Para hablar del fenómeno salsero como fundamento de la opinión publica, hay que tener en cuenta el origen y el por qué del levantamiento de las voces en contra de la opresión. La salsa se da después de que Fidel Castro y «los barbudos» suben al poder en Cuba, de acuerdo con esto y con […]
Para hablar del fenómeno salsero como fundamento de la opinión publica, hay que tener en cuenta el origen y el por qué del levantamiento de las voces en contra de la opresión.
La salsa se da después de que Fidel Castro y «los barbudos» suben al poder en Cuba, de acuerdo con esto y con las deficientes relaciones internacionales que mantenía con el resto del mundo, especialmente con Estados Unidos, afectaron notablemente el comercio de la música.
Hacia 1972, el Son Cubano estaba siendo dejado de lado, sin embargo fue gracias a un grupo de jóvenes inmigrantes que este fenómeno realmente tuvo importancia para el mundo. Estos personajes que habían salido de Puerto Rico por motivos económicos se asentaron en Nueva York, y se llamaron así mismos «Nuyorquinos».
En Nueva York, también se presentaban problemas que afectaban la identidad de los pueblos latinoamericanos, pues en los años setenta, había otros estilos musicales que se estaban imponiendo con fuerza. Los Beattles, el Twist y el Rock and Roll, marcaban la moda y el nuevo estilo musical.
Pero la suerte de la Salsa cambió por las ideas de un hombre, Izzy Sanabria se dio cuenta que era necesario unir en un solo grupo los diferentes ritmos tropicales que provenían de la música cubana, por esta razón reunió bajo el nombre de » Salsa » a ritmos como el Mambo, el Chachachá y el Jazz. Así se reunieron varios artistas que estaban decididos a entregar lo mejor de cada uno para sacar la música latina adelante. Al grupo musical que daría la cara al mundo lo conoceríamos posteriormente como La Fania, en principios este grupo fue integrado por Willie Colón, Larry Harlow, Johnny Pacheco, Roberto Roena y Bobby Valentín, poco tiempo después se unió al grupo Héctor Lavoe, Celia Cruz y Cheo Feliciano.
De este modo tenemos que la reacción que generó esta innovación musical se dio principalmente en el mundo norteamericano pero con repercusiones en toda Latinoamérica. Las principales críticas fueron lanzadas por estos artistas que habían pasado una cantidad considerable de tiempo en las calles oscuras de Nueva York. De esta manera se levantaron con canciones como Pedro Navaja, Juanito Alimaña y Plástico, que mostraron a la opinión pública qué era lo que realmente pasaba al interior de los Estados Unidos.
Sin embargo, este hecho se originó desde las voces que habían sido calladas en las regiones más pobres de Cuba antes de la revolución, pues en la salsa vieron una sociedad en la que no existían clases sociales, la salsa llegaba hasta donde ellos querían, no había restricciones.
Es así como se puede definir un problema aún más complejo en el que la Salsa se vio implicada; muchos de los artistas cubanos se vieron afectados por la restricción que se dio en la isla después de 1959, pues la revolución les afectó sus comodidades ya que el régimen social que instauró no permite privilegios, al buscar igualdad social y libertad para todos.
De acuerdo con esto se puede definir un problema general desde un hecho en particular: el origen de la salsa y los artistas que vieron la necesidad de transmitir lo que estaban sintiendo unos pocos por medio de la música, llevándola a un nivel superior en donde la voz de unos pocos pudiera dar solución a un problema que afecta a una sociedad completa.
La mayoría de estas voces se levantaron lejos de sus pueblos natales, muchos de los artistas puertorriqueños, cubanos, entre otros, tuvieron que migrar a Estados Unidos, pues desde allí tendrían una mayor difusión.
Este fenómeno se puede entender desde dos perspectivas distintas. En primer lugar se puede observar que especialmente en Centroamérica, Suramérica y el Caribe, las opresiones por parte de las partes dominantes ha sido mucho más evidente que en otros continentes como Norteamérica. En segundo lugar y en relación directa con lo anterior se puede plantear la idea de que la mayoría de los oprimidos deciden buscar un lugar con mayor «libertad», en este caso Estados Unidos.
Pero entonces qué tan determinante es la relación de esta potencia mundial en el desarrollo de países del tercer mundo, específicamente en materia de arte y más específicamente en el caso de la Salsa .
Desde este punto de vista varios autores se han puesto en la tarea de dar explicaciones acerca de esta problemática, pues también han cuestionado el derecho de la propiedad, «…de allí en adelante este proceso no tendría otra alternativa que depender de un modelo norteamericano, cuyo dominio se confirma rotundamente al concluir la primera mitad del siglo XX…» (1).
De acuerdo con Sergio Ramírez, quien pone en cuestionamiento la participación de los Estados Unidos, no sólo en el desarrollo político de los países latinos, sino que además fundamenta, que la partición económica que éste tiene sobre los mismos, afecta proporcionalmente la producción cultural, «…la sujeción cultural no se ejerce con carácter externo, sino que pasa a ser de un aparato económico y político que adquiere su instrumento más eficaz en el diseño de una integración regional» (2).
Por lo tanto se puede entender un poco más la complejidad del asunto de los artistas salseros que decidieron poner fin a estos repentinos bloqueos, por parte no sólo de sus respectivos Estados de origen, sino además por parte del Estado que estaba utilizando sus producciones culturales para enriquecerse económicamente. Tal vez por esta razón canciones como «El Emigrante», escrita en principio por Larry Harlow, manifiesta su inconformidad por las escasas oportunidades de trabajo que existían en Cuba, «…siendo mi Patria tan rica tuve que irme a otras tierras… voy a conseguir dinero pa´ poderlos mantener» (3).
Lo anterior muestra exactamente cuál era la situación que se estaba viviendo, qué tan difíciles eran las circunstancias y además las necesidad de viajar a los Estados Unidos. Estas letras demuestran que se estaban viviendo situaciones complicadas, que estaban afectando a una sociedad de latinos que buscaban la oportunidad de gritar lo que estaba sucediendo.
De esta manera salieron de la nada estos salseros que también habían huido de sus tierras y que estaban en condiciones de convertir el arte, en una forma de protesta contra todo aquello que los oprimía.
Héctor Lavoe hace una excelente critica con su canción «Juanito Alimaña», que con mucha maña, mostró un lado de la sociedad latina excluida, una sociedad que poco a poco se estaba consumiendo en la corrupción, el crimen y el vandalismo. Esta canción es un claro ejemplo de la situación social en la que se encontraban estos artistas, y que además compartían millones de personas más. Al empezar a sacar estas creaciones del barrio y los suburbios, la mayoría política se dio cuenta que realmente estaban ejerciendo una presión sobre el orden normal del estado.
Sobre esto Leopoldo Múnera es bastante radical, pues en una se sus teorías, se puede estudiar perfectamente este fenómeno, el Comunitarismo hace énfasis principalmente, a la integración de un grupo considerado de individuos que tratan de manifestar sus opiniones de manera pública, de esta manera se obtienen beneficios colectivos, que se encuentran más allá de un individuo en particular y además del control del Estado. «Pone el énfasis en la emergencia de espacios y actores colectivos no-estatales, que desde la sociedad civil producen lo público, conjuntamente con el Estado o en forma paralela a este» (4).
Con base en Múnera podemos entender el comportamiento de este grupo de artistas, que actúan de manera paralela con el Estado, pero siempre tratando de poner por encima de cualquier organización previamente su situación. Es decir desde su calidad de ciudadanos proponen nuevas ideas que tal vez satisfagan sus deficiencias sociales y encamine sus ideales hacia una esfera mucho más pública, que pueda generar opinión.
En este sentido esta opinión estaría siendo generada por un público que se siente conforme con las canciones o con el artista, siendo estos los principales actores sociales, los cuales fundamentarían aún más el hecho de lo público. Por otro lado encontramos que la mayoría de estos públicos son individuos que realmente están siendo afectados en igual o mayor medida por las opresiones, la privatización de la propiedad cultural o por el simple hecho de sentirse marginados de una sociedad que aparentemente es perfecta.
«…Oye latino, oye hermano, oye amigo, nunca vendas tu destino por el oro ni la comodidad. Nunca descanses pues nos falta dar bastante, vamos todos adelante para juntos terminar, con la ignorancia que nos trae sugestionados con modelos importados que no son la solución» (5). Esta es una canción que representa claramente los problemas de internacionalización de esta sociedad latina, Rubén Blades hace una excelente interpretación de lo que está sucediendo y al mismo tiempo genera un contenido de opinión.
Sin embargo aunque trate de mantener una actitud positiva frente al descontrol político que emerge en esta época, también es necesario destacar que en la esfera pública a la que se está llevando esta idea, intervendrá directamente otro factor, pues está hablando enfáticamente de una serie de políticas internacionales que afectan su integridad y su origen latino, este factor no es otro que una institución materializada en el Estado, que responderá a esta advertencia que se está haciendo sobre lo público y para lo público.
Desde este punto de vista ya se está generando opinión, se está abriendo un escenario público en donde ya no son los dirigentes de los diferentes Estados los que dan la última palabra, sino que además, se está gozando de plena libertad de expresión y de opinión. Esta clase de aportes están enmarcados desde una perspectiva colectiva, pues gracias a la voz artística de Rubén Blades, muchos pueden llevar estos sentimientos a esa esfera pública donde se supone que debemos participar todos.
Es esta misma esfera pública la que Habermas ha propuesto. Se puede afirmar que si puede existir una esfera pública que sea escenario para una discusión abierta, pero además debe ser una esfera pública en donde interactúen los directamente relacionados, en este caso especifico, los artistas que decidieron utilizar la Salsa como medio de propagación de ideas y de criticas, el Estado como consolidador de la organización social y los actores sociales que de manera especifica se ven en acuerdo o desacuerdo con estas medidas.
La esfera pública, un lugar común que está materializado en la industria musical y su repercusión en la sociedad, esto como fundamento de la generación de opinión, sin embargo para que esta esfera pública pueda existir es necesario que exista una institución privada como el Estado, que marque una contraposición y de este modo se genere opinión.
Por consiguiente, si estos artistas no hubieran sido víctimas de la falta de organización del Estado, si no hubieran sido afectados por las políticas exteriores que perturbaron el derecho de propiedad que tenían sobre sus canciones y sobre sus ritmos, y si no se hubieran sentido oprimidos por sus dirigentes; ellos jamás habrían creado a «Juanito Alimaña» o a «Pedro Navaja», talvez no existirían los «Sicarios» de Rubén Blades o muy seguramente el «Emigrante» de Larry Harlow jamás habría tenido que emigrar a otras tierras.
De lo anterior se puede sostener una idea clara y concisa, que parte desde la idea misma del cambio, y además de las continuas manifestaciones de inconformidad que van a existir en las sociedades.
La esfera pública estará orientada siempre en este caso particular de los latinoamericanos que han sido excluidos, y que han visto en la Salsa la mejor forma de prevenir estos cambios, a un seguimiento de los factores que permiten la variación de la estructura ideal de lo que debería ser el Estado, un seguimiento que permita con mayor profundidad, dar una explicación clara un punto de equilibrio entre lo que es y lo que debería ser. Desde la opinión de estos artistas, que definen el Estado ideal, desde una construcción de la opinión pública.
«Pero señoras y señores, en medio del plástico también se ven las caras de esperanza se ven las caras orgullosas que trabajan por una Latinoamérica unida y por un mañana de esperanza y de libertad. Se ven las caras de trabajo y de sudor de gente de carne y hueso que no se vendió, de gente trabajando, buscando el nuevo camino orgullosas de su herencia y de ser latino de una raza unida, la que Bolívar soñó» (6).
Bibliografía: – Letras de las canciones. En: http://members.fortunecity.
– Monzón Arribas, Cándido. La Opinión Pública. Teorías, concepto y métodos. Colección de Ciencias Sociales. Serie de ciencia Política. Editorial Tecnos. Madrid 1987. Pg 15- 17.
– Múnera Ruiz, Leopoldo. La tragedia de lo público. Mayo de 2001. Sin publicar. Pg 1- 4.
– Torres Rivas, Edilberto; otros. Centroamérica: Hoy. Balcanes y Volcanes (aproximaciones al proceso cultural contemporáneo de Centroamérica). Editorial Siglo XXI editores, S.A. España. 1975. Pg 279- 281.
– Torres Rivas, Edilberto; otros. Centroamérica: Hoy. Historia del proceso político. Editorial Siglo XXI editores, S.A. España. 1975. Pg 111- 114.
– Yen Yeo, Loo. «Historia de la Salsa «. En: http://www. salsa -merengue.net/
Notas: 1. Torres Rivas, Edilberto; otros. Centroamérica: Hoy. Balcanes y Volcanes (Aproximaciones al proceso cultural contemporáneo de Centroamérica. Editorial Siglo XXI editores, S.A. España. 1975. Pg. 279.
2. Ídem.
3. The Lebrón Brothers. Discografía. Salsa de hoy y siempre. Larry Harrlow. El emigrante.
4. Múnera Ruiz, Leopoldo. La tragedia de lo público. Mayo de 2001. Sin publicar.
5. La FANIA all Stars. Rubén Blades. Plástico. Lo mejor de la salsa . Volumen tres.
6. Ídem.