Los tópicos, la costumbre como elemento literario. «Nunca más preguntó, nunca más pidió, nunca más se ofreció.» Dulce Chacón en «Un amor que no mate», perteneciente a «Trilogía de la huida», (las otras dos novelas no están a la misma altura) escribe sobre la costumbre para reventarla desde dentro. Las costumbres con las que trabaja […]
Los tópicos, la costumbre como elemento literario. «Nunca más preguntó, nunca más pidió, nunca más se ofreció.» Dulce Chacón en «Un amor que no mate», perteneciente a «Trilogía de la huida», (las otras dos novelas no están a la misma altura) escribe sobre la costumbre para reventarla desde dentro.
Las costumbres con las que trabaja Dulce Chacón son el menosprecio y la violencia hacia la mujer.
El machismo es una bomba de racimo. Cuando tiran una bomba de racimo estalla esparciendo bombas más pequeñas que quedan sin explotar y que tienen formas atractivas para confundir a quien se acerca a ellas, para explotar en las manos o bajo los pies de quien las toca. El machismo se difunde a través de muchos canales , es una bomba de racimo y las mujeres y los hombres conscientes, que los hay, deben hablar claro y ejercer de revulsivo para que desaparezca de todos los medios por los que lo siembran, y a los machistas que están esparcidos retirarlos a donde no puedan hacer daño a nadie.
El machismo es una bomba de racimo y Dulce Chacón pone sobre la mesa la bomba que contiene esas otras bombas que se le desprenden para caer como objetos atractivos, con formas, hábitos, costumbres sociales que como la hojarasca tapa y, barrida esa hojarasca queda a la vista a que clase de individuo tapa.
En la narración de «Algún amor que no mate» utiliza la primera y la tercera persona; la primera al comienzo y al final para acercarse al lector con acontecimientos duros en la vida de la mujer protagonista, y la tercera para hablar del mundo inconfesable en el que vive y que necesita cierta distancia para que el lector juzgue o vea el juicio que hace sobre esa intimidad terrible de anulación, maltrato físico y muerte. La protagonista tiene gestos de resistencia, de rechazo, palabras, pero que nunca los pone en practica o nunca los lleva al final, son deseos de un día, son propósitos que se desechan antes de llevarlos a cabo, sin continuidad, y es que está atada mentalmente, se subestima y es tanta la dependencia y el miedo al bestia. La voz que emplea Dulce Chacón, voz en apariencia sencilla, está trabajando sobre una estructura fragmentada en secuencias que en buena parte funcionan como microrrelatos, con ello hace observaciones de la actitud y el comportamiento machista, así como de la mujer dominada, todo a partir de situaciones de la vida diaria. La estructura de fragmentación es una bomba de racimo para quien lee: narra, en cada parte las condiciones de la vida íntima y el comportamiento acostumbrado de las mujeres con los hombres machistas. A la mujer, que se cree el papel tradicional, el marido bomba de racimo le arruinará la vida: primero, en el noviazgo llama su atención y la domina, la compra a base de atenciones, en el matrimonio la va haciendo de menos, después la aparta de todo contacto, y a continuación, en el vacío la maltrata, y para terminar la mata.
Con la amante pretende repetir el carácter de pequeña bomba de racimo, pero la amante es más independiente. A los suegros los controla, ellos también obedecen a la gran costumbre social de cada uno en su casa es dueño de la mujer. A su propio padre lo domina. Con su madre tiene una relación que en diferentes aspectos parece que puede ser sexual, … ; en fin, el machismo difundido como sistema de vida, bomba grande de racimo deja sus pequeñas bombas que primero atraen y luego explotan causando heridas y muertes.
Dulce Chacón quiere que el lector, la lectora, se informen, sepan, saquen conclusiones sobre el maltrato a las mujeres, sobre el machismo, sobre esas bombas de racimo, y para estar segura de ello tiene que detallar, exponer con claridad meridiana. Dulce Chacón sabe que la colaboración con el sistema que genera esa norma de comportamiento criminal está en la imprecisión, en la banalidad de quien habla o escribe de ello, sabe que generalizar es no decir nada, que los educadores en el cinismo machista ponen capas y capas de excusas, de observaciones que relativizan su importancia, si no tratan de justificarlo. Dulce Chacón sabe que contra el machismo, como contra tantas cosas, hay que ser concreto en lo que se haga, y la palabra es una forma de acción.
Dulce Chacón, que nos dejó su gran novela «La voz dormida», imprescindible para una lectura de la lucha antifranquista, también escribió contra el machismo de una forma tal que tras la lectura nadie sale indemne; esto es una bomba de racimo antimachista.
Título: Un amor que no mate (perteneciente a Trilogía de la huida).
Autora: Dulce Chacón.
Editorial: Alfaguara.