El Pentágono ordenó ayer aumentar la velocidad de retirada de las tropas en Irak y Kuwait, en medio de quejas de la monarquía de este último país por la estancia de soldados estadounidenses en su territorio. La Comandancia Militar distribuyó una instrucción para que los efectivos crucen de Irak a Kuwait y de ahí hacia […]
El Pentágono ordenó ayer aumentar la velocidad de retirada de las tropas en Irak y Kuwait, en medio de quejas de la monarquía de este último país por la estancia de soldados estadounidenses en su territorio.
La Comandancia Militar distribuyó una instrucción para que los efectivos crucen de Irak a Kuwait y de ahí hacia Estados Unidos en el modo más discreto y en el menor tiempo posible, informó la cadena CNN.
El movimiento del Departamento de Defensa ha sido visto por analistas de prensa como una respuesta de Washington a recientes comunicados de autoridades kuwaitíes en contra del incremento de unidades estacionarias norteamericanas.
La orden también sigue a la decisión del presidente Barack Obama en octubre, cuando decretó que virtualmente todos los elementos castrenses en esa zona del Oriente Medio debían regresar a Estados Unidos antes del 31 de diciembre.
Actualmente quedan 11 mil soldados estadounidenses en Irak, casi la quinta parte de los 50 mil que estaban desplegados hace tres meses, y según la Casa Blanca a partir de enero permanecerán solamente 150 militares.
No obstante, fuentes del Pentágono aclararon que al menos unos dos mil asesores civiles del Ejército, además de centenares de contratistas privados -calificados como mercenarios por varios expertos- cumplirán desde 2012 con muchas funciones de implicación militar.
Desde finales de octubre, al comienzo de la evacuación, unos tres mil soldados norteamericanos fueron reagrupados en la base Camp Virginia, instalada en una región de Kuwait cercana al punto fronterizo desde donde se inició la agresión contra Irak en 2003.
El presidente Obama autorizó el 21 de octubre la retirada total de tropas estadounidenses de Irak, en el capítulo final de una invasión iniciada hace nueve años con la excusa de neutralizar armas atómicas ilegales que jamás aparecieron.
Así concluiría una guerra desigual que causó alrededor de 100 mil muertos entre civiles y militares de ambas naciones, y un hueco en el bolsillo del contribuyente norteamericano casi imposible de medir por la cantidad de dígitos.
Durante el mandato del expresidente George W. Bush, comités del Congreso indicaron que la intervención a Irak costaría 50 mil millones de dólares. Empero, en mayo de este año el Departamento de Defensa admitió que los costos reales fueron de 12 mil 500 millones mensuales.
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=453644&Itemid=1