El Ejército de EEUU encargó el año pasado un vehículo que protegiera adecuadamente a sus soldados contra las bombas que suponían el 40% de sus bajas en Irak. El pasado viernes, el secretario de Defensa, Robert Gates, aseguró que el nuevo vehículo, conocido como MRAP, «había demostrado ser un salvavidas en el campo de batalla». […]
El Ejército de EEUU encargó el año pasado un vehículo que protegiera adecuadamente a sus soldados contra las bombas que suponían el 40% de sus bajas en Irak. El pasado viernes, el secretario de Defensa, Robert Gates, aseguró que el nuevo vehículo, conocido como MRAP, «había demostrado ser un salvavidas en el campo de batalla».
Un día después, se produjo la primera muerte de un soldado a bordo del nuevo vehículo en el sur de Bagdad. Una explosión hizo volcar el transporte, de 18 toneladas, acabó con la vida del militar situado en la torreta y provocó heridas a otros tres ocupantes en el interior.
«Es un gran vehículo, pero no es perfecto», dijo a The New York Times el teniente coronel Kenneth Adgie, al mando del batallón del soldado fallecido. Los militares explican ahora que el MRAP no es invulnerable y que una bomba lo suficientemente potente puede destruir cualquier vehículo. «El compartimento donde iban el resto de soldados está intacto. Esa explosión pudo haber destruido una tanqueta», explicó el capitán Michael Fritz.
El Ejército cuenta con 1.500 MRAP desplegados en Irak, y sus planes son alcanzar los 15.000 con un coste de 22.400 millones de dólares. En los últimos años, la insurgencia ha ido mejorando la efectividad de las cargas que situaba al paso de los militares por lo que EEUU decidió el año pasado frenar la principal causa de muerte de sus soldados. Primero reforzó el blindaje de los Humvee y después encargó los MRAP.
Los militares ya se han hecho a la idea. «Antes de esto pensábamos que los MRAP eran indestructibles. Tras pasar por delante de los restos te das cuenta que nada es indestructible», comentó Matthew Gregg, artillero que ocupa el puesto en la torreta.