El Instituto de Estudios Políticos ha publicado recientemente un análisis sobre los costes de la guerra y la ocupación de Iraq: El atolladero iraquí: los costes cada vez mayores de la guerra y el proceso para traer las tropas a casa [1]. El estudio fue realizado por dos importantes investigadores y escritores, Phyllis Bennis [2] […]
El Instituto de Estudios Políticos ha publicado recientemente un análisis sobre los costes de la guerra y la ocupación de Iraq: El atolladero iraquí: los costes cada vez mayores de la guerra y el proceso para traer las tropas a casa [1]. El estudio fue realizado por dos importantes investigadores y escritores, Phyllis Bennis [2] y Eric Leaver. Bennis es miembro del Instituto de Estudios Políticos (IPS, en sus siglas en inglés) y es el autor de un libro de aparición inminente Challenging Empire: How People, Governments and de U.N. Defy U.S. Power (Interlink Publishing, Northamptom MA, octubre de 2005). Leaver es miembro investigador del IPS y director de políticas a largo plazo de un proyecto centrado en política exterior.
Zeese (Z.): Tu estudio, ‘El atolladero iraquí: los costes cada vez mayores de la guerra y el proyecto para traer las tropas a casa’, examina los costes económicos y humanos de la guerra de Iraq y la ocupación. Empecemos por los costes económicos. ¿Cómo puede compararse el coste de la guerra de Iraq con el de anteriores guerras del pasado siglo?
Leaver (L.): La guerra de Iraq es el esfuerzo militar más caro de los últimos 60 años. Para poder ver con perspectiva las cifras de los gastos de la guerra de Iraq, tenemos que saber que el coste mensual de las guerras de Iraq y Afganistán rivaliza con el coste medio mensual de la guerra de Vietnam. Se estima que en Iraq, durante el presente año, los costes operativos son de 5.600 millones de dólares al mes [3], mientras que el coste medio de las operaciones estadounidenses en Vietnam fue de 5.100 millones al mes, una vez considerada la pertinente inflación. En dólares de ahora, la guerra de Vietnam costó 600.000 millones de dólares.
Z.: Ha habido numerosas facturas sobre los gastos de la guerra de Iraq. ¿Cuántas de esas facturas suponen apropiaciones indebidas? ¿Qué cantidades se han ido por el desagüe? ¿Dónde está yendo a parar el dinero?
L.: En 2002, el Consejero Económico de la Casa Blanca, Lawrence Lindsey, fue despedido tras advertir que una guerra en Iraq costaría entre 100.000 y 200.000 millones de dólares. Como se ha demostrado, Lindsey infravaloró los costes.
El Congreso ha aprobado cuatro facturas de gastos para Iraq con fondos que alcanzaban los 204.400 millones de dólares y está pendiente de aprobar un fondo-puente por 45.300 millones de dólares más para cubrir las operaciones hasta que se pueda conseguir que pase otro paquete suplementario de gastos, según parece para la primavera de 2006. Hay rumores de que ha habido otro fondo suplementario por valor de 30.000 millones de dólares.
La parte del león de la financiación se la llevan las operaciones diarias, seguidas a continuación por las compras de nuevo equipamiento. El dinero se gasta también en el mantenimiento del equipamiento y en proporcionar fondos a los miembros de la coalición y en entrenar a las tropas iraquíes. A diferencia de los esfuerzos para liberar ayudas en la situación del huracán, donde el dinero llega a las víctimas concretas, los iraquíes no están recibiendo gran cosa de toda esa financiación.
El impacto doméstico de la guerra
Z.: ¿Cuál es el impacto del coste de la guerra de Iraq en el presupuesto federal? Hemos oído decir que los recortes de presupuesto en el caso de las inundaciones de Luisiana eran debidos a la guerra de Iraq, ¿qué hay de verdad en ello?
L.: Los gastos motivados por la guerra y ocupación en Iraq tienen un efecto a largo plazo en la economía estadounidense. En agosto de 2005, la Oficina Presupuestaria del Congreso estimó que el coste de continuar con las guerras en Iraq y Afganistán en los niveles actuales casi duplicaría el déficit del presupuesto federal previsto para los próximos diez años.
En junio de 2004, Walter Maestri, director administrativo de emergencias para Jefferson Parish, dijo a The Times-Picayune: «Parece que se ha trasladado el dinero del presupuesto presidencial a cuestiones de seguridad interior y a la guerra en Iraq, y supongo que es el precio que tenemos que pagar». Ron Fournier, de Associated Press, informó que el pasado año el Cuerpo de Ingenieros del Ejército había pedido 105 millones de dólares para programas de previsión de huracanes e inundaciones en Nueva Orleáns. La Casa Blanca repartió unos 40 millones de dólares. En el proceso presupuestario se tuvieron que hacer equilibrios de forma clara. Y mientras se recortaban los fondos para proyectos en el país, la administración estaba trasladando 500 millones de dólares para las instalaciones de la embajada en Iraq.
Z.: ¿Cuál fue el impacto en otros programas sociales y en los subsidios a los veteranos?
L.: La combinación efectuada por la Administración Bush de gastos masivos en la guerra y disminución de impuestos a los más poderosos da como resultado menos dinero para gastos sociales. El presupuesto federal de la administración de 2006, que no incluye financiación para la guerra de Iraq, adopta una línea dura con los gastos domésticos -reduciendo o eliminando más de 150 programas federales. También congela virtualmente la financiación para programas domésticos discrecionales que no sean los dedicados a seguridad interior. Entre los programas que la Administración Bush trata de eliminar figuran los de educación vocacional y de adultos, una serie de programas asociados con desarrollo comunitario, subvenciones a las agencias de protección del medio ambiente, ayudas para desarrollar energías de bajo presupuesto, control de enfermedades, tratamiento de abuso de drogas, administración sanitaria y seguridad ocupacional y seguridad pública.
El Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA, en sus siglas en inglés) preveía que en 2005 23.553 veteranos regresarían de Iraq y Afganistán necesitando cuidados médicos. En junio de 2005, el secretario de VA, Jim Nicholson, revisó el número y dio una cifra de 103.000. El error de cálculo llevó a un déficit de 273 millones de dólares en el presupuesto de VA para 2005, y teniendo en cuenta que entre una tercera y una cuarta parte de todos los soldados que regresen van a necesitar cuidados en las instalaciones de VA, estos costes se van a disparar en años futuros.
El impacto sobre Iraq
Z.: ¿Cuál es el impacto de la guerra y la ocupación en la economía iraquí?
L.: Las cifras de desempleo oscilan actualmente entre un 20 y un 60 por cien. En comparación, durante la Gran Depresión, el desempleo estadounidense alcanzó el punto álgido en un 25%. Los efectos han sido desastrosos para el pueblo iraquí. Hasta un 60% de la población depende de donaciones y la media de ingresos ha caído de 3.000 dólares en los años ochenta del pasado siglo a 800 dólares en 2004. El gobierno iraquí, bajo presiones presupuestarias, advirtió recientemente que los ministros del gobierno «[…] podrían llevar a cabo sus tareas con sólo entre el 40-60 por cien de sus empleados». Esta situación sería devastadora ya que el gobierno emplea casi a la mitad de los 6,5 millones de personas que conforman la fuerza de trabajo en Iraq.
El gobierno estadounidense dice que ha intentado dar alternativas a esa situación involucrando a más iraquíes en tareas de reconstrucción, pero se sabe que sólo está empleando a 122.533 iraquíes en el sector civil. Además, hasta agosto de 2005 sólo se habían gastado 7.700 millones de dólares de los 18.400 previstos para la reconstrucción.
Está claro que los altos niveles de desempleo están alimentando la resistencia al poner, en palabras de un oficial del Ejército estadounidense, «[…] demasiados hombres jóvenes enfadados, sin esperanza de futuro, en la calle». Este hecho ha devenido en una combinación mortal, ya que la tarifa por poner bombas en la calle en algunas zonas de Bagdad fluctúa entre 100-300 dólares, mientras que el salario de un soldado iraquí puede llegar a los 340 dólares al mes.
Permanecer en Iraq
Z.: Ha habido informes sin consistencia acerca de si EEUU está construyendo bases militares permanentes en Iraq. He tenido activistas que han hablado con el Senador John Warner, quien proclama que no se están construyendo bases permanentes. Otros miembros del Congreso, como Jim McGovern dicen que existe dinero que se está destinando a construir bases permanentes. ¿Dónde está la verdad? Si se están construyendo esas bases, ¿cuántas son y con qué objetivo?
L.: A pesar de lo que muchos oficiales estadounidenses declaran, EEUU está haciendo planes, a nivel militar, para una permanencia a largo plazo en Iraq. Las facturas más recientes de gastos que pasaron por el Congreso para la guerra de Iraq contenían 236,5 millones de dólares para construcción de bases permanentes. La solicitud original del Departamento de Estado sobre estos fondos señalaba:
«Esta propuesta permitirá que el Ejército disponga de instalaciones temporales y en algunos casos muy limitados, instalaciones permanentes. […] Estas instalaciones incluyen barracas, espacios administrativos, instalaciones de mantenimiento de vehículos, instalaciones aéreas, barracas de movilización-desmovilización e instalaciones de apoyo comunitario.»
Normalmente, EEUU opera en unos 106 lugares por todo Iraq. Eso supone una amplia presencia en un país del tamaño de California. En su origen, muchas de estas bases eran designadas con nombres desvergonzados, como «Campo Asesino», «Base de Operaciones Avanzadas Dragón de Acero» y «Campo de los Cazadores de Cabezas». Pero a finales de 2004 han sido rebautizadas con otros subtítulos, como Campo Prosperidad, Campo Liberación y Campo Libertad. Se informó en mayo de 2005 de que hay planes para concentrar las tropas estadounidenses en cuatro inmensas bases posicionadas geográficamente en el norte, sur, este y oeste.
Z.: ¿Cuál es el impacto de la guerra de Iraq en la seguridad? ¿Está socavando las redes terroristas o las está extendiendo? ¿Va a tener algún impacto en la seguridad de EEUU o hará que los terroristas luchen contra nosotros en suelo extranjero, como proclama el Presidente?
L.: No había amenaza terrorista por parte de Iraq antes de que el presidente metiera a nuestra nación en la guerra, pero un oficial de Amenazas Transnacionales de la CIA dijo en enero de 2005 que la guerra de Iraq ha proporcionado en la actualidad «[] un campo de entrenamiento, un campo de reclutamiento y la oportunidad para mejorar habilidades técnicas [para el terrorismo]». Otros miembros de la CIA están de acuerdo con esa opinión. Un informe de mayo de 2005 dice que se puede probar que Iraq será un campo de entrenamiento para extremistas islamistas más efectivo incluso de lo que fue Afganistán.
Expertos del think tank [centro de análisis] independiente de Londres, Chatham House, escribieron en julio de 2005:
«[La guerra de Iraq] ha incentivado la red de al-Qaeda de propaganda, reclutamiento y financiación, causando una división importante en la coalición, proporcionando a al-Qaeda una zona ideal de entrenamiento y de objetivos, uniendo a grupos terroristas y desviando recursos y asistencia que podrían haberse dedicado a ayudar al gobierno de Karzai y a llevar ante la justicia a Bin Laden.»
Aunque los combatientes extranjeros están considerados como los grupos más violentos en Iraq, se ha estimado que su cifra es de alrededor de 1.000 en una resistencia que oscila entre 16.000 y 40.000. En lugar de ser mercenarios a largo plazo, nuevas investigaciones del gobierno de Arabia Saudí y de un think tank israelí encontraron que la mayor parte de los combatientes extranjeros no eran antes terroristas y que se radicalizaron a causa de la misma guerra. Una estadística preocupante, teniendo en cuenta que, según la administración Bush, uno de los objetivos más importantes de esta guerra era la de contener al terrorismo futuro.
Junto con las secuelas del huracán, la guerra en Iraq ha conseguido que en la actualidad seamos mucho menos seguros, tanto en casa como en el exterior.
Notas de IraqSolidaridad:
1. Consultar: www.ips-dc.org/iraq/quagmire
2. De esta autora puede leerse en la editorial Hiru, colección Sediciones 21, 2002, «El ‘Eje del Mal’ y más allá», con textos de Carlos Varea y Hans Koechler. En IraqSolidaridad puede leerse de la autora: Sobre las elecciones en Iraq
3. Esta cantidad es superior al coste durante los meses de la invasión y primer año de ocupación de Iraq.
IraqSolidaridad (www.nodo50.org/iraq), 29 de septiembre, 2005
Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Sinfo Fernádez