Como alguna vez dijo Henri Carter Bresson cuando la cámara capta imágenes se prolonga el ojo del fotógrafo. El sentido visual se agudiza a través de una lente y todo cambia. La mirada del fotógrafo y periodista argentino Marcelo Caballero extiende el alcance y la cámara se transforma en parte de su cuerpo. Lo real […]
Como alguna vez dijo Henri Carter Bresson cuando la cámara capta imágenes se prolonga el ojo del fotógrafo. El sentido visual se agudiza a través de una lente y todo cambia.
La mirada del fotógrafo y periodista argentino Marcelo Caballero extiende el alcance y la cámara se transforma en parte de su cuerpo. Lo real es traspasado una y otra vez en cada disparo; la retina recibe los estímulos de rayos de luz y un objetivo eterniza rostros, lugares y situaciones.
Desde el momento en que se abre el obturador lo que se enfoca comienza a transmutarse y hay una rotura, un descargue de emociones e ideas que primero se plasman en una imagen fija y luego estallan ante los ojos de un espectador.
«Trato permanentemente de hacer rupturas. Busco dentro de los límites de la realidad que veo. Sugerir más que mostrar todo, eso es interesante para que la fotografía siga siendo un juego para mí a pesar de los delicados aspectos que debes afrontar», expresa Caballero en diálogo con APM.
El microclima que vivió en el año ochenta y principios de los noventa cuando estudiaba en la Escuela de Periodismo en la cuidad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, lo llevó a interpretar su entorno y los viajes de otra manera. Quería observar al ser humano sumergido en sus cotidianeidades para transmitir su condición de clase, su cultura y cosmovisión.
Nada mejor que el disparo para incorporarse a otras vidas, tomar una infinidad de momentos en el instante más rico y teñirlos de huellas simbólicas.
Fue en un viaje a la Selva Central de Perú en el año 1998 que comenzó a sentirse fotógrafo en toda su dimensión. Entró en la comunidad «con la suficiente sutileza y normalidad que cuando sacaba fotos, no los molestaba. Y ellos sabían que esos trabajos iban a servir para mejorar sus vidas ya que estaban amenazados por agentes externos a su cultura que amenazaban su hábitat natural».
De esa forma, en medio de esos quiebres y las diversas vicisitudes encaminó su interés hacia temas sociales y problemáticas que aquejan al mundo entero, tales como la desigualdad de género, la feminización de la pobreza, la situación de los niños y el SIDA.
Actualmente abre paso a un nuevo desafío: la tierra de Marruecos, África. «Me interesa observar de cerca su cultura tan ligada a lo musulmán, tan ligada en forma dramática al escape despiadado hacia Europa como si fuera la tierra santa. Y allí deben buscar integrarse y es difícil, ya que reciben discriminación y con su cultura musulmana buscan integrarse como diáspora», explica.
Europa es una realidad multicultural. Desde hace cuatro décadas ha recibido inmigrantes turcos, paquistaníes, tunecinos, marroquíes y argelinos que buscan mejorar sus condiciones de vida. Sucede todo lo contrario, hoy son más de doce millones de musulmanes que sufren el rechazo de los nativos quienes ven afectado sus estilos de vida.
Seguramente es posible encontrar artículos periodísticos y libros que toquen esta temática pero Caballero se vale de otro lenguaje. Un objeto llamado cámara fotográfica se convierte en una ramificación del globo ocular. Las imágenes de Marruecos serán testimonio y un registro memorial cargado de percepciones.
La fotografía constituye un medio de comunicación frente al cual los espectadores pueden detenerse el tiempo que quieran y, tal como afirma el pensador Pierre Bordieu, no sólo recuperar las significaciones que proclama sino también descifrar el excedente de significación que revela.
Según el fotógrafo brasileño Sebastián Salgado se puede mostrar que algunas cosas merecen ser cambiadas. Sin embargo ahí no acaba todo. Las imágenes buscan y producen cambios constantes en la vida de las personas, desde un retrato familiar o «casero» hasta otros que representen la desigualdad social en África tienen el poder de transformación.
Caballero sigue esta línea de pensamiento y afirma que «la buena fotografía y bien empleada, sin trucos, sin artilugios y mostrada en ámbitos populares, sin que caiga en el consumo elitista puede crear alguna consciencia». Y agrega que no va a cambiar «tu manera de ser», pero te puede ayudar a ver algunas cosas que no quieren ser mostradas.
Esa es su función y por esto muchos prefieren encasillarla como social. Eternos debates que no intentan definiciones precisas. Una foto es una mirada que contiene silencios, una crítica que representa un sin fin de subjetividades y transmite la visualización de la realidad política, social, científica o cultural de la humanidad.
A su vez las infinitas cotidianeidades y recovecos de lugares recorridos en el caso urbano también encuentran su expresión en la imagen. Las figuras y colores de un mural son congelados y recortados para transmitir nuevos mensajes. Eso es también una acción social.
«Me gustan fotografiar murales, grafittis, palabras y todas esas cosas que le dan vida a la pared. Encuentro una actitud muy rebelde en lo que expresan y además lo mezclo con la geografía urbana. Y esa mixturación es muy bonita», afirma Marcelo.
Lo llama antropología fotográfica; Observar al ser humano sumergido en sus complejidades, de eso se trata. Y la pasión por la fotografía le mostró una nueva forma de comunicar lo que sentía y pensaba, desde un estado de ánimo hasta el conocimiento del mundo.
Cuando el obturador se cierra la historieta de pequeños negativos espera en la oscuridad para luego estallar en estímulos de luz sobre las retinas. El ojo parpadea, el cerebro carbura y un sin fin de emociones circundan el aire y refrescan la mente.
Periodista y fotógrafo especializado en viajes. 43 años. Nacido en Punta Alta, provincia de Buenos Aires, Argentina. marceloc5 @yahoo.com.ar * Actualmente colabora como periodista y fotógrafo free lance con la Agencia de Fotografía Social Gran Angular (Barcelona) www.granangular.net , Tiempo de Aventura (Buenos Aires) y la ONG Survival (Madrid) que trabaja en el apoyo de los pueblos indígenas del mundo. * Octavo Premio en el VIII Gran Concurso Fotográfico Regional organizado por la Cooperativa Obrera (Bahía Blanca), sobre «El niño y el mundo». Diciembre 2004. * En 1985 estudió periodismo en la cuidad de La Plata, Escuela de Periodismo. *Trabajó como periodista en el diario nacional «Clarín» y «El Día» de la cuidad de La Plata. * Creó su propia revista cultural «Ficciones y Otros Laberintos Mundanos». *Trabajó como profesor en los campos de la semiótica lingüística y visual en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata (UNLP) |
http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=3199