuando hacía algo corriente en su vida diaria. El drama aumenta cuando alguien intenta socorrerles, y también son víctimas del francotirador».

En referencia a este caso, Iman Ahmad Jamás escribió en junio de 2004: «Cuando preguntamos a Ammar, de 18 meses, el hijo menor de Esaf, dónde estaba su madre, nos dijo ³Bush la mató². Jaleif está furioso, ³¿qué voy a hacer ahora? Si ésta es la democracia que nos prometieron, no la queremos²».

«Estas tácticas han sido empleadas con mayor intensidad en Falujah ­prosigue la periodista iraquí­. Lo que ha pasado en Falujah en noviembre es un deshonor para la humanidad. La ciudad había sido asediada durante tres semanas antes del ataque. Cortaron los accesos por carretera e impidieron la entrada de cualquier organización. Ha sido un crimen anunciado, como el de García Márquez. Todos sabían que iban a atacar Falujah de manera salvaje. Durante los días de asedio EEUU pidió a la población que dejara la ciudad de más de 200.000 habitantes. Los estadounidenses filtraron a los que dejaban la ciudad, deteniendo a todos los hombres entre 15 y 45 años».

«Los estadounidenses tratan ahora de ocultar los crímenes que han cometido. Así y todo han trascendido historias. Heridos que han muerto abandonados, con todo el dolor que eso significa. A todos los problemas de Falujah se añade la presencia de gatos y perros que han vivido comiendo víctimas y ahora representan un problema sanitario. Han convertido Falujah en un cementerio colectivo».

«El primer objetivo del ataque a Falujah fue tomar el hospital y convertirlo en un hospital militar. Cuando los ciudadanos de Falujah crearon un hospital alternativo fue bombardeado, muriendo 35 médicos. Tampoco permitieron la entrada de ayuda a la ciudad, y cuando lo hicieron fue simbólica. A la Media Luna Roja sólo les dieron permiso para dejar la ayuda en un punto de la ciudad sabiendo que la población no podía salir de sus casas por los francotiradores y que nunca podría llegar hasta la ayuda».

«Ahí está también el caso del soldado que mata a un herido. Sin embargo, el permiso para emitir estas imágenes no es más que un acto propagandístico de Estados Unidos. Estas mismas tropas han utilizado bombas de mil kilos, pero la muerte del herido fue utilizada para intentar demostrar que sólo se trató de un caso individual, aislado, cuando ha sido algo que los ocupantes han utilizado de forma masiva», indica.

«Cada vez somos más expertos en la propaganda estadounidense. Vemos lo que ocurre en Irak y vemos lo que se dice en el extranjero. EEUU quiere ocultar y mentir a la opinión pública, pero a nosotros, a los iraquíes, no puede engañarnos».