La Administración Bush se ha esforzado por presentar las torturas de Abu Ghraib como un caso aislado de pocos soldados y en denominarlas «abusos». Sin embargo, el Pentágono oculta cintas donde se muestran prisioneros jóvenes y niños sodomizados en la prisión, según ha revelado el reportero del New Yorker que destapó el escándalo, Seymour Hersh. […]
La Administración Bush se ha esforzado por presentar las torturas de Abu Ghraib como un caso aislado de pocos soldados y en denominarlas «abusos». Sin embargo, el Pentágono oculta cintas donde se muestran prisioneros jóvenes y niños sodomizados en la prisión, según ha revelado el reportero del New Yorker que destapó el escándalo, Seymour Hersh.
«Lo peor es la banda sonora de los chicos chillando», contó el periodista en un discurso ante la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) en San Francisco, «existió un comportamiento criminal que fue encubierto hasta el más alto mando y más arriba».
El veterano periodista está terminando un libro, que se publicará en EEUU en septiembre, con nuevos detalles sobre las torturas en Irak y la participación del Pentágono, que tras el 11-S ha montado, según él, un Ejército paralelo autorizado a torturar y asesinar.
Hersh comentó que los abusos sexuales son especialmente contraproducentes para EEUU ya que las sociedades árabes consideran a la occidental «sexualmente perversa». Y aseguró que lo peor está por publicar. En los vídeos «hay mujeres que pasaban mensajes a sus maridos diciendo ‘por favor, ven y mátame por lo que ha pasado'».