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Charla de Matteo Garrone con Antonio Monda, director de Gomorra y Reality

El cine: un arte colectivo para indagar sobre los conflictos del ser humano

Fuentes: africaencine.com

Matteo Garrone, director de la archipremiada Gomorra (Gomorrah, 2008) y de las menos conocidas aunque tan notables L’Imbalsamatore (2002) y Primo amore (2003), desembarcaba hace unos días en la ciudad de Nueva York para presentar su última película: Reality (2012). Con el preestreno del 4 de marzo en el Lincoln Center de Manhattan comenzaba una […]

Matteo Garrone, director de la archipremiada Gomorra (Gomorrah, 2008) y de las menos conocidas aunque tan notables L’Imbalsamatore (2002) y Primo amore (2003), desembarcaba hace unos días en la ciudad de Nueva York para presentar su última película: Reality (2012). Con el preestreno del 4 de marzo en el Lincoln Center de Manhattan comenzaba una gira que llevará a la película por selectos teatros de los EE.UU. entre mediados de marzo y finales de abril. Gracias a la organización del Istituto Italiano di Cultura, Matteo Garrone conversó con un anfiteatro menos numeroso del esperado sobre su poética y su trayectoria, centrándose en el proceso de realización de su última película. El profesor de la Universidad de Nueva York (NYU) y crítico de cine Antonio Monda sirvió de cicerone para aquellos reunidos con la excusa de charlar sobre su amor común, el buen cine, en la gran manzana. Reality ha conseguido una proeza, al encumbrar por segunda vez a su director como el favorito del jurado de Cannes, presidido en esta pasada edición por su compatriota, el director, productor, actor y guionista Nanni Moretti. Se completa así un etapa que comenzaba cuando en 1996 Matteo Garrone ganaba el Sacher d’Oro por su cortometraje Silhouette, premio financiado por el mismo Nanni Moretti y que le haría abandonar su pasión: la pintura. Desde entonces se dedicaría por completo al cine, convirtiéndose en una de las voces y las miradas más personales del cine italiano contemporáneo y universal. Pero, no nos demoremos más y demos la palabra a los protagonistas de la velada:

Antonio Monda: Matteo Garrone es un cineasta de talento cuya mayor virtud reside, a mi parecer, en ofrecer obras originales que surgen de mezclar un estilo realista con un conocimiento exhaustivo de la mejor tradición cinematográfica universal. En el caso de Reality, ¿de dónde te surgió la idea?

Matteo Garrone: lo que cuento en la película le sucedió al hermano de mi mujer, y es una historia verdaderamente trágica. De hecho, las escenas que inventamos son más realistas que las que verdaderamente sucedieron. Cuando empezamos a desarrollar la historia, nos parecía que sería muy diferente a Gomorra. Se nos habría la puerta a hacer algo completamente diferente, pues veíamos la historia como una comedia. Con el tiempo, nos dimos cuenta que se convertía en un comedia negra y que se iba pareciendo más y más a películas mías anteriores.

En Gomorra tratamos, desde el punto de vista de las víctimas y de la base, sobre el crimen organizado de la Camorra napolitana, que es un sistema perfectamente estructurado. En Reality, nos ocupamos de otro sistema y de sus víctimas: el Star System televisivo. Ambas películas acaban siendo una especie de fábula negra contemporánea.

Para los que no la hayan visto, la película trata de un pescador de Nápoles obsesionado con ir al Big Brother (Gran Hermano italiano). Sin embargo, la trama es una mera excusa para la acción (como el MacGuffin popularizado por Hitchcock desde 39 escalones), pues de lo que realmente estaba interesado era de hablar sobre el deseo, los sueños y la desilusión que acompañan al ser humano que vive dentro del sistema capitalista. El capitalismo nos empuja continuamente a querer ser alguien diferente a nosotros mismos a través de la creación de personajes diversos. Me identifico plenamente con el protagonista Luciano (Aniella Arena) y la segunda parte de la cinta es totalmente pirandelliana. Big Brother era una mera excusa, pero no puedo negar que atrajo a mucho público en su estreno nacional.

Antonio Monda: he notado referencias cinematográficas claras como la película Bellissima (1959), de Luchino Visconti; otra sátira sobre la industria cinematográfica, en aquella ocasión ubicada en Roma.

Matteo Garrone: tienes toda la razón, aunque tuve muchas más referencias en mente a la hora de preparar y filmar mi película. En especial citaría dos comedias de Vittorio De Sica: L’Oro di Napoli (1954) con guión de Zavattini, De Sica y Marotta y con los magníficos Eduardo De Filippo, Totó y Sofia Loren entre el casting, y la inolvidable Matrimonio alla italiana, con el tándem Mastroiani y Sofia Loren en pleno apogeo. Como en L’Oro di Napoli, pretendía hacer un retrato de Nápoles, pero en la película de De Sica la ciudad está anclada en el pasado y sus tradiciones, mientras, en mi caso, quería conectarla con el presente a través del centro comercial, la piscina de waterpolo… El viaje que realizamos en Reality es un viaje psicológico con Nápoles como personaje fundamental, y creo que la ciudad resulta más cálida que en Gomorra.

Otro filme que tuve en consideración fue Lo sceicco bianco (1952) de Federico Fellini, en el que la protagonista llega a Roma para ver a su ídolo y surge un gran conflicto sobre si debe seguir la norma (la estructura familiar conservadora) o perseguir su sueño (ir a conocer a su idolatrado «jeque blanco»: Alberto Sordi). Su sueño se acaba convirtiendo en pesadilla, y lo mismo le pasa al protagonista de mi última película.

Antonio Monda: ¿podrías ahondar algo sobre la peculiar construcción fílmica de Reality?

Matteo Garrone: soy el cámara en mis películas, y decido filmar secuencias largas guiado por mi instinto. Aunque tengo un storyboard previo al rodaje, se acaba anulando en el set al ponerme a la escucha de la realidad. Cuando tengo la cámara en mis manos me encuentro emocionalmente dentro de la película, y bailo con el actor que estoy filmando. Busco siempre momentos únicos, y no digo a mis otros cámaras cómo han de moverse, sino que todos respondemos a los impulsos que surgen de cada instante irrepetible.

Siempre trabajo con el mismo director de fotografía, Marco Onorato, que tristemente nos dejó en mayo pasado. Marco siempre me ayudaba a estar próximo al monitor tras cada toma y conversábamos constantemente sobre el trabajo allí mismo, en el set de rodaje.

Antonio Monda: decías que esta Nápoles es más cálida que en Gomorra. Aún así resulta depresiva y, aunque no es violenta, hay una gran carga de desesperación.

Matteo Garrone: ¡no ha sido a propósito! Si ha sucedido, ha sido porque he estado muy cercano al personaje y a su realidad, un hombre que no creo esté muy alejado de mi persona…

Antonio Monda: ¿por qué te ocupas siempre de personajes marginales?

Matteo Garrone: estoy muy interesado en el conflicto humano. Sin embargo, no creo que la familia de Luciano sea marginal en absoluto. La parte más dramática es ver cómo ciertas personas que desean huir de su vida van a la búsqueda de un paraíso artificial que nunca resulta suficiente. De nuevo estoy hablando del capitalismo y su obsesión consumista. Como yo, Luciano es débil y pierde su personalidad cuando se lanza a perseguir estos paraísos que no son sino espejismos.

Antonio Monda: salvo contadas excepciones, sueles trabajar con actores no profesionales o, por lo menos, no con caras muy conocidas. Teniendo en cuenta que en Italia sólo hay espacio en las salas de cine para comedias o grandes nombres; ¿por qué esta decisión?

Matteo Garrone: en realidad, los actores son en su mayor parte actores de teatro y, además, esta película llegó después de Gomorra, por lo que tenía mucha publicidad ya hecha… Además, la gente creyó que la película iba sobre la televisión y sobre Big Brother, lanzándose a las salas de cine.

Antonio Monda: me estoy acordando ahora de grandes directores americanos que hicieron películas sobre la televisión, como Elia Kazan y Sydney Lumet, o de películas como Requiem por un sueño (Darren Aronofsky, 2000) o El Show de Truman (Peter Weir, 1998).

Matteo Garrone: siempre he creído que es muy complicada hablar sobre la televisión en una película, y he tratado de ir más allá de este tema en Reality. Es un filme muy complejo en el que he tratado de encontrar figurativamente la manera de sorprender a la audiencia, en línea con las enseñanzas de Fellini.

Pregunta de la audiencia: ¿nos podrías hablar de proceso de trabajo con más detalle? ¿escribes tus propios guiones?

Matteo Garrone: suelo escribir con mis coguionistas, y cuando empiezo a elaborar la idea de mi próxima película, busco que la historia sea muy visual. De lo visual es de donde saco inspiración para crear una relación cercana con el personaje. Antes de meterme a hacer películas me dedicaba a la pintura, por lo que cuando escribo lo hago como si fuese una película muda.

Pregunta de la audiencia: ¿compaginas la pintura con el cine? ¿cuáles son tus referentes cinematográficos o artísticos?

Matteo Garrone: he de reconocer que no sigo pintando. Empecé a filmar con 26 años y desde aquella no he vuelto a enfrentarme al lienzo en blanco. Cada acto creativo me obliga a involucrarme por completo, y no puedo pintar tan sólo esporádicamente. Cuando me meto en algo, lo hago por completo.

En cuanto a los referentes, sólo me fijo en ellos en los primeros estadios de realización de mis filmes, pues trato en todo momento de encontrar mi propio camino. Los referentes pueden ser muy peligrosos, aunque no hay duda de que me ayudan a inserirme en la historia para, desde ahí, encontrar mi propio modo estilo y poética. Para realizar una película, lo primero que hago es investigar la realidad que quiero contar. En segundo lugar, interpreto esa realidad (sin copiarla) y llevo la historia a otra dimensión; la dimensión artística. Mi manera de trabajar se opone, por tanto, a películas documentales o realistas. Me gusta creer que hago obras más abstractas o metafísicas.

Pregunta de la audiencia: ¿quién ha compuesto la música de tu último filme?

Matteo Garrone: Alexandre Desplat ha sido quien compuso toda la banda sonora de Reality. Tuve suerte porque me lo encontré en Cannes hace tres años y, como parte del jurado, le había encantado Gomorra, por lo que quería colaborar en mi próxima película. Creo que no es casual que su compositor favorito sea Nino Rota y, de hecho, Alexandre fue quien me sugirió que nuestra película tenía relaciones directas con Lo sceicco bianco que Rota había compuesto. Pasamos una temporada larga y realmente fructífera en París trabajando en la banda sonora, y estoy encantado con el resultado.

Pregunta de la audiencia: ¿cuál fue la reacción de tu cuñado al saber que harías una película basada en él?

Matteo Garrone: su reacción fue buena, ya que trabajó desde el principio con nosotros en el guión y fue a menudo al set mientras estábamos rodando para hablar con el actor que lo interpretaba. Empezamos con la idea de la película un año después de que pasase la tragedia que relatamos, y mi cuñado había ido ya a terapia y se sentía mejor. Antes de empezar a trabajar en serio le consulté si quería ser parte de la película y me dijo que sí. Con el dinero que le dimos por su idea se compró una tienda que va muy bien, así que podríamos decir que Reality tiene, finalmente, un «happy ending».

Antonio Monda: ¿ideas que se te han quedado en el tintero y quieres apuntar?

Matteo Garrone: se habla mucho de la relación de Reality con Gomorra y, la verdad es que la manera de trabajar fue muy diferente entre ambas. En Gomorra rodamos en zonas muy complicadas de Nápoles y en Reality reconstruimos en un parque vacío todo un barrio, más al modo de Fellini…

Creo fundamental recordar que siempre he considerado el cine un trabajo colectivo porque creo firmemente en la dimensión del grupo. Desde los primeros momentos de la película hasta el montaje siempre trabajo en equipo rodeado de las mismas personas. El guionista, el montador y yo estamos todo el tiempo juntos, dado recomendaciones y opinando en cada etapa, hasta llegar al final cut.

No querría irme sin decir que en arte lo importante para mí siempre es la forma y no el contenido, así que el tema es secundario y la historia se puede encontrar en otros filmes. No quiero juzgar ni ofrecer un mensaje, sino simplemente contar una historia, seguir al personaje de cerca y estar con él para entenderlo. Cada espectador tomará el mensaje que quiere. Yo no me puedo permitir ofrecer una enseñanza moral porque no soy tan fuerte… lo que persigo en todo momento es la igualdad que se establece en la relación entre dos personas…

Fuente: http://africaencine.com/2013/03/09/charla-con-matteo-garrone-director-de-gomorra-y-reality/