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El derecho a la salud según ACTA

Fuentes: CríticaPura

Cuando parecía que ya sabíamos todo acerca de ACTA nuestros tan calificados negociadores tienen algo más bajo la manga o dentro el sombrero para que no perdamos nuestra capacidad de asombro. Así es esto, mientras tu y yo tratamos de encontrar las oportunidades posibles para hacer entender a los negociadores que están a punto de […]

Cuando parecía que ya sabíamos todo acerca de ACTA nuestros tan calificados negociadores tienen algo más bajo la manga o dentro el sombrero para que no perdamos nuestra capacidad de asombro. Así es esto, mientras tu y yo tratamos de encontrar las oportunidades posibles para hacer entender a los negociadores que están a punto de cerrar un tratado histórico y no precisamente por representar el progreso que la humanidad necesita, existe un «amigo» auto-legitimando su atrocidad con spots que aún se pueden escuchar aproximadamente cada 20 minutos en MVS Radio.

Honestamente da mucha pena que alguien tenga que transmitir su trayectoria profesional por radio para sentir que lo que hace es laudable. No importa qué digan o qué hagan, el IMPI atenta contra tus derechos más fundamentales.

Colaboro con distintas organizaciones de la sociedad civil, principalmente sobre temas de jóvenes y VIH. Trabajo para el programa de VIH de Espolea A.C. y también soy uno de los coordinadores de la Red Latinoamericana de jóvenes viviendo con VIH (Jóvenes Positivos). Si te preguntas qué hago escribiendo sobre ACTA verás que tengo más relación con este tratado de la que me gustaría tener, puedo nombrarte un sinfin de consecuencias que repercutirían en nuestras vidas si ACTA fuera aprobada tal y como está el día de hoy.

ACTA significa mucho más que un montón de grandes corporaciones repartiéndose el pastel y viendo la manera de colocar sus intereses de la mejor manera posible, en secreto y sin avisar. Si analizamos de cerca lo que ACTA implica, parece ser la mejor cara de la desesperanza para finales de la primer década del siglo XXI, es la manera en la que imperios, monopolios, industrias y oportunistas se arrebatan, entre otras cosas, el derecho a la salud, el tuyo, el mío y el de muchos millones más.

Para poder entenderlo de forma más clara, hay que analizarlos desde una perspectiva social. Hoy ACTA no sólo está negociando «protecciones» a la Propiedad Intelectual, están negociando también que cerca de 10 millones de personas que viven con VIH en urgencia de recibir tratamiento anti-retroviral corran peligro de no recibirlo, que más de 4 millones que ya reciben tratamiento corran el riesgo de que sea suspendido y que las metas de acceso universal que fueron prometidas ante las Naciones Unidas por todos los países que curiosamente hoy negocian ACTA no se cumplan. Todo esto bajo el llamativo disfraz de velar por la seguridad pública.

Quiénes han negociado el ACTA se han empeñado en violar la mayor cantidad de derechos posible, incluso si esto implica arriesgar la vida de millones aún mejor. Resulta ilógico tratar de regular en un mismo tratado todo lo referente a la propiedad intelectual, derechos de autor, medicamentos, genéricos y patentes; sin embargo, la lógica no ha funcionado del todo bien. Un monstruo como ACTA, no sólo mal negociado, sino hecho a las espaldas de la ciudadanía y en secreto, traerá a nuestras vidas consecuencias irreparables, incorporando en un tratado global conceptos que incluso contravienen las disposiciones internacionales en materia de derechos humanos a las que los países se han comprometido. Las grandes industrias farmacéuticas también han querido llevarse parte del pastel negociando con ACTA y lo han estado pidiendo desde hace tiempo. Desde hace años han tramado junto con el Consejo Europeo la mejor manera de cerrar las puertas a los medicamentos genéricos fabricados en India, comenzaron negociando un Tratado de Libre Comercio imponiendo candados completamente arbitrarios y sin un ápice de conciencia sobre lo que puede pasar a los países que dependen de los medicamentos genéricos que vienen de India.

Esta vez no podían perder la oportunidad con las negociaciones de ACTA para no sólo castigar a India, sino a todo aquel que produzca, distribuya y consuma alguno de estos medicamentos genéricos. Por supuesto a los negociadores no les importa el momento tan desafortunado en el que llegan sus propuestas a la respuesta mundial en respuesta al SIDA y las razones para que no les importe son obvias, la competencia que los medicamentos genéricos ha causado resulta un tanto inconveniente a sus grandes fortunas, sin importarles que esto significa uno de los más grandes avances en la salud pública mundial.

El tratamiento Anti-Retroviral (TAR) bajó sus precios un 99% desde el año 2000 gracias a la producción de medicamentos genéricos; un TAR que costaba $10,000 USD al año por paciente hoy cuesta $70 USD al año por paciente. De 2003 a 2008 17, 647 instituciones de 115 países de bajo y medio ingreso compraron TAR con el apoyo de grandes donantes.

Sin embargo, aunque estos hechos han representado un gran logro de la respuesta mundial al SIDA, el panorama aún no parece muy alentador. Los negociadores de ACTA parecen muy decididos a revertir estos logros y elevar nuevamente los precios de los tratamientos genéricos para personas viviendo con VIH en países en desarrollo, especialmente en África.

ACTA pretende «regular» los medicamentos genéricos bajo la misma lupa de los derechos de autor y la propiedad intelectual. Los países negociantes han incluido muy cínicamente los medicamentos genéricos en ACTA declarando que éstas reglas son necesarias para evitar medicamentos falsos, sin importarles que lo dispuesto por ACTA contradiga lo ya regulado en el Acuerdo de la OMC sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), en dónde si se especifica la libertad de cada país para regular sus patentes en caso de que se considere que es una situación que pudiera vulnerar el derecho a la vida y la salud de sus ciudadanas(os).

Muchos países no están relacionados directamente a las negociaciones de ACTA y no obstante desde junio del 2008 los principales países negociadores, y específicamente el Consejo Europeo, han dejado claras sus intenciones por presionar para que muchos otros países firmen el tratado y se adhieran a las regulaciones que ahí se establecen. México es parte de este bloque de países que, bajo argumentos poco claros, se han incorporado a las negociaciones con la flamante representación del Instituto Mexicano de la Protección Industrial (IMPI).

ACTA plantea también obliga a otros países con diferentes legislaciones sobre patentes y propiedad intelectual a obstaculizar la manufactura, distribución y disponibilidad de tratamientos médicos genéricos. Con esto se otorgaría toda la libertad a los países y aduanas de prohibir el tránsito de dichos tratamientos sin importar que la legislación sea distinta en el país que exporta y en el que importa, violentando así la soberanía de los mismos reteniendo miles de medicamentos que desafortunadamente requieren transitar por Europa para llegar a los países que más los necesitan.

Aunado a esto, ACTA no representa protección alguna a pacientes o personas que dependen de dichos tratamientos, mucho menos previene el abuso para evitar la producción de medicamentos falsos, ACTA tan sólo es un acuerdo que busca, a toda costa, colocar los intereses de la industria por encima de los intereses de la sociedad en general.

De hecho, ACTA tendría exactamente el efecto contrario sobre los medicamentos, pues estaría bloqueando la competencia entre farmacéuticas por lo que los precios de los TAR subirían desmedidamente, abriendo así el espacio perfecto para la generación de un mercado negro y la producción de medicamentos falsos. El crecimiento de la demanda conjugado con los altos precios de los tratamientos generará tal impacto que muy probablemente ayudará la aparición de medicamentos falsos para abusar de la gran necesidad de las personas afectadas, estos escenarios ya se han visto antes y no son tan difíciles de predecir.

Por si fuera poco, con la aprobación de ACTA se pondrá también en riesgo a terceros que busquen adquirir medicinas genéricas, pues se ha propuesto también la cacería de proveedores de ingredientes de activos farmacéuticos utilizados para producir medicinas genéricas, así como distribuidores y minoristas de medicamentos genéricos y ONG que proveen tratamientos con base en medicamentos genéricos.

Más aún, una cacería de este tipo tendría efectos incalculables para cualquier persona involucrada en la producción, venta y distribución de medicamentos genéricos, incluso aquellas organizaciones de la sociedad civil que como estrategias de salud pública han creado bancos de medicamentos en sus filiales en Europa, tal como el caso de Médicos sin Fronteras. Con ACTA no sólo se reforzará la criminalización y estigmatización de aquellas poblaciones que has sido más afectadas por el VIH, ahora también se busca la criminalización para aquellos que intentaran proveer tratamientos de calidad a bajo costo.

2010 ha sido un año crucial en la respuesta mundial al SIDA. El Fondo Mundial para la lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria presenta actualmente una gran crisis de recursos justo ahora en que los resultados han comenzado a tener un impacto en las estadísticas. El Fondo Mundial es el único mecanismo de financiamiento que ha incluido a las poblaciones afectadas en todos sus niveles por lo que es de los principales consumidores de TAR alrededor del mundo. Gracias a ello, millones de personas que antes sólo soñaban con recibir tratamiento tienen una esperanza.

Los países y principales donantes del Fondo Mundial éste año no han otorgado la cantidad de dinero necesaria para que este mecanismo de financiamiento cumpla con sus funciones básicas, si sumamos a esto la posible consolidación de ACTA y el aumento de precios en tratamientos médicos genéricos que esto representaría, tendremos un elemento importante para comenzar a pensar que el Fondo Mundial podría colapsar.

Por otro lado, ONUSIDA ha comenzado a hablar de tratamientos nuevos (tratamiento 2.0) para países en desarrollo. UNITAID es uno de los grandes programas de Estados Unidos dedicado a la compra masiva de TAR, también encargado de crear programas mundiales para que los precios de los TAR bajen. Tan sólo éste año destinará $156.5 mdd para la compra de tratamientos de segunda línea para las personas viviendo con VIH que han generado resistencia a los medicamentos de primera línea. Además financiará la compra de tratamientos para 330.000 niños y niñas de 40 países en desarrollo, comprometiendo $407 mdd en total para TAR sólo en éste año.

Resulta por ello irónico que Estados Unidos sea uno de los países negociadores de ACTA y uno de los países que más compra medicamentos genéricos para distribuir en otros países. Aun cuando sufrieron el año pasado la detención de un cargamento proveniente de India en los Países Bajos. Sin embargo, los efectos que ACTA podía tener sobre estos programas resultan aún inciertos. Como resultado de negociar un «tratado secreto» se ha desarticulado completamente a las partes involucradas, en donde los afectados ya ni si quiera saben lo que están firmando, siendo muy posible que las negociaciones ya no sean llevadas a cabo en persona, pues se buscará que todo sea mediante acuerdos a distancia. Es así como se está negociando nuestra salud.

Si México pudiera responder a sus propios principios de democracia abriría las negociaciones. Si el IMPI estuviera tan seguro de que ACTA es un tratado limpio hablaría claro de sus consecuencias. Aunque se entiende que un Instituto que ha sobrevivido 15 años con el mismo director no tenga los mecanismos más idóneos para funcionar y que los derechos y las vidas que se pongan en riesgo no importan mucho. El siguiente paso es crucial, el Senado de la República votará y decidirá si México está o no dentro de ACTA.

¿Qué necesitas para estar seguro(a) de que ACTA te afecta a ti y a millones más? Como ciudadano, como persona joven viviendo con VIH y como ser humano quiero actuar para que ACTA no viole nuestros derechos. No seamos espectadores, obliguemos al Senado a votar en contra de ACTA y a que instituciones como el IMPI sean transparentes y representen los verdaderos intereses de sus ciudadanos(as).

#STOP #ACTA! Pablo Torres Aguilera / Tuiter: @ptaguilera

Director de Programa de VIH

Espolea A.C.

[email protected]

Fuente: http://criticapura.com/el-derecho-a-la-salud-segun-acta/2010/10/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+CriticaPura+%28Cr%C3%ADtica+Pura%29

rCR