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El 61% de los estadounidenses se opone al plan de Bush de enviar más tropas a Irak

Fuentes: El Mundo

Los demócratas se oponen en bloque a que se envíen más soldados a la guerra y consideran la decisión «un desastre», mientras el Pentágono admite que «nadie tiene claro» cuánto tiempo se quedarán las tropas de refuerzo A la misma hora en que George Bush anunció el envío de otros 20.000 soldados a Irak, el […]

Los demócratas se oponen en bloque a que se envíen más soldados a la guerra y consideran la decisión «un desastre», mientras el Pentágono admite que «nadie tiene claro» cuánto tiempo se quedarán las tropas de refuerzo

A la misma hora en que George Bush anunció el envío de otros 20.000 soldados a Irak, el secretario de Defensa, Robert Gates, firmó la orden de despliegue y reconoció que «nadie tiene una idea clara» de cuánto tiempo se quedarán. «El incremento de la fuerza militar será por fases», anticipó. «No se desplegarán los soldados de la noche a la mañana. No se parecerá a la Guerra del Golfo».

El 65% de los norteamericanos, según un sondeo de la cadena ABC, se opone al envío de refuerzos militares a Irak. La mayoría demócrata criticó el plan como «un desastre» y la senadora Hillary Clinton denunció incluso la «incompetencia y la arrogancia» del presidente.

Ajeno a las críticas, Bush repitió ayer su mensaje inapelable de «más tropas» en la base militar de Fort Benning. En su discurso del miércoles, admitió que la situación en Irak es «inaceptable» y reconoció sus dos «errores»: no desplegar suficientes soldados y no ser sufientemente agresivo en sus tácticas. El presidente anticipó no sólo un incremento de la fuerza militar, sino una estrategia más combativa para hacer frente a la insurgencia en Bagdad y en la provincia de Anbar.

Según Bush, las fuerzas iraquíes y las norteamericanas «tendrán luz verde» para entrar en los barrios más conflictivos y para poner en marcha tácticas que, en opinión de varios expertos militares, podrían contribuir a la escalada militar y a la vietnamización del conflicto.

El propio Bush, que ayer llevó su mensaje a la base militar de Fort Benning, advirtió de que la «nueva estrategia» seguirá causando víctimas entre la población iraquí y el Ejército norteamericano. Como colofón a su discurso militarista, el presidente anunció el envío de la flota de un portaaviones a la zona del Golfo y el despliegue de misiles Patriots «para reasegurar las defensas de nuestros amigos y aliados».

«Refugio de terroristas»

El presidente acusó a Irán y a Siria de dar refugio a los terroristas, vender armas a la insurgencia y contribuir activamente a la desestabilización de Irak. «Trabajaremos con otros países para evitar que Irán tenga armas nucleares y domine la región», recalcó Bush.

La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, recogió el testigo y dijo ayer que EEUU «no permanerá ocioso mientras Irán opera contra nuestros intereses en el vecino Irak». Rice y Gates comparecieron a primera hora de la mañana en una rueda de prensa y luego acudieron al Capitolio para defender el plan de Bush en medio de un alud de críticas. La intervención de Rice en un comité del Senado fue interrumpida por un espontáneo a los gritos de «¡Mentiras, todo son mentiras!». El senador demócrata Carl Levin, al frente del Comité de Servicios Armados, calificó la estrategia de Bush como «un desastre».

Chuck Summer, artífice de la victoria demócrata en las legislativas, criticó la propuesta de Bush como «más tropas sin un plan» y prometió una «confrontación directa» desde el Congreso, empezando por un voto simbólico en contra de la nueva estrategia la próxima semana, seguido posiblemente de un bloqueo de las nuevas partidas para sufragar la Guerra de Irak, a menos que el presidente pida autorización expresa para el despliegue. «La escalada de la guerra no es el cambio por el que los americanos votaron en las recientes elecciones», declaró el numero dos de los demócratas en el Senado, Dick Durbin, en la réplica inmediata al discurso de Bush. «Es el momento de que los iraquíes den un paso al frente y defiendan su propia nación. El Gobierno de Irak debe dar pruebas de que tomará duras decisiones políticas para poner fin a esta sangrienta guerra civil».

Hillary Clinton se sumó al bombardeo casi unánime de los demócratas y anticipó que votará esta vez en contra del nuevo despliegue. «Como nuestros comandantes han dicho repetidamente, Irak requiere una solución política, no militar», declaró Hillary Clinton. «En el discurso del presidente no hemos escuchado nada en ese sentido».

El senador Barack Obama, posible candidato presidencial de 2008, anunció también que votará contra la propuesta de Bush de convertir a EEUU en «la niñera de Irak». Otro presidenciable, el congresista Dennis Kucinich, denunció el discurso de Bush «como si nos estuviera preparando para la guerra con Irán». «El presidente ha anunciado que enviará un portaaviones a las costas de Irán y ha prometido que dará misiles Patriots a nuestros amigos y aliados», recalcó Kucinich. «¿No es suficiente con una guerra, señor presidente?».

Abriéndose paso en el fuego cruzado de ayer en el Capitolio, Gates detalló los planes militares de Bush y dijo que «la llegada adicional de tropas» se producirá en función de los progresos sobre el terreno y del cumplimiento de compromisos por parte del Gobierno iraquí. Gates informó de que pretende incrementar los efectivos del Ejército en 92.000 soldados e infantes de marina.