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El Gobierno títere iraquí trata de apuntalar su control del sur de Iraq

Fuentes: Gara

El Ejército del Irak ocupado lanzó ayer una operación para retomar el control total de la ciudad de Amara (sur) y para arrebatárselo a milicias chiítas hostiles a la invasión estadounidense después de que a medianoche del miércoles expirara el plazo del ultimátum lanzado por el primer ministro, Nuri al-Maliki, para su desarme y entrega. […]

El Ejército del Irak ocupado lanzó ayer una operación para retomar el control total de la ciudad de Amara (sur) y para arrebatárselo a milicias chiítas hostiles a la invasión estadounidense después de que a medianoche del miércoles expirara el plazo del ultimátum lanzado por el primer ministro, Nuri al-Maliki, para su desarme y entrega.

La operación, bautizada con el nombre de «Profecía de la Paz», dio comienzo a las dos de la madrugada. «Registramos cada casa, sobre todo las que sospechamos de que podrían albergar arsenales, además de los edificios públicos y la escuelas», señaló un general iraquí.

El portavoz de la Policía de la provincia de Missane, de la que Amara es la capital, anunció la detención de 16 personas, «entre ellas figuras clave del Ejército de El Mehdi y funcionarios».

El Ejército de El Mehdi es la milicia del movimiento chiíta al-Sadr, contrario a la ocupación. Pese a que el primer ministro al-Maliki instó a no centrar el operativo en este movimiento, entre los detenidos se halla el prominente dirigente de este grupo político y alcalde de la ciudad, Rafeh Abdel Jabbar.

Desde la ciudad santa chiíta de Nayaf, más al norte, Liwa Smayssem, jefe de la oficina política del movimiento sadrista, denunció estos «arrestos realizados a traición». «Las redadas no deberían ser utilizadas con fines políticos», lamentó.

El portavoz de la oficina de al-Sadr en Missane, Adnan al-Silaui, denunció que la operación incluyó «muchos abusos, se aterrorizó a familias y en algunos casos, se les insultó». «Todos los detenidos hasta el momento pertenecen a la corriente de al-Sadr y no son proscritos».

Operaciones similares en los últimos meses contra Basora y Medina al-Sadr, inmensa barriada chiíta de Bagdad, se saldaron con centenares de muertos. El Gobierno colaboracionista, liderado por formaciones igualmente chiítas pero alineadas con el ocupante estadounidense, fue acusado de provocar al movimiento sadrista al arrestar sistemáticamente a sus líderes.

Durante las primeras horas del día, decenas de policías y soldados iraquíes patrullaban las calles de Amara, ciudad de 250.000 habitantes sobrevolada por helicópteros estadounidenses. Muchos habitantes se refugiaron en sus casa y muchas tiendas permanecían cerradas. Los atascos de tráfico se hacían cada vez mayores mientras la Policía registraba los vehículos que entraban a la ciudad, buena parte de la cual estaba bajo toque de queda. Las carreteras a las vecinas provincias de Qadissiya y Zi Qar fueron cerradas para impedir posibles fugas.

El objetivo de esta operación es recuperar el control de la provincia de Missane.