Las noticias sobre la violencia sectaria que asola Iraq [1] ocultan un hecho que un reciente informe secreto de nueve páginas de la Agencia de Inteligencia Militar (DIA, de su nombre en inglés: Defense Intelligence Agency) del Pentágono reconoce abiertamente: que la actividad de la resistencia va en aumento [2]. Las cifras sobre bajas mortales […]
Las noticias sobre la violencia sectaria que asola Iraq [1] ocultan un hecho que un reciente informe secreto de nueve páginas de la Agencia de Inteligencia Militar (DIA, de su nombre en inglés: Defense Intelligence Agency) del Pentágono reconoce abiertamente: que la actividad de la resistencia va en aumento [2]. Las cifras sobre bajas mortales y heridos en combate, y sobre el número de ataques así lo confirman. La realidad sobre el terreno es contumaz: en contra de lo anunciado, EEUU sigue aumentando el número de sus efectivos en Iraq, hasta 140.000 en estos días, 13.000 más que apenas un mes atrás, la cifra más alta en 2006 [3].
El balance de agosto
Agosto ha sido el segundo mes más mortífero para las fuerzas de ocupación en lo que va de año, tras abril. Este pasado mes han muerto en combate 58 soldados estadounidenses (además de siete más fallecidos por «causas no hostiles»), frente a los 38 caídos en acción en julio [4]. La media diaria de bajas estadounidenses por ataques de la resistencia se sitúa así de nuevo por encima de dos soldados. También ha muerto en agosto un soldado británico en Basora el 1 de agosto como consecuencia de un ataque con morteros.
La tónica en los primeros días de septiembre es la misma, con hasta ocho soldados de EEUU muertos en una sola jornada, la del día 3, en ataques en Bagdad, Baquba (Diyala), al-Anbar y Mosul. Dos británicos morían asimismo el día 4 en una emboscada en la localidad de ad-Dayr, al norte de Basora, según informa el ministerio británico de Defensa.
En las primeras semanas del mes de agosto y últimas del mes anterior, el aumento de ataques de la resistencia contra las fuerzas de ocupación se asoció a la ofensiva de la ofensiva de Israel contra Líbano [5]. Efectivamente, según afirmaba el Frente Patriótico Nacionalista e Islámico (FPNI), en un comunicado difundido el 3 de agosto [6], este aumento de acciones armadas de la resistencia iraquí sería «[…] la plasmación de [su] apoyo efectivo y operacional a la resistencia libanesa en la lucha contra sus agresores sionistas». El FPNI, plataforma política de las organizaciones armadas iraquíes [7], informaba entonces que desde la fecha de inicio del ataque de Israel contra Líbano, el 11 de junio, y hasta la difusión de su comunicado, la resistencia iraquí había llevado a cabo más de 2.650 acciones armadas en todo Iraq. Según el FPNI, a las acciones de la resistencia contra las fuerzas de ocupación se unieron ataques contra centros vinculados a Israel y sus servicios secretos en Iraq.
La resistencia afirmaba en agosto que EEUU estaba rebajando el número de sus bajas en combate en Iraq como consecuencia de la situación regional creada por la agresión militar de Israel contra Líbano, y que el número de vehículos blindados estadounidenses destruidos en julio alcanzaba el medio centenar [8]. Ciertamente, por ejemplo, el Pentágono no ha incluido como muertos en combate a dos tripulantes fallecidos el día 9 de agosto en la caída de un helicóptero Black Hawk en al-Anbar, incidente que EEUU no ha querido reconocer como un derribo por parte de la resistencia. Además, un 30% de los miembros de las fuerzas armadas de EEUU son soldados -la mayoría latinoamericanos- que aún no tienen la nacionalidad estadounidense, y que cuando mueren en combate no son contabilizados por el Pentágono como bajas. Se desconoce su número en Iraq y solo ocasionalmente se informa de la concesión de la nacionalidad a alguno de ellos en ceremonias celebradas en el mismo Iraq, a veces tras ser heridos en combate o con carácter póstumo [9].
En cualquier caso, una vez aprobada la resolución sobre Líbano en el Consejo de Seguridad y alcanzado el alto el fuego, la actividad de la resistencia iraquí contra los ocupantes, antes que reducirse, se ha mantenido, con jornadas particularmente sangrientas para EEUU, como la del día 27, fecha en la que murieron al menos 10 soldados estadounidenses en ataques en varias provincias del país, siempre según datos oficiales del Pentágono.
Al-Anbar: nuevas tácticas
El aumento de la actividad armada se ha dejado notar sobre todo en la provincia de al-Anbar. Esta es la provincia occidental de Iraq, fronteriza con Siria y Jordania, que alberga a lo largo del río Éufrates ciudades donde en estos años se han registrado fuertes enfrentamientos entre tropas de ocupación y resistentes: Faluya, al-Qaim y Hadiza, además de Ramadi, la capital. Mandos militares del Cuerpo de Marines en al-Anbar confirman este incremento de ataques de la resistencia en la zona [10]. El pasado mes de junio las tropas de EEUU lanzaron contra Ramadi un nuevo operativo militar para intentar recuperar el control de esta capital provincial, de medio millón de habitantes. Ramadi está situada a 100 kilómetros al oeste de Bagdad. El Pentágono anunciaba su reocupación el pasado 26 de junio [11]. Pese a ello, de las bajas estadounidenses que el Pentágono reconoce haber tenido en agosto, la mayoría de ellas se han producido como consecuencia de ataques en la provincia de al-Anbar, muchos de ellos en Ramadi y sus alrededores [12]. El número de ataques diarios reconocidos por el Pentágono en la zona es ahora de 50 [13]: «Como en el resto de Iraq, en estos momentos el número de ataques [de la resistencia] es mayor», reconocía el pasado 2 de agosto el general Richard C. Zilmer, máximo mando militar del Cuerpo de Marines en Iraq [14].
La resistencia estaría además adoptando nuevas tácticas de combate en al-Anbar [15], en una tendencia al incremento de ataques y enfrentamientos sostenidos con los ocupantes, un ensayo que se habría iniciado en esta provincia y extensible a otras tal y como confirmaban recientemente interlocutores de la resistencia a la Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq (CEOSI). Oficiales estadounidenses señalan que la resistencia está modificando sus tácticas de ataque en al-Anbar, recurriendo a unidades guerrilleras integradas por «exploradores» y combatientes provistos de armas ligeras y lanzagranadas, que coordinan sus ataques contra las patrullas y convoyes de marines, operativos que combinan la explosión de bombas caseras y emboscadas. «Nosotros cambiamos nuestras tácticas, ellos cambian las suyas. Nosotros les observamos y ellos nos observan a nosotros. Es un gran juego del gato y el ratón», comenta un sargento [16].
Por ello, los marines (también debido a las altas temperaturas) están limitando sus desplazamientos y patrullajes a la caída de la noche, cuando pueden hacer uso de sus sistemas de visión nocturna, de los que carece la resistencia iraquí y que por el contrario han dotado (junto a nuevas generaciones de misiles tierra-tierra) a los combatientes de Hezbollah de una gran eficacia operativa frente a las tropas israelíes en el sur de Líbano.
Más ataques y más sofisticados
La evolución del número de bajas mortales en combate entre los soldados estadounidenses en Iraq no es necesariamente un indicador fiable de la actividad de la resistencia debido a las medidas de autoprotección puestas en marcha por el Pentágono, que habrían estabilizado el número de caídos en acción. Un indicador más fiable es propio número de ataques que sufren los ocupantes, particularmente por medio de los denominados «artefactos de fabricación casera», los IED (de su nombre en inglés, Improvised Explosive Devices), el arma más característica de la resistencia iraquí [17], que los instala en las carreteras y autopistas para ser explosionadas por control remoto (utilizando cualquier mando a distancia -de televisión, garaje, etc.- o móviles como activadores) al paso de convoyes militares. Según el Pentágono, el número de IED colocados por la resistencia en julio fue el más alto desde el inicio de la ocupación, mientras que el número de ataques en general -no solamente con IED- contra los ocupantes y las nuevas fuerzas de seguridad iraquíes se ha duplicado desde enero de este año en el conjunto del país [18]. El 70% de las bombas de cualquier tipo explosionadas en Iraq en julio de 2006 tuvo por objetivo a las tropas extranjeras de ocupación y el 20% a los nuevos cuerpos de seguridad iraquíes; el 10% restante corresponde a ataques indiscriminados o sectarios contra civiles, de los cuales la resistencia no se hace responsable.
En lo que respecta solo a los IED y según el mencionado informe de la DIA (que lleva por título Iraq Update), mientras que la resistencia colocó en enero de 2006 1.454 artefactos de este tipo, en julio fueron 2.625, de los cuales 1.666 fueron explosionados al paso de convoyes o patrullas militares de los ocupantes y fuerzas iraquíes asociadas a éstos, mientras que el resto fueron detectados antes de ser activados por los combatientes iraquíes. Desde mediados de junio hasta mediados de julio, siempre según el Pentágono, la resistencia habría colocado más de 240 bombas solo en las carreteras en torno a Ramadi, de las cuales la mitad fueron detonadas por los guerrilleros al paso de convoyes militares estadounidenses antes de ser descubiertas por los ocupantes [19].
Las cifras de ataques aportadas en el informe de la DIA, que es del 3 de agosto, son muchos más altas que las previamente dadas a conocer por el Pentágono, e indican que «[…] la insurgencia [resistencia] ha llegado a ser mucho más mortífera según todos los indicadores, con un número de ataques que ha alcanzado niveles históricos. La insurgencia tiene más apoyo popular y está demostrando más capacidad en número de activistas y en su habilidad para dirigir su actividad armada como nunca hasta ahora», según un responsable de inteligencia militar de EEUU citado por The New York Times [20].
3.300 millones de dólares contra los ‘IED’
Si bien están aumentando todo tipo de acciones armadas contra los ocupantes y los cuerpos de seguridad iraquíes, al Pentágono le preocupan particularmente los IED, dado que demuestran que la resistencia dispone de una notable y permanente capacidad de innovación técnica y de una red tanto de aprovisionamiento de explosivos como de información. La resistencia perfecciona y hace más mortíferos los IED a medida que los ocupantes mejoran sus tácticas de detección de los artefactos y de protección de sus vehículos, y sus innovaciones se difunden rápidamente entre los grupos armados locales en todo el país.
Esto explica que, si bien el número de soldados muertos por el estallido de los IED se ha podido estabilizar, siga aumentando el de soldados gravemente heridos que no pueden retornar al servicio, al menos 8.000 desde el inicio de la ocupación. Ciertamente, como indicábamos antes, un repliegue sobre el terreno y medidas de autoprotección explican que el número de bajas mortales entre las tropas de ocupación se mantenga estable en torno a dos soldados caídos al día en combate. Pero el número en aumento de heridos confirma que los ataques de la resistencia no disminuyen, sino todo lo contrario: tan solo en julio resultaron gravemente heridos 518 militares de EEUU, frente a los 287 de enero de este mismo año. Según estimaciones de los ocupantes, el 10% de los IED que alcanza un convoy causa alguna baja entre los solados estadounidenses.
Debido a su letalidad, el Pentágono ha presupuestado para combatir los IED 3.300 millones de dólares para 2006 [21].
Notas:
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Véase en IraqSolidaridad: http://www.iraqsolidaridad.org/2006/docs/analisis_9-08-06_varea.html.
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The New York Times, 17 de agosto, 2006.
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Reuters, 31 de agosto, 2006.
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http://icasualties.org/. En julio han muerto también en combate dos soldados salvadoreños los días 19 y 27, bajas que han coincidido con la decisión del presidente de El Salvador de renovar por séptima vez la presencia del contingente de este país, 380 soldados desplegados en provincias del centro y sur de Iraq. El Salvador es el único país latinoamericano con tropas en Iraq.
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Islam Online, 2 de agosto, 2006.
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Véase en IraqSolidaridad: http://www.iraqsolidaridad.org/2006/docs/ocup_9-08-06.html.
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Véase en IraqSolidaridad: http://www.iraqsolidaridad.org/2004-2005/docs/ocup_22-11-05.html.
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Islam Online, 2 de agosto, 2006.
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USA Today, 24 de julio, 2006.
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Associated Press, 2 de agosto y The Washington Post, 3 de agosto, 2006.
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Véase en IraqSolidaridad: http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/ocup_23-06-06.html, http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/ocup_20-06-06.html y http://www.nodo50.org/iraq/2006/docs/tropas_2006.html.
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Associated Press, 2 de agosto, 2006.
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Los Ángeles Times, 6 de agosto, 2006.
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Los Ángeles Times, 6 de agosto, 2006.
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The Washington Post, 3 de agosto, 2006.
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Véase en IraqSolidaridad: http://www.iraqsolidaridad.org/2004-2005/docs/ocup_25-10-05.html y http://www.iraqsolidaridad.org/2004-2005/docs/ocup_13-12-05.html.
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The New York Times, 17 de agosto, 2006.
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Canon S. «U.S. bomb hunters warily eye Irq roads», McClatchy Newspapers, 25 de julio, 2006).
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The New York Times, 17 de agosto, 2006.
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Canon, ob cit.
Carlos Varea es coordinador de la Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq (CEOSI, www.iraqsolidaridad.org)