Según datos oficiales del Pentágono [1], EEUU ha perdido en combate 96 soldados en abril, una media de más de tres bajas mortales al día, además de otros ocho por «causas no hostiles». Este balance sitúa este mes como el de mayor número de bajas en combate durante 2007, el sexto mes más sangriento para […]
Según datos oficiales del Pentágono [1], EEUU ha perdido en combate 96 soldados en abril, una media de más de tres bajas mortales al día, además de otros ocho por «causas no hostiles». Este balance sitúa este mes como el de mayor número de bajas en combate durante 2007, el sexto mes más sangriento para EEUU desde el inicio de la ocupación de Iraq y el de más alto coste humano desde octubre de 2006, mes en el que murieron 99 soldados estadounidenses en ataques o enfrentamientos con la resistencia. Comparativamente, un año atrás la cifra de militares estadounidenses muertos en combate en abril fue de 65 soldados, 1,5 veces menor a la cifra de abril de 2007. Además de un soldado polaco, otros 10 soldados británicos murieron asimismo en abril por ataques producidos en el sur de Iraq, siendo esta la cifra más alta de bajas en acción de Reino Unido desde enero de 2005. Según el Pentágono, casi el 70% de las bajas estadounidenses se deben a las denominadas «bombas de fabricación casera», los IED (en sus siglas en inglés), que la resistencia hace estallar al paso de convoyes y patrullas militares. El número de ataques con este tipo de artefactos se ha duplicado en el transcurso del último año hasta una media mensual de 1.200 [2]. En los últimos meses, la resistencia iraquí está empleando en sus ataques una nueva modalidad de explosivos que los militares estadounidenses han bautizado como «Explosively formed penetrators» (EFP) diseñados para aumentar su capacidad de penetrar los nuevos blindajes con los que están siendo provistos los vehículos militares estadounidenses en Iraq. Mandos y expertos militares han desestimado la consideración efectuada por portavoces del gobierno Bush de que este nuevo tipo de bombas estén siendo fabricadas en Irán [3]. Ciertamente, las formaciones del confesionalismo político shií vinculadas a Irán e integradas en las nuevas instituciones colaboracionistas no participan en la actividad armada contra la ocupación. «Una tendencia consistente» La resistencia iraquí ha conmemorado el aniversario de la caída de Bagdad manteniendo una actividad armada en alza constante desde hace al menos un año [4]. El general estadounidense Perry Wiggins, vicedirector de Operaciones de la Junta de Jefes de Estado Mayor, informó a comienzos de mayo de que 300 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes habían muerto en ataques de la resistencia en abril: «La Coalición [de tropas de ocupación] y las fuerzas de seguridad iraquíes son el objetivo principal de los ataques [de los grupos armados en Iraq]» [5]. El general Wiggins señaló que el incremento de bajas entre las tropas estadounidense responde a «[…] una tendencia consistente: la Coalición es el objetivo de dos de cada tres ataques [llevados a cabo en Iraq]». Desde el inicio del plan de seguridad para Bagdad, puesto en marcha por EEUU en febrero [6], los ataques contra las fuerzas estadounidenses y el número de sus bajas en combate en el área metropolitana de la capital se han incrementado, una tendencia que se ha mantenido en abril y en la primera semana de mayo. Sin embargo, las bajas mortales estadounidense siguen produciéndose en una amplia área de actuación de la resistencia, a la que ya se ha unido claramente el sur del país, pese a su control por las distintas milicias de las fuerzas colaboracionistas shiíes. Con 173.000 soldados estadounidenses en Iraq, la cifra más alta desde el inicio de la ocupación del país, se espera un aumento aún mayor del número de bajas en los próximos meses, sobre todo si, como ya ha anunciado el presidente Bush, se destinan otros 35.000 efectivos adicionales a Bagdad a partir de agosto para contribuir a la tarea de intentar controlar la ciudad [7]. El sábado 6 de mayo, el general del Ejército Rick Lynch indicó: «Todos nosotros [mandos militares de EEUU en Iraq] creemos que en los próximos 90 días veremos probablemente un incremento de las bajas estadounidenses» [8]. «El enemigo domina el terreno: tiene oportunidades para realizar emboscadas y colocar sus trampas [explosivas]», añadió Lynch. Los datos de la primera semana de mayo respaldan este augurio; en los primeros seis días de este mes han muerto en combate 25 militares de EEUU, con jornadas que, como la del día 6 (10 militares estadounidenses y un británico muertos en varios ataques), se sitúan entre las más sangrientas desde el inicio de la ocupación de Iraq. Resistencia y Al-Qaeda La violencia sectaria e indiscriminada contra civiles, cuyo balance es difícil de establecer, ha continuado en abril. La cifra dada por el Pentágono para el mes de marzo se aproxima a las 3.000 personas, pero no distingue entre civiles y policías [9]. Naciones Unidas criticó el pasado mes la fiabilidad de los datos de víctimas civiles dadas por el gobierno de al-Maliki, rebajadas según el organismo. Además, en abril se incrementaron los indicios de una divergencia cada vez mayor sobre el terreno entre Al-Qaeda y la resistencia iraquí, en concreto por parte de las formaciones armadas iraquíes de filiación islamista, que desean desvincularse abiertamente del uso referencial religioso y comunitario sunní al que recurre el denominado Estado Islámico de Al-Qaeda en Iraq para justificar sus atentados indiscriminados y sectarios. Nutrida esencialmente por combatientes extranjeros y de número muy limitado, según fuentes de la resistencia iraquí [10], Al-Qaeda recurre a los atentados suicidas indiscriminados para amplificar su presencia en Iraq. La focalización que los grandes medios de comunicación occidentales -radicados exclusivamente en Bagdad- realizan de estos ataques, permite a la Administración Bush identificar la resistencia iraquí con Al-Qaeda y a la lucha armada con el terrorismo sectario, pese a que la información de inteligencia de los militares estadounidenses desmienta tales afirmaciones. El 5 de abril, el Ejército Islámico emitía un comunicado [11] de advertencia a Al-Qaeda en Iraq y a su líder Abu Umar al-Baghdadi en relación con los ataques contra civiles y contra otras organizaciones armadas iraquíes (un alto mando de la organización Brigadas de la Revolución de 1920 ha sido asesinado recientemente por Al-Qaeda en Iraq). En una entrevista posterior en la cadena al-Jazeera, un portavoz de esta organización reiteraba el contenido del comunicado. Como un claro posicionamiento en el mismo sentido debe interpretarse la unificación de tres organizaciones islamistas de la resistencia iraquí: el mencionado Ejército Islámico, el Ejército de los Muuajidines y las Brigadas de Ansar al-Sunna, en el bautizado Frente para la Jijad y la Reforma en Iraq. En un comunicado emitido a comienzos de enero [12], la nueva organización reitera su rechazo al proceso político impuesto por los ocupantes y su compromiso con la lucha armada, pero limitada a las tropas de ocupación y a los nuevos cuerpos de seguridad iraquíes. Particularmente tensa es la situación en las provincias de Diyala y al-Anbar [13], al norte y oeste de la capital respectivamente, fuertes focos de resistencia en los que Al-Qaeda ha generado un gran descontento popular, lo que ha favorecido recientes acuerdos locales entre las fuerzas de ocupación estadounidenses y algunos líderes tribales para erradicar su presencia, acuerdos muy criticados por otros representantes comunitarios y por la propia resistencia. Notas de IraqSolidaridad: 1. Véase: http://icasualties.org/oif/ 2. The Washington Post, 4 de mayo de 2007. 3. The Washington Post, 7 de mayo de 2007. 4. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Con 173.000 soldados, EEUU alcanza la cifra más alta de tropas desde el inicio de la guerra. Ofensiva sin precedentes de la resistencia iraquí . 5. The Washington Post, 3 de mayo de 2007. 6. Véase en IraqSolidaridad: Thomas E. Ricks y Ann Scott Tyson: La nueva batalla por Bagdad. El plan de Bush prefigura una intensificación de los combates en las calles de Bagdad . 7. The Washington Post, 9 de mayo de 2007. 8. The Washington Post, 7 de mayo de 2007. 9. The Washington Post, 3 de mayo de 2007.
http://www.nodo50.org/iraq/2007/docs/09_05_07_Balance_Abril.html