El Consejo de Ulemas Musulmanes denunció las intenciones de Estados Unidos de quedarse en Irak de forma permanente y tachó de «colaboradores» a aquellos que firman acuerdos como la reciente «declaración de principios» entre Washington y Bagdad. El Consejo de Ulemas Musulmanes, una de las principales organizaciones sunita de Irak, denunció ayer los planes de […]
El Consejo de Ulemas Musulmanes denunció las intenciones de Estados Unidos de quedarse en Irak de forma permanente y tachó de «colaboradores» a aquellos que firman acuerdos como la reciente «declaración de principios» entre Washington y Bagdad.
El Consejo de Ulemas Musulmanes, una de las principales organizaciones sunita de Irak, denunció ayer los planes de Estados Unidos de ocupar el país árabe de manera permanente. Expresó su rotundo rechazo a la «declaración de principios» alcanzada el lunes entre Washington y Bagdad para fijar el futuro de sus relaciones.
«Esto nos reafirma que quienes firman este tipo de acuerdos son colaboradores de los ocupantes» que, mientras tanto, «continúan matando, destruyendo y humillando a los iraquíes», resaltó. A modo de ejemplo, citó la muerte ayer de siete civiles a manos de tropas estadounidenses.
En el barrio bagdadí de al Sahaab, al menos cuatro empleados de banco-tres mujeres y un hombre- perdieron la vida cuando los soldados abrieron fuego contra el minibús en el que viajaban, que iba recogiendo a trabajadores para ir al banco Rashedd. Según señalaron fuentes hospitalarias, los hechos se produjeron cuando el microbús se acercó a un puesto de control estadounidense. El mando militar dijo que circulaba por una calle reservada para coches» y que el conductor «no obedeció las instrucciones y avisos» de las tropas.
Estas no fueron las únicas muertes de civiles. En el barrio de al Eskan, al oeste de la capital iraquí, dos personas murieron y seis sufrieron heridas por disparos estadounidenses.
En Baiyi, a unos 180 kilómetros al norte de Bagdad, efectivos del Ejército mataron a un niño y a dos hombres que iban en un coche. Tras dispararles a muerte, comprobaron que había un niño en el interior del vehículo. En la misma operación, mataron a otras dos personas acusadas de ser milicianos.